Archivo | marzo 2011

CRISIS MORAL

CRISIS MORAL

Los días actuales son de turbación y transición, la fe religiosa se entibia y las grandes líneas de la filosofía del porvenir  son vislumbradas por muy pocos.

 

Es cierto que se han conseguido grandes progresos, la civilización moderna, prevista de grandes medios, ha transformado la faz de la Tierra, las distancias se han suprimido, y esto ha  aproximado a los habitantes, todo se ha mejorado,  los derechos han remplazado al privilegio y la libertad triunfa sobre el espíritu de rutina y el principio de la autoridad.  Una gran batalla  se mantiene  entre el pasado, que no quiere morir y el porvenir, que se esfuerza por surgir en la vida. Todo esto hace que el mundo se agite y avance; grandes impulsos lo guían,  en el recorrido camino, esto lleva al hombre a vislumbrar más maravillosas conquistas.

 

Los progresos materiales e intelectuales son de gran valía, en cambio el avance moral es nulo. Tanto es así, que parece que el mundo retrocede, la absorción del pensamiento humano, en la política, por las empresas industriales y financieras, etc., lo absorben, perjudicando sus intereses morales.

 

Es verdad que la civilización  tiene aspectos magníficos, pero también presenta sombras. Ha mejorado en cierto modo las condiciones de la existencia, pero ha multiplicado las necesidades en su deseo por satisfacerlas; aguzando los apetitos  y los deseos, ha fomentado el sensualismo y a aumentado la depravación. El amor, al placer, al lujo y a las riquezas se ha hecho cada vez más ardiente. Se quiere adquirir o se quiere poseer a toda costa.

 

La especulación vergonzosa es mantenida a plena luz. Proviniendo de ello el decaimiento  de los caracteres y las conciencias, por ese culto fervoroso a la fortuna, ídolo cuyos altares  han reemplazado a las divinidades derruidas.

 

La ciencia y la industria han centuplicado las riquezas de la humanidad; pero esas riquezas no se han aprovechado directamente  más que a una reducida parte de sus miembros. La pobreza de los insignificantes sigue activa, y la fraternidad más que en los hechos se basa en discursos, en palabras que se las lleva el viento. El hambre existe aun, en las grandes ciudades, el trabajo de los obreros  es aun un infierno.

 

Los vicios como la embriaguez, la prostitución, las drogas, el libertinaje, esparcen por todas partes sus venenos, empobrecen a las generaciones y agotan la fuente de la vida, en tanto que las hojas públicas  siembran a porfía la injuria y la mentira y una literatura malsana excita los cerebros y debilita las almas.

 

Los suicidios  en la actualidad se multiplican al  estar el hombre falto de energías  y de sentido moral se refugian en lo que creen es el fin, todo porque el hombre se ignora aun a si mismo. Sabe poco de las leyes del Universo  y no sabe nada de las fuerzas  que están en el. El conócete a ti mismo es ignorado, no se preocupa en saber de donde vino, hacia donde va, y para que  está en este mundo.

 

Dos son las potencias  que hacen caminar indeciso al hombre, por un lado las religiones, con su cortejo de errores y supersticiones, su espíritu  de dominación y de intolerancia, pero también de consuelos, los cuales tiene origen en los débiles  resplandores  que han conservado de las verdades primordiales. Por otro lado la ciencia, que  materialista en sus principios y en sus fines, con sus frías  negaciones y su inclinación desmedida  al individualismo, pero también  con el prestigio de sus descubrimientos y de sus beneficios.

 

 

Estos dos campos, la religión sin pruebas y la ciencia sin ideal alguno, se desafían, se acercan y combaten sin poder  vencerse, pues cada una de ellas  responde a una necesidad imperiosa del hombre: la una habla a su corazón  y la otra dirigiéndose a su espíritu y a su razón. Ambas están rodeadas  de numerosas ruinas  de numerosas esperanzas y de aspiraciones destruidas, y es así como los sentimientos generosos se debilitan y la división y el odio reemplazan a la benevolencia y a la concordia.

 

En esta confusión de ideas, la conciencia ha perdido su camino, velando lo justo y el bien. Es intolerable  la situación moral de todos los desgraciados que se doblegan entre dos doctrinas  que no ofrecen  remedio a sus males, la nada y la otra un paraíso inaccesible o una eternidad de suplicios.

 

La familia, la enseñanza y la sociedad sienten  esta confusión. La educación viril ha desaparecido, ni la ciencia ni la religión saben en la actualidad formar a las almas fuertes y bien armadas para las luchas de la vida.

 

Para solucionar esta crisis, es preciso que en todos se haga la luz, grandes y pequeños, ricos y pobres, hombres y mujeres  y niños; es preciso que una nueva enseñanza popular  venga a iluminar las almas acerca de su origen, de sus deberes  y de su destino.

 

Solo las soluciones formuladas por enseñanza  pueden servir de base  a una educación viril y tornar a la humanidad  verdaderamente fuerte y libre. Su importancia es capital, tanto para el individuo, como para la sociedad, cuyas instituciones  y relaciones regularizaran.

 

Las nuevas concepciones  del mundo y de la vida cuando penetran en el espíritu humano y se filtra poco a poco  en todos los ambientes, el orden social, las instituciones y las costumbres lo sienten de inmediato.

 

Una sociedad sin esperanza, sin fe en el porvenir es como un hombre perdido en el desierto. Lo bueno es combatir la ignorancia  y la superstición, es preciso reemplazarlas por creencia racionales.  Para caminar con paso firme en la vida, para preservarse de los desfallecimientos y de las caídas, se necesita una fuerte convicción, una fe que eleve  por encima del mundo material; se necesita ver la finalidad y tender directamente hacia ella. El arma más efectiva para esta lucha terrenal es tener una conciencia  recta e iluminada.

 

Con la creencia en la nada, y de que con la muerte todo termina, es lógico que el ser solo procure el bienestar en la vida presente, solo mire el interés personal e ignore  todo otro sentimiento. Si solo existe para el una existencia efímera,  este se aprovecha de la vida presente, se dedica a los placeres  y abandona los deberes y los sufrimientos… Esta es la postura materialista, y que está circulando en muchos hermanos a nuestro alrededor, produciendo estragos que se dejan sentir en una sociedad rica  y muy desarrollada  en el sentido del lujo y de los goces físicos.

 

Esto no debe desanimarnos, todo no está perdido. El alma humana tiene a veces sentimiento de su miseria, de la insuficiencia de la vida presente  y de la necesidad del más allá. Vagamente, confusamente, cree, aspira a la justicia. Y el culto del recuerdo de los seres amados que están en la tumba, denotan un instinto incierto  de la inmortalidad.

 

El hombre no es ateo, cree en la justicia inmanente, como cree en la libertad, ambas  existen en las leyes terrenas y divinas. Este sentimiento, el más grande, el más hermoso, que se puede encontrar en el fondo del alma,  ese sentimiento nos salvará. Bastará, para ello, que hagamos comprender a todos  que esa noción grabada  en nosotros es la ley misma del Universo, la que rige  a todos los seres y a todos los mundos, y que por ella, el bien a de triunfar finalmente al mal y la vida  ha de salir de la muerte.

 

El pueblo busca su realización al igual que aspira a la justicia, tanto en el terreno político como en el económico y en el principio de asociación. El poder popular  ha comenzado a extender  sobre el mundo una vasta red de asociaciones obreras, un agrupamiento socialista que abarca a todas las naciones, y que, bajo una única bandera, deja oír en todas partes las mismas llamadas, las mismas reivindicaciones. Es un espectáculo lleno de enseñanzas para el pensador, una obra plena  de consecuencias para el porvenir.

 

Inspirada por las teorías materialistas y ateas, el alma se convertiría en un instrumento de destrucción, pues sus acciones se resolverían a través de la violencia, en revoluciones dolorosas. Contenida en los límites de la prudencia  y de la moderación, puede hacer mucho  por la felicidad de la humanidad.

 

La hora que atravesamos es de crisis y de renovación, el mundo está en fermentación; la corrupción aumenta, las sombras se extienden, el peligro es grande; pero no olvidemos que tras las sombras entrevemos la luz; tras el peligro vemos la salvación.  Una sociedad no puede perecer. Es verdad que lleva en si elementos de descomposición, pero también lleva  gérmenes de transformación y de reedificación. La descomposición anuncia la muerte, pero procede también al renacimiento. Puede ser también preludio de otra vida.

 

Para elevarse  moralmente el hombre y detener esas dos corrientes de la superstición  y el escepticismo que conducen a la esterilidad, es necesario  que cree  en si  una concepción nueva del mundo y de la vida y apoyándose  en el estudio de la naturaleza y de la conciencia; en la observación de los hechos, en los principios de la razón, fije la finalidad de la existencia y regularice su marcha hacia delante.  Necesita una enseñanza  de la que se deduzca un móvil de perfeccionamiento, una sanción moral y una certidumbre para el porvenir.

 

Esta concepción y esta enseñanza ya existen ya se vulgarizan todos los días. En medio de disputas y divagaciones de las escuelas, una voz se ha dejado oír: la de los Muertos. Desde el otro lado de la tumba, se han revelado más vivos que nunca; con sus instrucciones, ha caído el velo que ocultaba la vida futura. La enseñanza que nos han dado  reconcilia todos los sistemas encontrados, y de las cenizas del pasado lacen brotar  una llama nueva. En  la filosofía de los Espíritus encontramos la doctrina oculta que abarca todas las edades. Esta doctrina las hace revivir; reúne los restos esparcidos y los adhiere unos a los otros con un poderoso cemento  para reconstituir  un monumento  capaz de amparar a todos los pueblos y a todas las civilizaciones.

 

Esta doctrina puede transformar a pueblos y sociedades, llevando la claridad a todas partes  donde existe la noche, haciendo que se funda  con su calor todo el hielo y egoísmo de las almas, revelando a todos los hombres  las leyes que  les unen  con los vínculos de una estrecha solidaridad.  Gracias a ella, aprenderemos  a obrar con una misma inteligencia y con un mismo corazón. Más conscientes de nuestra fuerza, avanzaremos con un paso más firme hacia nuestros destinos.

 

Que la paz y la luz, nos permita meditar en esta propuesta sublime que un día  León Denis nos ofreció en su libro “Después de la Muerte” de cual he extraído el contenido de este trabajo para ayuda y esclarecimiento de los tiempos actuales.

