DIOS ES EL FIN PRIMORDIAL


El mundo que el Espiritismo está construyendo en la Tierra, con base en los principios fundamentales del Cristianismo, es esencialmente universalista, y por lo tanto anti-sectario. El Espiritismo no se proclama el único medio de salvación humana, ni se dice el detentor exclusivo de la verdad. Desde el punto de vista espírita, todas las religiones son formas de interpretación de la suprema verdad, y todas conducen al hombre a Dios, cuando son practicadas con sinceridad. Lo que importa, como decía Kardec, no es la forma, sino el espíritu. De una vez por todas, los espíritas necesitan liberarse de los residuos sectaritas, no respondiendo en el mismo tono a las agresiones sectarias de que son víctimas a todo momento. Solamente practicando la fraternidad y la tolerancia podremos ayudar a la construcción del mundo sin barreras que será el Reino de Dios en la Tierra.

Muchas gracias hemos de darle a Dios, por no estar a oscuras, por haber encontrado la Luz de la Doctrina de Jesús y con ella la Doctrina de los Espíritus, porque con ella tenemos siempre una dirección acertada para todas las circunstancias de nuestras vidas, pese a que estás puedan parecernos muy deprimentes todo tiene un significado en la vida. Nada sucede porque sí. Si estamos dentro del Espiritismo es por una razón, y con un fin, el descubrir el papel dentro de él, nos lo revela la vida paso a paso, pues aun dentro del movimiento espirita, pertenezcamos al grupo que pertenezcamos todos ejercemos una función, dentro y fuera de él, puesto que aunque nos alejemos, lo que se nos ha dado, ya eso nos pertenece y hemos de aplicarlo, solos o acompañados… en el grupo y fuera de él…

Aunque nos parezca extraño es así, mucho queremos a nuestros padres, la familia es un don especial, el lugar donde todos nos formamos, y un día es necesario dejarla para seguir el camino de cada uno en sí, no por eso no dejamos de querer a nuestros seres queridos, todo lo contrario, pero es necesario seguir circulando en la vida, y construyendo cada uno su propio camino… En el centro no es diferente, porque no se nos olvide que no estamos como en la iglesia con la obligación de ir, de nada nos vale estar allí todos los días, si no concordamos con los compañeros si no nos llevamos bien, muchas veces es necesario salir y repostar fuerzas, dejar crecer a los que nos rodean, y aprender a caminar solos, aunque aquel que trabaja de verdad, está siempre tratando de aplicar el evangelio para no confundirse, y merecer caminar con Jesús, pues con Él no nos perderemos…

El que trabaja por el bien, donde se encuentre, pertenece al Reino de Dios, no importa a que grupo o sector pertenezca, la unión es con el corazón de Jesucristo, en el amor de Dios, entonces no seamos rivales entre los seguidores de Cristo

Fenelón, en oportuna página, nos dice: “preguntasteis si la multiplicidad de los grupos en una misma localidad no podría provocar rivalidades perjudiciales para la Doctrina. A eso responderé que si estuvieran imbuidos de los verdaderos principios de esa Doctrina, verán hermanos en todos los Espíritus y no rivales. Los que ven las otras reuniones con celo prueban que están con segunda intención, por interés o amor propio, no siendo guiados por el amor de verdad. . Creed que si hay personas así entre vosotros provocaran más tarde o más temprano la perturbación y la desunión. El verdadero Espiritismo tiene por divisa la benevolencia y la caridad. De él se excluye toda rivalidad que no sea la del bien que se puede hacer. Todos los grupos que inscribieren esa divisa en su bandera podrán darse las manos como buenos vecinos, que no son menos amigos por no morar en la misma casa. Los que pretendiesen tener por guías a los mejores Espíritus deberían probarlo mostrando mejores sentimientos. Que haya lucha, pues, entre ellos, más que sea una lucha de grandeza del alma, de abnegación, de bondad y humildad”.

Comprendemos que no estamos en un juego de niños, cuando nos disponemos al trabajo serio y formal hemos de ser exigentes con nosotros mismos intentando ser mejores cada día, y condescendientes con los demás, procurando entendernos lo mejor posible y recordando siempre que dos no riñen si uno no quiere, y más se le pedirá aquel que más conocimientos tiene, por eso os dije que nadie nos exime de los dones que hemos recibido, ellos están dentro de nosotros, nos pertenecen y han de ser utilizados dentro y fuera en todas partes, porque recordemos que nunca estamos solos, que hay a nuestro alrededor espíritus por todas partes, que nos ven con toda claridad y a ellos como a Dios no podemos engañarles, trabajemos con honestidad y lealtad donde quiera que nos encontremos esperando dar lo mejor de nosotros, sin esperar recibir de los otros la mismo comportamiento…

Recordemos que Allan Kardec en la cuestión 1018 de El Libro de los Espíritus cundo pregunto a los buenos Espíritus si jamás existiría el bien en la Tierra, ellos les respondieron que el bien reinara cuando los buenos vencieran a los malos. Entonces aran en la tierra reinar el amor y la justicia que son la fuente del bien y de la felicidad.

Es por el progreso moral y por la práctica de las leyes de Dios que el hombre atraerá sobre la Tierra a los buenos Espíritus y de ella apartará a los malos. Más los malos no la dejaran sino cuando de ella sean barridos el orgullo y el egoísmo.

Que por nosotros no quede, empecemos la gran obra de nuestra propia transformación, sigamos caminando…

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