Trabajo realizado el tres de septiembre de 2008, por Merchita miembro fundador del Centro Espírita Amor Fraterno de Alcázar de San Juan. (Ciudad Real)

COMPORTAMIENTO AFECTIVO

COMPORTAMIENTO AFECTIVO

 

 

Toda palabra ofensiva es expresión de un sentimiento contrario a la ley de amor y de caridad, que debe arreglar las relaciones de los hombres y mantener entre ellos la concordia y la unión.

 

De todos los vicios, el más temible es la soberbia, pues siembra tras de si todos los vicios.  El soberbio  es el que menos puede conocerse. La soberbia nos oculta toda la verdad. . El hombre sencillo y humilde de corazón, rico en cualidades morales, llegará más pronto a las verdades. El  Espiritismo  nos pone de manifiesto, bajo su verdadera luz,  la situación de los soberbios en la vida de ultratumba. Los humildes y débiles de este mundo se encuentran allí más elevados; los vanidosos y los poderosos, empequeñecidos y humillados. Los unos llevan consigo lo que constituye  la verdadera superioridad: las virtudes, las cualidades adquiridas  con el sufrimiento, en tanto que los otros han de abandonar en la hora de su muerte, títulos, fortuna y vano saber.   

 

El egoísmo nos lleva a observar, a criticar los defectos del prójimo, permaneciendo ciegos ante los nuestros. La verdadera superioridad moral no existe sin la caridad y sin la modestia. Si la soberbia es madre de una multitud de vicios, la caridad da nacimiento a muchas virtudes. La paciencia, la dulzura y la reserva en las conversaciones derivan de ella. El hombre caritativo le es fácil ser paciente y dulce y perdonar las ofensas  que le son hechas. La misericordia es compañera de la bondad. Un alma elevada no puede conocer el odio ni practicar la venganza. Comprende que los errores de los hombres no es nada más que el resultado de su ignorancia no concibe la hiel ni el resentimiento.

 

Solo sabe perdonar, olvidar las equivocaciones  del prójimo, aniquilar todo germen de enemistad, borrar toda causa de discordia en el porvenir, tanto en la tierra como en la vida del espacio.

 

El bien hecho a quien nos ofende desarma a nuestro enemigo. Su odio se cambia en asombro en admiración, despertando su conciencia adormecida. El único mal que se debe desenmascarar y combatir es el que recae sobre la sociedad. Cuando se presenta en forma de hipocresía, de la duplicidad, de la mentira, pues hay que desenmascararlo pues otras personas podrían sufrirlo; pero es hermoso guardar silencio de lo que atañe solo  a nuestros intereses a nuestro amor propio.

 

Jesús nos anima en esta sublime lección  a olvidar toda represalia, toda venganza, contra aquellos que nos hieren, cuando nos visiten el ultraje o la injusticia , silenciemos  nuestra dignidad herida, pensemos en aquellos, que en el pasado oscuro, fueron ofendidos , ultrajados, expoliados  por nosotros mismos,  y soportemos la injuria  como una reparación. No perdamos nunca la finalidad de la existencia, que tales problemas nos podrían hacer olvidar. No abandonemos el camino recto y seguro, procuremos adquirir la bondad  que apacigua a los hombres, esa cualidad  nos crea una especie de autoridad sobre las almas, nos proporciona más medios de conmoverlas, la humildad la indulgencia, la simpatía y la bondad  apaciguan a los hombres.

 

Jesús en sus palabras nos anima  a crear dentro de nosotros un afecto, que evite todo odio y todo espíritu de venganza; una disposición sincera para ayudar, cuando llegue la ocasión, a aquellos que nos afligen.

 

Una especie de misantropía, de laxitud moral aleja, a veces, a los buenos Espíritus del resto de la humanidad. Hay que reaccionar sobre esa tendencia al aislamiento, considerando, todo cuanto existe de grande  y de hermoso en el ser humano, acordándonos de toda muestra de afecto, de todos los actos bienhechores  de que fuimos objeto. ¿Qué son los hombres separados de sus semejantes, de su familia y de la patria? Un ser inútil  y desdichado. Sus facultades se debilitan, sus fuerzas se aminoran, y la tristeza le invade. En soledad, no se progresa. Hay que vivir con los hombres y ver en ellos siempre compañeros necesarios para nuestro progreso,. Nuestro buen humor es salud en nuestras almas. Dejemos abrir nuestro corazón a impresiones sanas y fuertes. ¡Amemos para ser amados!

 

Amar es sentirse vivir en todo y por todos. Es consagrarse hasta el sacrifico, hasta la muerte, a una causa a un ser. Si queremos saber lo que es el amor, consideremos las grandes figuras de la Humanidad, y sobre todo a Cristo, para quien el amor era toda la moral y toda religión El nos dijo “Amad a vuestros enemigos, y hacer bien a aquellos que os persiguen”…

 

Si  así lo hacemos poseeremos los verdaderos bienes, aquellos que nos elevaran por encima de cualquier circunstancia, pues cualquier palabra ofensiva constituye  la expresión de un sentimiento contrario a la ley de amor y caridad  que debe regir las relaciones de los hombres y mantener en ellos la concordia y la unión; es un daño que se inflige  a la benevolencia reciproca y a la fraternidad, y alienta el odio y la aversión:  

 

En suma después de la caminar hacia Dios, la caridad para con nuestro prójimo es la primera ley de todo cristiano. Cuando la ley de amor y caridad este en toda la humanidad, ya no existirá el egoísmo; el débil y el pacifico no serán explotados ni aplastado la paz será el estado de la humanidad, pues los perversos habrán sido expulsados y la Tierra será entonces un mundo feliz.

 

Y nos dicen los Espíritus  que al igual que el Sol que se eleva indiferentemente  sobre todas las cosas y da calor a la Naturaleza entera, el amor divino vivifica a todas las almas, sus rayos  penetran a través  de las tinieblas de nuestro egoísmo e iluminará con sus resplandores a todos los corazones humanos, un día gracias al amor, floreceremos hasta quedar reunidos  en una comunión de amor,  en una fraternidad universal.

 

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Trabajo realizado por Merchita, extraído del libro Después de la Muerte, (León Denis)  y del Sermón de la Montaña (Allan Kardec)

EL DESARROLLO CIENTÍFICO

EL DESARROLLO CIENTÍFICO

Los sucesivos inventos han alterado la vida humana.

 

Numerosos hombres muy importantes como Allan Kardec, Charles Darwin, Albert Einstein,  Karl Marx, y muchos otros, han producido  una revolución en los conceptos  y costumbres  de las criaturas, las cuales aun no han terminado de adaptarse al mundo descubierto por ellos.

 El mundo observó una grandiosa modificación, en lo que se refiere a la tecnología, desde la locomotora a vapor hasta el teléfono, esto alteró completamente la estructura que antes imperaba.

 El área médica  fue ampliada con la conquista de la anestesia  y de la asepsia, con la microbiología y las vacunas que pasaron a salvar millones de vidas expuestas a la muerte, por el desconocimiento  de cómo debían ser tratadas  y hacerlas proseguir.

 Las técnicas de la microcirugía aumentaron aun más el campo de la salud, proporcionando  la reparación segura en las piezas delicadas del cerebro y de otros órganos imprescindibles para una existencia digna.

 No obstante, a medida que fueron detectadas valiosas informaciones en el Cosmos, así como en la fisiología del ser humano, en vez  de presentarse  solucionadas las incógnitas, otras más embarazosas se hicieron notar, aguardando futuras adquisiciones de investigaciones y observaciones.

 Los científicos del pasado, en su ingenuidad, poseían respuestas rápidas para casi todos los interrogantes que les eran presentados, empero, no siempre correspondiendo a la realidad de los hechos. En la medida que la percepción del Universo se dilató y las sondas penetraron en la intimidad de las partículas atómicas y subatómicas, se tomaron más difíciles a la comprensión y utilización racional de sus posibilidades casi infinitas.

 La propia mente humana continua siendo un misterio para los neurofisiologistas, que tienen dificultad en limitar el campo en el cual se manifiesta el cerebro y ella se exterioriza, tanto cuanto la memoria y sus mecanismos para retener informaciones complejas, muchas de ellas abstractas, mediante procesos de interacción bioquímica, que pueden ser accionados con el simple recurso de la voluntad.

 El descubrimiento del axonio,’por ejemplo, facilitó la comprensión de la neurona cerebral, no obstante, las más recientes conquistas en tomo de las ínter leucinas, cerebrinas, interferón y otras enzimas, amplió casi infinitamente el entendimiento con relación a los mecanismos nerviosos y sus funciones relevantes para el ser humano, su pensamiento, memoria, equilibrio orgánico, entre otros.

 Simultáneamente, la identificación del centro de interacción mente-cuerpo, en el área límbico-hipotalámica, frente a las abundantes presencias neuronales, explicó la razón de porque la misma se encuentra en la base del cerebro y en lo alto de la columna vertebral, favoreciendo la perfecta comunión del Espíritu con el cuerpo y de éste con aquél.‘Axonio: Prolongación de la célula nerviosa. (N.del T.)

 Estudios más avanzados en este campo, proporcionaron la comprensión de cómo se procesan es s interacciones psicofísicas, ante la conclusión de que los sentimientos superiores, tales como el amor, la solidaridad, la confianza, la bondad, la ternura, la caridad, la fe, pueden corresponder a la presencia de fotones en el organismo, en cuanto que los negativos o primarios como el odio, el resentimiento, el miedo, la angustia, la rabia, los celos, la envidia, pueden presentarse como electrones, propiciando así el bien o el malestar de acuerdo con la onda mental en que el individuo permanezca.

 Concomitantemente, la Biología molecular, ampliando sus observaciones, viene alcanzando realidades antes jamás concebidas, demostrando que los factores psíquicos son esenciales para una buena armonía física, tanto cuanto se opera en el sentido inverso, construyendo la criatura conforme a su patrón de comportamiento moral y mental.

 La física cuántica ya desmistificó la materia, avanzando gloriosamente hacia la energía, alcanzando las tramas sutiles del Espíritu, que es el principio inteligente del Universo, casi logrando identificar el mundo causal de donde todo procede.

 La Psicología Transpersonal y sus congéneres lograron descubrir al Espíritu, enriqueciéndose de respuestas y terapias para los difíciles problemas que antes enfrentaba y que aún permanecen en otras Escuelas, tornando la existencia mental y comportamental más digna y apetecible con posibilidades fascinantes de paz y plenitud…

 La vida bulle soberana en todas partes y aun en el reino mineral duerme, soñando con las desconocidas posibilidades que se encuentran en germen dentro de sí.

 No obstante las incomparables realizaciones de la Ciencia y de la tecnología, innumerables indagaciones continúan desafiantes, aguardando la solución en los laboratorios, tales como la vida en otras dimensiones fuera de la Tierra, la imposibilidad del cerebro de interpretarse a sí mismo, el destino biológico que responde por la muerte o el suicidio de las células para mantener la forma física, sin superar los límites del equilibrio y más allá, los agujeros negros, los que había antes del Big bang, los límites del Universo, en razón del retorno de las partículas que enfrentan a aquellas que están avanzando, produciendo los quásares azules, la luz negra, que lo invade todo y aún no pudo ser fotografiada, así como un número importante de otros fenómenos en el macro y en el microcosmos…

 Lentamente y sin darse cuenta, los científicos se tornan sacerdotes del Espíritu y avanzan perseverantemente al encuentro de Dios y de Sus Leyes, que están vigentes en todas partes.

 El Espiritismo, a su vez, en la condición de ciencia de observación ya penetró en esos misterios, ofreciéndoles soluciones lógicas, partiendo de la Realidad Divina, del Espíritu inmortal y sus reencarnaciones, de los fenómenos anímicos y mediúmnicos, de los valores ético-morales y de las herencias del pensamiento de Jesucristo, tales como el amor, el perdón, la caridad, la renuncia a las pasiones, a la verdadera humildad, a la compasión y a la misericordia, para ofrecerle seguridad y paz al ser humano, impulsándolo a avanzar en los rumbos de su integración con la Conciencia Cósmica.

 Lentamente llega el momento en que la Ciencia y la Religión se darán las manos, complementándose mutuamente, apoyadas en los hechos, en la razón y en la lógica que deberán ser el sustento de ambas, avanzando velozmente en la conquista de más profundos valores e interpretaciones en relación con la vida y con el Infinito.

Tal hecho solamente se hará posible gracias a la reencarnación, que posibilita a los Espíritus el retorno a la indumentaria camal, a fin de dar prosecución a los estudios y realizaciones a los que se dedicaron, sin verlos interrumpidos por la muerte, pero sí alterados los cuadros de observaciones con el aprendizaje en la Erraticidad, de donde retornan más enriquecidos por los recuerdos del mundo real, aplicando en la Tierra esos conocimientos que contribuyen para la superación de los atavismos perniciosos y de las pasiones a las que se esclavizaron como consecuencia de las experiencias iniciales por donde transitaron.

 El Universo es la condensación del amor de Dios y solamente a través del amor podrá ser sentido en cuanto que por la inteligencia será comprendido. 

Uniéndose el conocimiento y el sentimiento se armonizan en la sabiduría que es la conquista superior que el ser humano deberá alcanzar, por tanto, plenitud intelecto-moral, conforme acentúa el noble Codificador del Espiritismo, Allan Kardec.

Extraído del Libro “DIAS GLORIOSOS” de Divaldo Pereira Franco

Con mucho amor y cariño de Merchita

(MENSAJE) 3º CONGRESO ESPIRITA BRASILEÑO

 

 

 

 

3º Congreso Espirita Brasileño

Brasil /DF, 16 a 18 de Abril del 2010

“Amigos y hermanos, os abrazo fervorosamente.

 

 

 

En esta oportunidad, deseo compartir con los compañeros  un hecho relacionado  con el suicidio que resulto  en una serie de acciones, desarrolladas  a lo largo de 18 meses, aproximadamente, más cuyo resultado supero  todas las expectativas,  aun mismo las inimaginables.

Las regiones de sufrimiento donde viven los suicidas, de todas las categorías, son innumerables  y vastas en los planos del Espíritu.

Brotan de un día para otro,  pues los excesos de la Humanidad  han  reducido el tiempo  de reencarnación para un número significativo de personas.

Los atentados contra la manutención de la salud, mental y psicológica  alcanzan cifras realmente asustadizas.

La campaña “EN DEFENSA DE LA VIDA”  conducida por los Espiritas, es  acción que ameniza la situación.

Más algo más intenso y embargante, envuelve a la sociedad, urge ser desenvuelto.

 

Así pasamos a nuestro relato.

Localizamos en determinado  nicho, en nuestro plano, una  comunidad de suicidas viviendo en situación  precaria, en todos los aspectos.

Llamaba nuestra atención  que tal reducto de dolor  nunca reducía de tamaño.

Al contrario, contabilizábamos  un número creciente   día tras día.

 

Procurando analizar el problema por todos sus ángulos,  verificamos  que en el local, incrustado en el espacio de difícil acceso, existía  una especie de “ escuela” – si este es el nombre que se puede llamar-  cuyos  integrantes se especializarían  en inducción  al suicidio:  técnicas, recursos y equipamientos sofisticados eran desarrollados para que encarnados  cometiesen el suicidio.

 

El suicida era, entonces, conducido a la institución y, bajo tortura, el alma sufridora  ofrecía elementos  mentales que servían de alimento  para la manutención de diferentes desarmonías que conducen el hombre al desespero.

 

Fuimos sorprendidos por la existencia actual  de tal organización  y aterrorizados, delante de tal hecho, de cómo la alineación, asociada a la maldad, puede desestructurar al ser humano.

 

Después de tomar  conocimiento de los detalles, un plan de trabajo fue definido, después que un mensajero de elevada región vino hasta nosotros.

 

Durante algún tiempo luchamos  por ser  adecuadamente preparados,  inclusive aprendiendo a liberar vibraciones más sublimadas,  a fin de ofrecer a la materia mental y sentimientos puros que pudiesen erguir  un campo de fuerza energético alrededor del local.

Almas devotas estuvieron con nosotros permanentemente, instruyéndonos, fortificándonos  y revelándonos la excelsitud del amor.

 Entretanto, era preciso hacer algo más, deshacer la organización no representaría , en principio, mayores problemas;  el desafío  seria convencer  a los instructores   para no hacer más aquel tipo de maldad. Variadas tentativas  fueron enviadas, en este sentido.

 

Orientadores esclarecidos de la Vida Mayor fueron  rechazados y hasta ridicularizados.

Nada conseguíamos con los dirigentes de aquella institución, volcada para la práctica del suicido.

 

Más, la victoria llegó, gloriosa, al final de la tarde del último domingo (1) cuando, invitados a participar del cierre del  Congreso, aquellos dirigentes presenciaron  la luminosidad del amor.

 

Amor

Consiguieron, finalmente, ver el significado de la vida,  su importancia y fundamentos.

 Fueron momentos de gran emoción que envolvieron a todos, cuando  una nesga luz descendió  sobre los encarnados y desencarnados en el exacto momento en que todos,  en ambos planos de la vida,  se dieron las manos  y cantaron en pro de la paz.

 

La ráfaga de luz se alargo, creció, envolvió a todos. La fuerza del amor broto plena  y, en sublime  explosión, rompió en el aire, circulo sobre  la cabeza de todos, se expandió como poderosa ola para más allá del recinto, llegando hasta la ciudad.

 

Brasil se inundo de luz, en el aire, en el suelo, en las aguas.

Nuestra  visión estupefacta y maravillada parecía  que una nueva estrella estaba surgiendo.

Los seres de la Creación, vegetales, animales y hominales, los elementos inertes, rocas y minerales, las construcciones humanas, construcción de edificios, avenidas, bancos, reparticiones públicas y privadas, residencias, todo en fin, fue bañado  por luz pura y cristalina que  bajaba de lo alto.

 

Rápida, la bella luminosidad  separó del corazón de la Patria para todos los rincones de Brasil, de las Américas, de Europa, África, más allá,  en el Extremo y Medio Oriente,   llegando a todos los continentes, países y ciudades.

 

Alcanzó los polos del Planeta, giró,  en  bailado sublime, por breves minutos alrededor de la Tierra y se prolongó  más allá, en dirección al infinito.

 

Jesús  se había aproximado al Planeta, en brevísima visita de luz, amor y compasión.

¡Jamás presencie tanta belleza y tanta paz!

Con afecto

Yvonne Pereira

 

Mensaje recibido por Marta Antunes de Moura en la Federación Espirita Brasileña el 22 de abril del 2010. Reformador Ago. 2010  (1) Domingo, 18 de abril 2010: (2) día de cierre del 3º Congreso Espirita Brasileño.

Todos los presentes cantaban, emocionados, la música por la paz

Traducido por M.C.R

ELOGIO PONZOÑA EN LA FORMA VERBAL

ELOGIO PONZOÑA EN LA FORMA VERBAL

¿Qué es lo que la persona suele valorizar más: la satisfacción sexual,  el dinero,  la comida, el alcohol,  los amigos o los elogios? Investigadores evaluaron    los deseos y gustos de algunos estudiantes universitarios sobre una serie  de deseos y gustos  y los resultados para sorpresa de los estudios  indicaron que los voluntarios  dan más valor a un elogio  o a una evaluación positiva que comer su comida preferida, satisfacerse sexualmente, beber,  recibir el salario del mes  y hasta incluso  que encontrar un buen amigo. (1)

Por tanto, y ante la sorpresa, los investigadores confirmaron  que el deseo  de “sentirse valorizado” a través de los elogios triunfa sobre cualquier otra situación placentera. Creemos que estamos observando generaciones  en donde una parte gigantesca de ciudadanos es constituida por adultos condescendientes, inmaduros para los obstáculos, decepciones y desafíos de la vida, incapaces de lidiar  con conflictos y dotados de una  alucinante certeza de que el mundo  les debe algo., por eso exigen ser mimados.

No hay duda que la ausencia de palabras y frases motivadoras, cada vez más comunes en los ambientes domésticos, perjudica a relación aparente. Raramente se observan a muchos  hombres estimular con palabras edificantes  a sus mujeres  o viceversa, no se constata regularmente jefes estimulando con sinceridad  el trabajo de sus subordinados, no es muy común padres e hijos estimulándose con palabras afectuosas.

Es obvio que el buen profesional, y  aunque no lo aparente,  le gusta ser valorizado, al buen hijo le gusta ser reconocido, el buen padre o la buena madre le gusta ser recordados amorosamente, al buen amigo,  a la buena ama de casa,   a la mujer que se cuida, al hombre que se cuida, en fin, vivimos en una sociedad en que  uno precisa del otro, es imposible a un hombre vivir solo, y las palabras motivadoras (que no  pueden tenerse como elogios) son  la oxigenación de ánimo en la vida de cualquier persona.

Desde que  penetramos  en las enseñanzas kardecianas aprendemos que el elogio (aunque bien intencionada)  nos conmueve  y elude. Y nada existe más frágil  que una criatura ilusionada a su propio respecto.  ¡Es verdad! Los Benefactores nos advierten  con el fin de que no perdamos  nuestra independencia constructiva  a cambio de consideraciones humanas (adulaciones), puesto que la   trampa  que pune al animal criminal es igual  a la que sorprende al  canario negligente.

Aun en los momentos de dificultades de alguien, “en las horas difíciles, en las que vemos a un compañero despeñarse en las sombras interiores, no olvidemos que, para auxiliarlo,  es tan desaconsejable la condenación, como el elogio.” (2) Susurra la prudencia cristiana  que nunca  cediéramos campo a la vanidad  sino  viviésemos reclamando el deletéreo coctel de la lisonja a nuestro egocentrismo  poco saludable.

Invariablemente quedamos  sometidos a las injunciones sociales cuando buscamos la aprobación (elogio) de los otros, “cuando permanecemos en la posición de permanentes esclavos  y pendientes del aplauso hipócrita y del barniz, de la lisonja, condicionándonos a vivir sin  disfrutar de la libertad de la conciencia, sometiéndonos a ser manipulados por los juicios y opiniones ajenas.”(3)

El elogio nos facilita la presunción,  la presunción nos remite la vanidad.  En ese deseo  insufrible de llamar la atención ajena, que remos ser aplaudidos  y reverenciados delante de los otros. Actualmente se adopta asustadizamente el habito de los dirigentes incautos elogiar y exaltar a oradores en público. ¿Esas pompas y congratulaciones, observadas  alrededor de algunos oradores famosos, no sería la repetición de las pompas  del cristianismo sin Cristo?

A rigor, si alguien viene  en público decir que un orador es “maravilloso”, “fantástico”, “brillante”, “inolvidable”, “Insustituible” y otras adulaciones más, lógicamente está elogiando y no estimulando o motivando  a tal “homenajeado”

Por esas razones es importante vigilar las propias manifestaciones, no juzgando indispensable  y prefiriendo la autocritica  al autoelogio, recordando que el ejemplo de humildad es la mayor fuerza para nuestra transformación moral. “Toda presunción evidencia  alejamiento del Evangelio.” (4)

Es urgente huir de elogiar a alguien que está obrando de conformidad con nuestras conveniencias, para no crearle trampas al camino ennoblecedor, “aunque nos constituya un deber prestarle asistencia y cariño para que se agigante más en las buenas obras.

El elogio es un veneno  en forma verbal. Por esa razón no olvidemos que “aunque provenga de círculos bien intencionados, urge rechazar el toxico de la lisonja, pues  el rastro del orgullo, sigue a la ruina.” (5)

Jorge Hessen

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ALMÁ Y TEORÍA CELULAR

ALMÁ Y TEORÍA CELULAR

 

 

Todo el que sabe mirar la Naturaleza con ojos filosóficos descubre que ella es la gran educadora, donde reside toda la verdad, y observando ve los secretos que permanecen velados para los ignorantes. Nada aparece súbitamente  y en el estado perfecto, así lo dicen las leyes que rigen las múltiples evoluciones  de la materia física o viva.

 

El sistema solar, nuestro planeta, los vegetales, los animales, el lenguaje, las artes, las ciencias, todo, lejos de haber brotado espontáneamente, es el resultado de una larga y gradual ascensión, desde las formas rudimentarias hasta las modalidades que en nuestros días conocemos.

 

En el alma humana, sucede lo mismo, vemos en la Tierra que pasa por fases de diversas manifestaciones, desde el salvaje hasta el genio de las naciones civilizadas.

 

El alma tanto en el ser humano como en el animal  es indivisible, dado que  los primeros fulgores   del instinto  son los signos reveladores  de su acción. A partir de los animales simples como los zoófitos, ha adquirido sucesivamente  el periespiritu, mediante transformaciones incesantes, sus propiedades funcionales.

 

La envoltura del alma es el  “periespiritu”, tanto en los animales como en el hombre, individualiza al principio pensante por medio del fluido universal que lo constituye.

Este punto poco estudiado, ha sido corroborado y comprobado, con la intervención  de mediúms videntes, que el alma animal no se destruye con la muerte.

 

Si el principio inteligente del animal sobrevive a la materia, si goza de individualidad, es posible aplicarle  las mismas reglas que rigen al alma humana, explicándose así todo.

 

Por medio del Espiritismo  se comprobó  experimentalmente  la necesidad de la reencarnación del alma humana; la ley de continuidad  en los seres vivos, permite  creer que el alma del animal está sometida a ese mismo proceso: de este modo el principio inteligente  animaría sucesivamente  organismos y más organismos cada vez más perfeccionados, a medida que  fuera adquiriendo capacidad  para dirigirlos.

 

El Espiritismo, no inventa nada,  al proclamar la existencia del periespiritu, demuestra que tal órgano  reproduce fluìdicamente la forma corporal de los animales, que es permanente  en medio del flujo perpetuo de las moléculas vivas y, consecuentemente  que en él es donde radican  los instintos  y las modificaciones de la herencia. Por ser inmutable, pese  a los incesantes  cambios de que  es testimonio el hombre contiene – digámoslo así –  los estatutos y las leyes  que dirigen la evolución del Ser; no se disgrega con la muerte, sino que se constituye  la individualidad  póstuma  del principio intelectivo; tomando en registro  todas las modificaciones que le proporciona  las numerosas y sucesivas existencias, acabando por hacerse apto, después de haber recorrido toda la serie, no solo para organizar y dirigir organismos  muy complicados, sino para hacerlo sin conocimiento del alma.

 

Si no sabemos como  están constituidos los seres vivos, es difícil comprender  el papel de periespiritu y del sistema nervioso. Los médicos, los naturalistas  y los filósofos hablan constantemente  en sus escritos de las sustancias vivas, de moléculas orgánicas, de materia organizada, de tejidos, de órganos, etcétera; pero pocos dan una definición precisa de tales frases. En los animales superiores se advierte la carne, los huesos, los tendones, los nervios, los vasos, las membranas, etcétera.  Se ha adquirido la certeza  de que el organismo de un vegetal o animal cualquiera, proviene  de la reunión,  de la asociación  de un número inmenso de células, y las partes diferentes del cuerpo animal o vegetal  son debido a las modificaciones  que las células sufren.  En química, por descomposiciones  sucesivas, los productos más complejos pueden siempre reducirse  a los elementos primordiales, a los cuerpos simples  de que están formados; en historia natural, la célula aparece  como el residuo último  de toda clase de residuos. La molécula orgánica, es el elemento  anatómico por excelencia de que están formados todos los seres vivos.

 

La célula esta compuesta de tres partes: aunque varia en su forma, siempre  se compone de tres partes 1ª) un núcleo solidó que está en el interior 2ª) un liquido que baña al núcleo, y la 3ª) una membrana que lo envuelve todo.

 

La parte esencial, la parte verdaderamente viva, es el líquido, al que se ha dado el nombre de protoplasma; de manera que este líquido gelatinoso es el que constituye realmente el fundamento de la vida orgánica. En tanto él vive en los millones de células que forman un cuerpo, el cuerpo vive también; cuando él muere en una parte cualquiera de las células que componen un miembro, el miembro muere; si se destruye, en fin, el protoplasma en la totalidad de las células, el cuerpo entero muere.

 

Si la teoría de la evolución es exacta, la vida debió principiar en la Tierra por la formación del protoplasma. Este hecho se verifica en nuestros días. Las exploraciones de los grandes fondos submarinos han dado a conocer una sustancia gelatinosa que parece ser la primera manifestación vital». Los notabilísimos trabajos de Haeckel respecto a tales seres rudimentarios, confirman plenamente las deducciones de Darwin y dan al transformismo una base seria.

 

El modo de reproducción de las células  es muy simple: cuando a alcanzado cierto volumen, se producen  una o muchas divisiones en su masa, se fracciona en dos o más partes, y cada una de ellas, se hace independiente, se nutre y crece como la célula, madre, hasta que llega el momento que a su vez da  nacimientos a otras células semejantes. Algunas veces las células originarias de la primera nos e separan, sino que forman una serie de células  asociadas, que dan nacimiento a su vez a otras y otras,  también unidas, según el grado de vitalidad que posean. Esto es lo que acontece a los animales, vegetales  y al hombre.

 

Aun en las asociaciones más complejas las células que constituyen un ser vivo no pierden por completo su independencia: cada una de ellas vive por su cuenta, y las diversas funciones fisiológicas del animal, no son otra cosa que la resultante de los actos cumplidos por un cierto grupo de células.

 

El objeto de todo organismo es vivir, y cada parte concurre a la consecución de este resultado en la esfera que le es propia. Se puede comparar el cuerpo vivo a una manufactura, cada órgano a un conjunto de obreros y cada obrero a una célula. Cada obrero tiene que efectuar un trabajo especial, pero uniendo las piezas elaboradas de este modo, se obtiene el objeto manufacturado.

 

«La comunidad, como el individuo, tiene su unidad abstracta y su existencia colectiva; es una reunión de individuos, frecuentemente en número inmenso, que no obstante puede ser considerada como un individuo solo, como un ser único, aunque compuesto. Y es así, no solamente para la abstracción más o menos racional, sino para la realidad, materialmente, lo mismo para nuestra inteligencia que para nuestros sentidos, porque está constituida como un ser organizado, de partes continuas y recíprocamente dependientes, todas ellas fragmentos de un mismo todo, aunque cada una por sí sea a su vez un todo más o menos bien circunscrito; todas ellas miembros de un mismo cuerpo, aunque cada una constituye un cuerpo organizado, un pequeño colectivo…

 

«Como la familia y la sociedad, la comunidad puede estar muy diversamente constituida. La fusión anatómica, y, por consecuencia, la solidaridad fisiológica de los individuos así reunidos, puede estar limitada a unos pocos puntos y a unas pocas funciones vitales, o extenderse a la casi totalidad de los órganos y de las funciones. Todos los grados intermedios pueden presentarse también, y se pasa por gradaciones insensibles de seres organizados en quienes las vidas colectivas permanecen aún casi independientes y los individuos claramente diferenciados, a otras en que los individuos son de más en más dependientes y mixtos, y tras éstas a otras en que todas las vidas se confunden en una vida común y las individualidades propiamente dichas desaparecen más o menos completamente en la individualidad colectiva».

 

Los animales superiores son estas individualidades colectivas, aunque sólo desde el punto de vista vital. Hemos visto ya que la fuerza vital es un principio y un efecto: un principio porque es necesario un ser vivo para comunicar la vida, y un efecto, porque una vez fecundado el germen, las leyes físicas y químicas se encargan del mantenimiento de la vida. Aquí no caben equívocos: la fuerza vital tiene existencia propia, puesto que cada ser puede reproducirse en un semejante suyo, y puesto que no se puede dar vida artificialmente a un compuesto inorgánico. Más todavía: suponiendo que se llegara, por ejemplo, a fabricar un músculo sensible de manera que produjese los mismo fenómenos que un músculo ordinario, el músculo fabricado no podría regenerarse, como acontece incesantemente en el organismo vivo. Luego, aunque el principio vital opere y se mantenga por medio de leyes naturales, no cabe ninguna duda de que es distinto de tales leyes. Aquel principio es una fuerza, una transformación especial de la energía; no goza de existencia sobrenatural, pero sí es el producto necesario de la evolución ascendente, el primer grado, no de la organización, pero sí del mantenimiento, de la reparación de la materia viva. Pueden hallarse indicios de este principio reparador hasta en la materia bruta: un cristal está capacitado para cicatrizar sus heridas. Pasteur ha puesto este hecho en evidencia (véase Comptes rendus, del 16 de mayo de 1881).

 

Si a un cristal roto en cualquiera de sus partes se le coloca en la disolución a que debe su origen, se observará que no solamente crece en todas sus caras, sino que se inicia un trabajo de reconstitución mucho más activo en la parte lesionada, hasta que el daño queda reparado; una vez conseguido esto, se reestablece la simetría. Si se colora el agua madre con una sustancia violeta, por ejemplo, se verá distintamente el trabajo suplementario que se realiza para la reconstitución de la parte destruida.

 

El principio vital, por consiguiente, es una fuerza esencialmente organizadora y reparadora y, en los vegetales y los animales, él es quien repara las células destruidas por el uso, siguiendo un plan determinado. Podemos considerarle en cierto modo como el desenvolvimiento, el grado superior, la transformación exaltada de esa fuerza que en los cuerpos brutos conocemos por afinidad. Además, el fluido vital obra sobre las moléculas que produce el fantasma magnético. Si se niega la existencia de una fuerza vital, aunque invisible e imponderable, no es posible comprender cómo un cuerpo vivo conserva una forma fija, invariable, según la especie a que pertenezca, a pesar de la renovación incesante de las moléculas del cuerpo.

 

En tanto la vida es difusa, como en los animales inferiores; en tanto todas las células pueden vivir individualmente sin necesitarse unas a otras, el principio inteligente no se revela en ellas de un modo claro, puesto que en estos seres rudimentarios no se observa sino la irritabilidad, es decir, la reacción a una influencia externa sin sensibilidad apreciable; pero desde el momento en que el sistema nervioso aparece, se concentran en él las funciones animales, la comunidad viviente se transforma en individuo, y el principio inteligente toma a su cargo el gobierno del cuerpo, manifestando su presencia por los primeros fulgores del instinto.

Trabajo realizado por Merchita, extraído del libro Evolución Anímica de Gabriel Delanne

RECRISTIANIZACIÓN DE LOS HOMBRES

RECRISTIANIZACIÓN DE LOS HOMBRES

En el conformismo que caracteriza los tiempos modernos, no son pocos los espíritus de la literatura y de la filosofía que apelan para la recristianización de los hombres.

Entretanto, no hablamos de recristianización, en cuanto  afinamiento de la mentalidad del mundo terrestre en el ideal de perfección y de amor de Jesucristo no llego a verificarse en tiempo común.

Apelamos para la cristianización de todos los espíritus y es dentro de ese sentido  que se guarda  el más alto objetivo de todas nuestros mensajes extraterrestres.

El hombre creció y evolucionó físicamente, sin que progresase, en identidad de circunstancias, su posición espiritual.

Algunas almas nobilísimas le trajeron  en un esfuerzo generoso las grandes ideas de sus tratados de filosofía social y política.

Todos esos genios del Espacio, encarnados en el mundo vivieron aislados  de sus contemporáneos.

Incomprendidos en su siglo, apenas consiguieron una facción de entendimiento de la posteridad, cuando la muerte ya los había arrancado del escenario  de actividades del mundo.

Y si me refiero a esos grandes espíritus de la Humanidad es solamente para resaltar que las ideas evolucionadas del campo social deberán solamente a ellos  su surto, en el seno de las colectividades, en estos últimos años del Planeta.

La prueba de eso es que los hombres, como los Estados que son  los aparatos físicos de la colectividad terrestre y humana, regresan actualmente  a todos los procesos de fuerza.

La corona fue sustituida por el poder integral y absoluto de los dictadores  en vuestro tiempo de incomprensión.

Los últimos acontecimientos en las cancillerías  europeos son la prueba de nuestro acierto.

No existe tanta necesidad de expansión por parte de las potencias imperialistas.

Lo que existe es la dilatación del espíritu agresivo de los pueblos  considerados fuertes, en virtud de las conquistas  fáciles de la fuerza bruta.

En todos ellos prevalece solamente  la voluntad de potencia y el interés inferior del dominio político.

Ayer era Italia, dividiendo a  Abisinia, sin que el derecho internacional estableciese la posición histórica de los humillados y ahora es Japón queriendo transformar  500 millones de chinos  en instrumentos de su ambición, para  marchar con nuevas huestes de Gengis Khan sobre el mundo europeo, como aconteció hace nueve siglos; es Alemania, apoderándose sumariamente de Austria,  España debatiéndose en la terrible guerra de las ideologías.

Las naciones interesadas igualmente  en el poder internacional hacen las comedias diplomáticas, en sus reconocimientos “de jure” o  “de hecho”, más la verdad que resalta de todo eso, de todos esos acuerdos es que la mentalidad humana retrocedió algunos siglos, en lo que se refiere  a su posición  espiritual.

 

Consideramos, sin embargo, que es la propia ambición de cada país que hará  pudrirse  todos los ejes diplomáticos y a todas las alianzas del  poderío militar, lanzando sobre las almas el fantasma  de la masacre y del sufrimiento.

El cuadro de la civilización europea, desarrollado en el Mediterráneo que quedo como escuela  terrible  de sus ambiciones y de sus absurdos, es bastante doloroso para cuantos se preocupan con los problemas serios y graves de la vida.

La guerra es inevitable en esa  civilización que depende exclusivamente del militarismo.

Los grandes ejércitos son su gran ruina, todavía, consideremos que Jesús está  en el timón y su barco no puede zozobrar.

Que Dios se apiade de todos nosotros, tornándonos dignos de la gran tarea de revivir el Evangelio, en su expresión pura y simple, para el necesario erguimiento moral de la Humanidad.

Por el Espíritu Emmanuel – Del Libro. Acción, Vida y Luz, Médium: Francisco Cándido Xavier

EL ALMA ES INMORTAL

El alma es inmortal

Gabriel Delanne

Lo mismo que en el hombre viviente hay que distinguir el espíritu de la materia, de igual manera no hay que confundir el periespiritu con el alma. Las concepciones sobre la naturaleza del alma humana han evolucionado, en el curso de las edades, desde la materialidad más grosera hasta la espiritualidad absoluta.

 

La naturaleza íntima del alma nos es desconocida. Cuando se dice que es inmaterial, es preciso entender esta palabra en un sentido relativo y no absoluto; pues la inmaterialidad perfecta sería la nada; ahora bien, el alma o el espíritu1 es algo que piensa, que siente, que quiere; es preciso, pues, entender por la expresión “inmaterial” que su esencia es de tal modo diferente de lo que conocemos físicamente, que no tiene analogía alguna con la materia.

 

Los trabajos de los filósofos, lo mismo que las enseñanzas religiosas, nos han habituado a considerar el alma como una esencia pura, una llama in material. Estas miras tan diferentes se refieren a la manera como se considere el alma. Si se la estudia objetivamente, fuera del organismo humano, durante las apariciones, parece tan material como el cuerpo físico. Si se la observa en sí, parece que su sola característica sea el pensamiento. Todas las observaciones de la primera categoría han sido relegadas entre las supersticiones populares, y la idea de un alma sin cuerpo ha prevalecido. En tales condiciones, se hacía imposible comprender por qué procedimiento esa entidad podía obrar sobre la materia del cuerpo o recibir las impresiones en él. ¿Cómo imaginar que una sustancia sin extensión, y por consiguiente fuera de la extensión, pudiera obrar sobre la extensión, es decir, sobre cuerpos materiales?

 

El alma no puede concebirse sin ir acompañada de una materia cualquiera que la individualice; pues muerta le sería imposible entrar en relación con el mundo exterior. Sobre la Tierra, el cuerpo humano es ese medio que nos pone en contacto con la naturaleza; pero después de la muerte, siendo destruido el organismo, es preciso que tenga otra envoltura para estar en relación con el nuevo medio que debe habitar. Esta inducción lógica ha sido fuertemente sentida en todos los tiempos, tanto más cuando las apariciones de personas muertas, que sin embargo, se dejaban ver bajo su forma terrestre, venían a robustecer esta creencia.

 

Lo más frecuente es que, el cuerpo espiritual reproduzca la forma que el espíritu tenía en su última encarnación; y a esta semejanza del alma, probablemente, son debidas las primeras nociones de la inmortalidad.

 

Al mismo tiempo que su espiritualidad, se nos enseña la inmortalidad del alma. En la Tierra tenemos un cuerpo definido por la forma de nuestra envoltura física, un cerebro que parece registrar los archivos de nuestra vida mental; pero cuando este cuerpo muere, cuando esta sustancia física se destruye, ¿qué será de los recuerdos de nuestra existencia actual?, ¿dónde se localizan las adquisiciones de nuestra posible vida intelectual? ¿El alma está destinada a fundirse en la erraticidad, a desvanecerse en el Gran Todo perdiendo su personalidad?

 

Estas consecuencias son rigurosas, pues el alma no podría subsistir en el espacio sin una forma que la individualice. Una gota de agua en el Océano es inapreciable de sus vecinas, no se diferencia del resto del líquido, a menos que esté contenida en alguna cosa que la limite, o si, aislada, toma la forma esférica, sin lo cual se pierde en la masa, y no tiene ya existencia distinta.

 

El Espiritismo nos hace comprobar que el alma es siempre in separable de cierta sustancialidad material; pero afectando una modalidad especial, infinitamente rarificada, cuyo estado físico procuraremos definir. Esta materia posee formas variables según el grado de evolución del espíritu y según habite en la Tierra o en el espacio. El caso más general es que el alma conserve temporalmente, después de la muerte, la forma que tenía el cuerpo físico en la Tierra. Este ser invisible e imponderable, a veces puede, en circunstancias determinadas, revestir un carácter suficiente de objetividad para afectar los sentidos e impresionar la placa fotográfica, dejando así huellas duraderas de su acción; lo que pone fuera de duda toda tentativa de explicación de este fenómeno por la ilusión o la alucinación.

 

Estudiando los elevados fenómenos del Espiritismo, fácil nos será comprobar que el organismo fluídico contiene todas las leyes organogénicas en relación a las que está formado el cuerpo. La forma típica del individuo puede sostenerse durante toda la vida, no obstante la renovación incesante de todas las partes del cuerpo. Al mismo tiempo, desde el punto de vista psíquico, es fácil comprender dónde y cómo se conservan nuestras adquisiciones intelectuales. Hemos establecido en  parte cómo concebimos el papel representado por el periespiritu durante la encarnación; nos bastará decir aquí que, gracias al descubrimiento de este cuerpo fluídico, podemos explicarnos científicamente de qué manera conserva el alma su identidad en la inmortalidad.

 

¡Ojala, puedan estos primeros esbozos de una psicología trascendental, incitar a los sabios a escrutar este maravilloso dominio!  Estos  trabajos tienen por resultado determinar a algunos espíritus independientes entrar en las filas del Espiritismo; mas, cualquiera que sea el resultado, está próximo el tiempo en que la ciencia oficial, forzada en sus últimas trincheras se verá obligada a ocuparse del asunto que fue objeto de investigaciones. Ese día el Espiritismo aparecerá como lo que realmente es: la Ciencia del Porvenir.

Enviado por Merchita, extraído del Libro  del mismo nombre “El Alma  es Inmortal”

CUADROS DE OBSESIÓN

CUADROS DE OBSESIÓN

En la Tierra, el amor es, todavía, hijo de la inmediatez y de los intereses, no  siempre arrimados a la nobleza de los sentimientos  elevados, celando por la criatura querida.

 

Más siervo de la sensación que amigo de la emoción, se convierte en el arquitecto de tragedias  que disimula con arremetidas  sentimentalistas, evadiéndose cuanto más  de él se necesita.

 

La saludable fraternidad no medrando en los corazones,  como seria de desear, responde por la falta de preparación de las criaturas para los acontecimientos  más graves y nobles, entre los cuales el amor asume un papel preponderante.

 

La existencia física, en la Tierra es un eslabón de inmensa cadena atando a la criatura a la Vida, o se convierte en un peldaño de larga escalera colocada en dirección a lo alto…

 

Considerando que la Revelación Espirita viene  hoy concienciando a los hombres sobre su realidad espiritual, las leyes  Kármicas que rigen la vida, y los deberes morales que deben ser tenidos en cuenta, la vivencia evangélica  como pauta  de comportamiento,  aun así, nos  enfrentamos  con criaturas  distraídas que esperan recibir sin dar, merecer sin hacer cualquier esfuerzo, para conquistar valores  íntimos. Cuentan con el perdón para las faltas, pero no las disculpan en el prójimo; esperan cariño, que no les gusta retribuir, admiran el trabajo, si bien solamente en palabras, desde que no se dedican a el; teorizan sobre innumerables cosas, no yendo  más allá del verbalismo… Como es comprensible, se engañan, pero no convencen a nadie.

 

Billones de seres microscópicos, individualizados, trabajan para el comando de la mente, que retrata  las adquisiciones anteriores,  en la condición de conquistas  o deudas, ajustados perfectamente  a los implementos vibratorios del alma, emite y capta  irradiaciones específicas, en la forma de oscilaciones  electromagnéticas, que componen el cuadro de la individualidad humana…

 

En razón de la conducta mental,  las células son estimuladas  o bombardeadas  por los flujos de los intereses  que le placen, promoviendo la salud  o siendo la génesis de los desequilibrios que derivan de la falta de armonía. En estado de mitosis, esas unidades, degeneran,  ofreciendo campo a las bacterias patológicas que se instalan  venciendo los factores  inmunológicos, que por las hondas del mal humor, pesimismo, rebeldía, odio, celos, envidia, lubricidad y vicios son desactivados o debilitados transformados  en poderosos  agentes de la perturbación y del sufrimiento.

 

Existen obsesos  porque hay deudas que rescatar. La obsesión resulta del connubio  por afinidad de ambos compañeros.

 

El reflejo de una acción genera otro reflejo equivalente, cuando una actitud arremete recibe una respuesta de violencia, por el contrario, si el endeudado se presenta lleno  de sanas intenciones con vistas al resarcimiento del debito encuentra benevolencia  y comprensión para recuperarse.

 

La culpa consciente o inconscientemente  instalada en el domicilio mental, emite  ondas que sintonizan con  inteligencias enfermas, habilitándose a mórbidos intercambios.

 

En el caso especifico de las obsesiones entre encarnados y desencarnados, identificando la irradiación enfermiza el desencarnado  del endeudado, por ser también infelices, inician  el cerco al adversario pretérito,  a través de imágenes, mediante  las cuales se hacen notar, sin necesitar las palabras para ser percibidos, insinuándose insistentemente hasta establecer el intercambio que pasan a comandar…

 

La mente, viciada y aturdida por las ondas perturbadoras que capta del obsesor, pierde el control armónico, automático sobre las células, facultando que las bacterias patológicas proliferen, dominadoras. Tal desarmonía propicia la degeneración celular en forma de cáncer, tuberculosis, lepra y otras enfermedades complejas que la Ciencia viene estudiando.

 

Solamente el radical cambio de comportamiento del obseso resuelve, definitivamente, el problema de la obsesión.  Sin ejercicios de reflexión profunda, sin hábitos de edificación saludable del bien en si mismos; sin la constante oración como intercambio de fuerzas parafisicas, el hombre derrapa en actitudes imprevisibles, dirigiéndose hacia la mentirosa trampa  del suicidio. Excitados en una profunda  depresión, saltan  en el largo derrotero de la alineación en cuadros neuróticos, sicóticos, esquizofrénicos…

 

Al principio, se manifiestan como una idea que se insinúa. Otras veces, son un relámpago fulgurante en las oscuras noches de los sufrimientos, como solución libertadora.

 

Posteriormente, se hacen fijación del pensamiento infeliz que se adentra,  dominando  los cuadros de la mente y comandando el comportamiento, surgiendo en forma de ser el suicidio la mejor actitud, como la más correcta solución ante los problemas y desafíos.

 

La obsesión es clamorosa  enfermedad social que domina el pensamiento moderno, que desborda del imperio de factores disolventes, elaborados por la  mecánica  del materialismo simulado de idealismos voluptuosos, que incendian mentes y anestesian sentimientos.

 

La reflexión y el examen  de la supervivencia del espíritu, el posicionamiento en una ética cristiana, el estudio  de la ciencia y de la filosofía espirita, constituyen directrices seguras para conducir la mente  con equilibrio, preservando  las emociones con las cuales el hombre se equipa con seguridad para el proseguimiento en la escala evolutiva.

 

Cada suicida en potencial necesita, ciertamente, del apoyo fraternal, terapia espiritual, comprensión moral de cuantos le rodean  y asistencia médica especializada.

 

Todo tratamiento quirúrgico, aunque es una oportunidad para la recuperación del paciente, es una delicada incursión en el organismo, cuyos equipamientos tienen su propia mecánica de creación, imprevisibles muchas veces.

 

La anestesia, por otro lado, no obstante las bendiciones de que es portadora, puede generar consecuencias y secuelas no esperadas; cualquier  descuido, por tanto, puede ser factor de daños irreversibles o también muertes indeseadas.

El pasado es pesado carga que no siempre se consigue conducir como es deseable. Frecuentemente, muchos reinicio de actividades  para la redención culmina en agravamiento de debitos que solamente las expiaciones lenitivas consiguen ajustar mediante procesos más drásticos  para el ser espiritual.

 

El mundo mental, constituido por ondas que se mueven en franjas vibratorias especificas, faculta la sintonía de aquellas otras de la misma frecuencia, facilitando  la identificación entre las criaturas, en el mundo físico, de estas con los desencarnados y entre  estos últimos.

 

Somos el resultado  de las experiencias  adquiridas por la vivencia en el campo de la evolución. Hay un largo camino que quedó detrás, recorrido con dolor y sombras, sin embargo, al frente se abre, un inmenso trecho virgen para recorrer. Nadie consigue alcanzar el éxito, sin romper las cadenas  con la retaguardia en la cual están las marcas de nuestro transito… Olvidados de vivir  desde ayer las leyes del amor establecidas por los Códigos de la vida, nos hicimos verdugos del prójimo, en la caza  del placer exorbitante y el poder alucinado, ofreciendo culto  al personalismo y a los vicios en que nos ejercitamos ampliamente, sin intentar  vencer los instintos más primarios. Para conseguir lo que nos agradaba, no vacilábamos en herir, ofender, destruir, traer la infelicidad.

 

Renovando el paisaje mental, sin embargo, con las almas mutiladas  por los delitos practicados, cambiamos la forma de  pensar, pero no la de actuar.  La arrogancia y la presunción, generadoras de la prepotencia, no se subordinan a la genuina humildad ni al servicio fraternal desinteresado. Los que se reencarnan, olvidan  a aquellos que les padecieron la impiedad y se arrojan  a nuevas aventuras constrictivas, comprometiéndose más y lanzando debitos adelante, que los sorprenderán  en el futuro, aun cuando parezcan olvidados…

 

Los actos infelices, deliberadamente practicados, en razón de la fuerza mental que necesitan, destruyen los sutiles tejidos del periespiritu que, resintiéndose por la desarmonía, dejaran matrices en la futura forma física, en la cual se manifestará las deficiencias purificadoras, y la caída del tono vibratorio especifico permitirá que los implicados en  los hechos, en el tiempo y en el espacio, próximos o no, se vinculen por el proceso de una sintonía automática, de la que no podrán evadirse. Ahí se establecen las enfermedades  de variada importancia. Los factores inmunológicos  del organismo, padeciendo  la arritmia  vibratoria  que los envuelve, son vencidos  por bacteria, virus  y toda suerte de microbios patológicos,  que más tarde se desarrollan, siendo la génesis  de las enfermedades físicas. En el área mental, por su parte, los conflictos y amarguras, los, los odios acerbos, las ambiciones delirantes y los tormentosos delitos ocultos,  en el momento  de la reencarnación, por estar insitos en el Espíritu endeudado, responden  por las más variadas alteraciones psíquicas  y alineaciones. Añadamos a estas predisposiciones  la presencia de los cobradores desencarnados, cuya acción mental encuentra perfecto  acoplamiento en el paisaje psicofísico de aquellos a quien persiguen, y tendremos la presencia de la constricción  obsesiva. Es rara la enfermedad  que no cuente con la presencia  de un componente espiritual, cuando no sea directamente  este su efecto. El cuerpo y la mente reflejan  la realidad espiritual de la criatura.

 

Hay enfermedades  y enfermedades.

 

Las primeras, ya se conocen  varias patogénesis, son sabidos  y estudiados  sus innumerables factores propiciatorios. Las segundas,  son  aquellas  en las cuales los enfermos, dotados  de sensibilidad mediúmnica más aguzada, absorben fluidos desarmonizados  y destructivos  de Espíritus  desencarnados con los cuales se vinculan; dando campo a una vigorosa sintonía que permite la transmisión de las sensaciones y dolores de los segundos para los que le sufren la acción, afligiendo y sometiendo las resistencias  en estos que; si no son atendidas en tiempo, se convierten en enfermedades  reales, a tenor de las razones  ya expuestas. Se convierten  en verdaderos fenómenos  de incorporación,  igual que ocurre  en la psicofonía atormentada y consciente, este hecho es más  habitual de lo que se piensa.  Solamente cuando el hombre  se de cuenta  de la finalidad de la vida en la Tierra, y procure modificar  sus actitudes, es que se renovará el paisaje  que, de momento, se le hace campo de conquistas al peso del dolor  y de la amargura; ya que todavía no le place crecer por el amor, ni por el  deber para con el Bien.

 

Trabajo realizado por Merchita

Extraído del Libro de Divaldo Pereira Franco: Cuadros de la Obsesión” (1ª) parte

LOS GEMELOS SIAMESES EN UN ANÁLISIS ESPIRITA

LOS GEMELOS SIAMESES EN UN ANÁLISIS ESPIRITA

 

Sobre los Espíritus encarnados  en la condición  de gemelos siameses o unidos (1), recordamos que tradicionalmente el termino siamés en el siglo XIX, en el año de 1811, con el primer caso  en el mundo  ocurrido con los hermanos Change  e Eng Bunker (origen  de Siamesa, actualmente Tailandia) –  proviene del término siameses. Change Bunker Fueron  conducidos para Inglaterra y posteriormente  para los Estados  Unidos.  Por una cuestión de programación espiritual, y ni podría ser diferente, los dos desencarnaron en el mismo día, con pocas  horas de diferencia, a los 63 años, estableciendo un record de sobrevida  entre los gemelos siameses.

Por las leyes reencarnatorios, en un solo cuerpo  solo puede reencarnar  más que un espíritu. Sin embargo, en el caso de los seres siameses, hay dos espíritus en cuerpos biológicamente adjunto (pegados) con dos cerebros (dicéfalos), dos individuos, dos mentes (2).

En las reencarnaciones  de los Espíritus simpáticos  se aproximan por analogía de sentimientos y se sienten felices por estar juntos.  Los seres que no se toleran  en ese caso se  repelen  y son infelices en la convivencia. ¡Es de ley!¿En los casos de  gemelos siameses, desde el punto de vista reencarnatorio, que  razones  llevarían a la justicia divina permitir tales anomalías  físicas? ¿Por qué esos espíritus  necesitan  permanecer   esposados  biológicamente, compartiendo órganos y funciones orgánicas, sabiendo que nada  es más intrínseco (intimo) y personal que el organismo físico?

La conjunción, por regla general, son dos espíritus ligados por odios cristalizados, construidos a lo largo de muchas reencarnaciones, y que reencarnan  en estas condiciones  raramente  por libre elección y ni por punición de Dios (más allá de eso, Dios no pune, ni castiga, apenas corrige a sus criaturas) más si por una especie de determinismo originado en la propia ley de Acción y Reacción (Causa y Efecto), que los hindús denominada de “Karma”.  Alternándose  las posiciones por irresistible atracción de odio y deseo de venganza, se buscan siempre  y terminan re aproximándose en condiciones conmovedoras, que los obliga a compartir hasta de la misma sangre vital y del aire que respiran.

La vida física dolorida posibilitará que ambos espíritus, durante la experiencia anómala en el cuerpo carnal, fijen lazos de unión y sustentación moral, catalizando sentimientos de amistad, fraternidad e inicio probable de reconciliación por el perdón.

Aun mismo entre espíritus afines o simpáticos, la experiencia descrita deberá ser una vivencia muy dolorosa, no obstante  ambos acepten, o sean forzados a cumplir juntos, visando amenizar  traumas morales del pasado para robustecer la reaproximación necesaria ahora y  en el futuro.

Muchas veces no es posible, de inmediato, disolverse esas vinculaciones anómalas  a fin de que haya total recuperación psíquica de los infelices  protagonistas. En el descorrer de los años, la imantación se  engrandece,  reuniendo dimensiones cruciales de alteración del cuerpo periespiritual de ambos. La analgésica transitoria, por la conmoción de conciencia  causada por la reencarnación, podrá impactar  y recomponer los sutiles tejidos  en  desarreglo del alma enferma.

En esas reflexiones doctrinarias no hay como desconsiderar que los padres son invariablemente  co-participantes del proceso, hasta porque son  los vínculos solidarios del pasado que los impone a experimentar el drama  de la vida  actual con los hijos.  No podemos afirmar  que son víctimas ingenuas de una ley natural injusta e arbitraria. El reencuentro común por las afinidades que atraen padres e hijos por simbiosis magnética apenas retrata los legítimos  mecanismos de la ley de causa y efecto  a la cual todos estamos sometidos.

La propuesta espirita  de la cuestión apunta  para algunas soluciones que pueden contribuir  científicamente  con la psicología y la medicina  de hoy y de mañana, considerando  el tratamiento. La práctica de la oración y de la donación de energías  magnéticas  a través  del pase, por ejemplo, son recursos adecuados e indispensables  para despertar conciencias  y minimizar  los traumas psicológicos. Soluciones esas que para ellos (xifopagos) se descortinan eficaces,  iluminándoles la conciencia para la necesidad   de la afectiva reconciliación, arrastrando la unión por el lazo indestructible y saludable del amor.

Jorge Hessen
(1) La nomenclatura viene del apéndice xifoides, que es la terminal del esternón (con s), situado en frente del pecho donde se unen las costillas, debido a que muchos de los estudios fueron unidos entre sí por esta parte del cuerpo.

(2) Cuando dos espíritus están uncidos a psicosfera materna y, posteriormente, la sangre vital del óvulo, se produce la fertilización, el cigoto (óvulo fecundado) bajo la influencia de energías espirituales diferentes tiende a dividirse. En la embriogénesis temprana cuando el huevo comienza a multiplicarse allí debido a la presencia de dos espíritus, la separación en dos células que formarán los niños de dos cuerpos. En circunstancias normales, cuando hay dos entidades espirituales vinculados con el huevo (óvulo fertilizado), esta separación se determina la aparición de los gemelos idénticos (monocigóticos). Sin embargo, en el caso de los siameses, ambos permanecen pegados entre sí durante el embarazo, la consolidación de la conexión física entre los dos cuerpos. A menudo, esta conexión puede realizarse a través de órganos vitales, poniendo obstáculos a la cirugía sin correr el riesgo de muerte para los siameses.

APARIENCIAS, REENCARNACIONES SUNTUOSAS Y PASES

APARIENCIAS, REENCARNACIONES SUNTUOSOS Y PASES

El Blog dos Espíritas

Por José Herculano Pires

Podemos ir aun más lejos y preguntar: ¿quien se conoce a sí mismo y puede evaluarse con seguridad? Si nuestros estudios  y nuestras prácticas espiritas aun no nos dieron siquiera la comprensión de la inferioridad de nuestro planeta, de la precariedad de los juicios humanos, de nuestra incapacidad para dominar los problemas de orden superior del plano espiritual, es evidente que precisamos de una revisión inmediata  y profunda de nuestra posición doctrinaria.

En esa misma línea de pensamiento  debemos encarar los problemas  del conocimiento de nuestras encarnaciones anteriores. Esa cuestión viene también sirviendo como posible criterio evolutivo a  médiums y predicadores. Estos,  a su vez, encuentran  apoyo para su posible autoridad en la doctrina en sus posibles recuerdos de vidas anteriores. Más de que recursos disponemos  para penetrar con seguridad  en ese problema, investigando  nuestras vidas pasadas y hasta aun mismo las vidas pasadas de los otros? El único criterio de que disponemos  nos fue dado sabiamente por Kardec: que examináramos las condiciones actuales para que supiéramos en qué condiciones vivimos en el remoto pasado.

Ese criterio se  basaría en el principio de la evolución y en el imperativo de conócete a ti mismo. Más nuestra ignorancia en relación a  la posición del Espiritismo  en el mundo, es tanta que nos olvidamos de la inutilidad de los títulos y posiciones  del pasado para querer saber  quien fuimos  y no lo que fuimos. Queremos tener la certeza, aun mismo  por  la auto- sugestión, de que fuimos  esta o aquella figuras histórica importante – un príncipe, un cardenal o por lo menos un asistente, una reina  o un gran guerrero – porque así nos sentimos mejores y hacemos que los hombres actuales nos consideren  con más respeto. Eso quiere decir simplemente que  cambiamos  los valores espirituales por  los valores materiales preventivos.

No preguntamos por nuestra humildad, moralidad, espiritualidad, bondad y pureza del pasado, preguntamos por la vanidad, arrogancia, criminalidad e inmoralidad. Sabemos muy bien  que los grandes de entonces, en la trágica historia humana, fueron feroces dominadores, y queremos  presentarnos aun hoy mismo con las insignias  de la grandeza brutal de otros tiempos.  Como decía Aristides Lo bo, el gran periodista paulistano, materialista y traductor de obras filosóficas, que acabo aceptando el Espiritismo y profiriendo en la Biblioteca Municipal una memorable palestra sobre su conversión; “Lo que extraño en el medio espirita es que he encontrado a muchos  sinvergüenzas reencarnados, más a ningún campesino honesto o basurero”.

Si nos fuese necesario recordar las encarnaciones anteriores, es evidente que las recordaríamos. Esos recuerdos están en nosotros mismos, gravadas en nuestra profunda conciencia. Más para nuestro beneficio las recordaciones del pasado son filtradas al pasar de la conciencia subliminar a la conciencia supra liminal.

El filtro protector solo permite que pasen por la línea divisoria del umbral los resultados de nuestras experiencias anteriores en forma de aspiraciones, aptitudes, tendencias, vocaciones, y sobre todo los propósitos  de no regresar jamás aquellas condiciones negativas que debemos olvidar. Este problema de las reencarnaciones  anteriores  es siempre disfrazado por la declaración de que el recuerdo sirve para  probar  el principio de la reencarnación. En realidad, lo que en general se busca no es eso,  más si  una base mayor y tanta más impresionante como aureolada por lo maravilloso, para nuestro prestigio actual en el medio espirita                      

Nos olvidamos, sin embargo de que la revelación de esas supuestas recordaciones sirve para ridicularizarnos  también para ante los espiritas de buen sentido  y la gran mayoría no espirita. Y lo que es peor: sirven para ridicularizar la teoría de la reencarnación y al propio Espiritismo ante los medios culturales. Acontece lo mismo en la cuestión de los pases. Es natural nuestra tendencia para la simulación, el disfraz.

Ingeniero dedico  abundante estudio sobre esa cuestión. En las competiciones de  la vida  tienen mucha importancia la apariencia. Somos siempre tentados  por el prestigio de las apariencias. El funcionario subalterno de una repartición publica aturde al público con exigencias de toda especie, enteramente  innecesarias, para hacer valer la importancia de su cargo, lo que vale decir su importancia.  Se forman numerosas órdenes honorificas  para conceder  comendas  y laterías variadas a los compradores de importancia.

Personas de pocos recursos gastan  lo que no pueden para hablar grosso en el medio  social. Es conocida la preferencia  de los hombres  de pequeña estatura  por los automóviles cola de pez. Las Universidades se llenan de alumnos para la conquista de un titulo  que les de prestigio, poco interesados en el conocimiento para adquirir, su desenvolvimiento cultural. Los fardones académicos transforman  a muchos escritores  de valor en momias comedoras de galletas.

Es tan natural esa tendencia que generalmente no se percibe el ridículo  de todas  esas cosas. es también natural que esa tendencia exista en el medio espirita, a pesar  de todas las advertencias doctrinarias sobre  la efemeridad de las glorias mundanas. El ejemplo de Jesús, el rabí popular que no procuró las vestiduras  del Templo, fue soterrado  por los honores otorgados después de la muerte que le confirieron, transformándolo hasta incluso en un tercio de Dios. Sin embargo, una tercera parte de Dios proyectada en la Tierra podía darse el lujo de no ligar para las cosas del mundo. Más nosotros los hombres, no podemos hacer eso.

Toda la suntuosidad del Templo  y de las prerrogativas, que Jesús rechazo, fue transformada en la suntuosidad de las iglesias cristianas y en las ordenaciones sacerdotales  con su jerarquía y su ritualismo complicado.

En el Espiritismo los hombres  irían a perder de un momento para otro  esa tendencia de la especie. Como la doctrina no permite los beneficios del sistema eclesiástico,  era necesario arrojar algunos sustitutivos. Uno de ellos, es el de las graduaciones mediúmnicos  y el de las reencarnaciones suntuosas.  Surgieron y surgen  constantemente las complicaciones en la práctica.

El pase se tornó popular por su eficacia.  Más es tan simple un pase que no se puede más que darlo.  Se crearon entonces las complicaciones. Son necesarios cursos especiales, con lecciones de anatomía y fisiología, para que una criatura de buena voluntad extienda las manos  sobre una cabeza sufridora. Más como imponer las manos  es cosa muy simple,  se crearon también las técnicas del pase, con palabrería fantasiosa y gesticulaciones de gimnástica sueca, que los humildes pasistas  han de aprender  con especialistas en educación física.

Véase la mezcla que se consiguió hacer, en una especie de liga metálica en que entran diversos refuerzos. El resultado fue  la transformación del pase en una exhibición de habilidades en ritmo de bale. Nadie se acuerda que el pase no es una técnica, más si una donación fluídica de amor. El pase espirita es apena  la imposición de las manos  enseñada y practicada por Jesús. No es pase magnético, es pase mediúmnico.

La palabra mediúmnica ya dice que no es  el pesista quien da el pase, son los espíritus  a través de los médiums. Un pesista es un médium y pide asistencia de su guía al dar el pase. Más cuando  el guía encuentra el pase estilizado, estandarizado, transformado  en un ritual de vudú,  desiste y espera  que el sufridor procure un local de simplicidad cristiana, en el que el pueda actuar con eficacia.

Los círculos mediúmnicos con el paciente  en el medio presuponen  una concentración de fuerzas. Los médiums  ya no son más médiums, son pilas eléctricas  ofreciendo energías. No son los espíritus  quienes saben  lo que el enfermo necesita. Son los estudiantes sin experiencia de la anatomía y la fisiología del magnetismo y la gimnasia con la participación de rituales bailados  de los templos egipcios.

Las personas que desean realmente iniciarse en el Espiritismo deben comprender, ante todo, que Espiritismo es simplicidad y buen sentido. Fuera de eso lo que tenemos son escenarios  que desvirtúan la doctrina. Son esas invigilância las que amenazan  la practica espirita. Nadie desea que los espiritas sean ignorantes, más es evidente  que deben ser  imples y sencillos, comprendiendo que ni Salomón se vistió   con la belleza  de las flores sencillas  del campo. Hemos de superar el fermento de los fariseos, si queremos realmente  hacernos dignos del Espiritismo.

                             traducido por mercedes cruz reyes

REFLEJOS DEL PASADO EN LA PERSONALIDAD

REFLEJOS DEL PASADO EN LA PERSONALIDAD

La infancia se caracteriza, según la psicología tradicional, por el egocentrismo, el niño, todavía, amoral  y, a veces cruel, exige ser amado, protegido, pasando posteriormente,  a una posición oblativa, cuando le surgen los deseos y las aptitudes para amar, para ofrecer, para servir, iniciándose  el periodo de la madurez del área de la afectividad. En consecuencia, el niño por falta de raciocinio y de reflexión,  vive el presente,  no teniendo una visión, sino muy incompleta  e incluso fragmentada, de las realidades, del tiempo y espacio. El adulto, en razón de las necesidades que identifica,  de la escala de valores de la vida que pasa a nortearle  la existencia y del instinto de preservación de si mismo, se dispone a vivir el futuro.

Organiza tareas, programa actividades teniendo en cuenta el mañana, cuando espera proseguir  disfrutando los bienes  y las realizaciones logrados. La persona de edad avanzada, cree que el futuro perdió todo sentido, por la falta de tiempo que la vida tal vez no le faculte, se apega al pasado, viviendo recuerdos y remonta a los mismos con cualquier pretexto.

Muchas veces el niño, no pudiendo superar algún hecho que lo asusta y no encontrando apoyo emocional para hacer  desaparecer el incidente, genera un bloqueo como trauma que le impide el desarrollo y la transposición de una fase para otra, llegando al periodo adulto, retenido en una etapa de infantilismo. Esto explica las reacciones de la falta de madurez de muchas personas ante las coyunturas  y las circunstancias más variadas de la vida. En razón de tal estado, se revelan inseguras y egocéntricas,  poseen frágil estructura moral y no demuestran sentido del equilibrio, difícilmente asumiendo e incumbiéndose  de responsabilidades, presentando gran inestabilidad en las decisiones y una terrible  incapacidad de donar sin recibir;  de auxiliar sin obtener gratificación de cualquier naturaleza, sus actitudes son ilógicas, destituidas de crítico discernimiento. Como consecuencia tienen la forma  y las fuerzas de adultos, y ejercen funciones  y desarrollan programas pertinentes  a la edad de la infancia. Porque  son  dicotómicos- una apariencia física adulta y  una psiquis  infantil – se vuelven peligrosos a causa de sus imprevisibles reacciones ante los hechos que les sorprenden o promueven.

Desde el punto de vista espiritual, se trata de criaturas jóvenes en la responsabilidad, desacostumbradas a los compromisos  superiores, cuyas experiencias se desarrollan  en el campo  de superficialidad e intereses personales, sin mayores adquisiciones morales. A ello se suma  la interferencia psíquica de los Espíritus afines,  la de los adversarios de la retaguardia que les llevan a estados de grave apatía, al desinterés por los valores  ennoblecedores y, por ser maleables a las inducciones perniciosas se transforman  en instrumentos de perturbación y delincuencia.

Para el bien de la comunidad y de  ellos mismos, compete a los adultos hacer un examen de si mismos, un auto análisis de sus actitudes, una evaluación  periódica del comportamiento empeñando  esfuerzos para educarse o reeducarse en el campo emocional o en el sector  del comportamiento, en el cual sea necesario. De esta forma, mediante la disciplina  de la voluntad, ejercicio mental correcto en torno a los ideales relevantes y de los pensamientos ennoblecidos,  se les tornan más duraderos los impulsos para el equilibrio que se estructurará a lo largo del tiempo en actividades constructivas; evitándose perjuicios sociales expresivos, numerosos disturbios  psicológicos  y de comportamiento  y serán interrumpidos graves connubios obsesivos de largo curso…

La madurez psicológica del hombre lo lleva a una actitud dinámica, en la que busca desarrollarse cada vez más, ofreciendo posibilidades de realizar una situación armónica entre el, la sociedad y el ambiente en el cual se encuentra situado. Esta conducta es obtenida a través de las reencarnaciones, como resultado  de las vivencias y aprendizajes  que despiertan la conciencia en el ser, que abre las posibilidades hacia más allá del pensamiento – la franja de la intuición.

Todo  factor, oculto  u olvidado, de un  trauma, mientras no sea liberado prosigue como bloqueo, impidiendo la renovación del campo en el que se instala. La concienciación de cualquier hecho es indispensable para una legítima   evaluación  de resultados con el competente interés por perfeccionar la realización, corrigiendo el acto, por la reeducación y nuevos intentos de reparación.

 

Las personas cuando caen en errores y cuando son descubiertas, acostumbran a justificarse con el desconocimiento de los factores que las llevaron  a los engaños, produciéndose  el recuerdo de los fracasos, al otro lado; y contentándose igualmente  con el parcial olvido cuando al volver  al cuerpo, siempre quedan reminiscencias que afloran, en los momentos propios;  luces rojas en la mente como advertencias inconscientes ante nuevas decisiones  como advertencias inconscientes ante nuevas decisiones precipitadas que  llevan al caos; recelos de perjudicar a los otros, dando surgimiento a responsabilidades y conciencia de justicia…

Las reacciones de enfado y resentimiento, de amargura y de cólera dimanan del temperamento apasionado y caprichoso de quien se acostumbró a la usurpación  sin admitir reproches, al abuso de la posición sin dar lugar  a advertencias y de la arrogancia  que no permite amonestación. El dolor, se encargará de cincelar las aristas y someterle  la cerviz mediante los limites orgánicos y las resistencias debilitadas, junto a los continuos  conflictos en la afectividad y en las relaciones de emulación, resucitando las viejas pasiones.

Todos conducimos, inevitablemente, las propias experiencias. Ignorarlas, no significa haberlas superado. La deuda olvidada, por mejor que sea la intención del comprometido, permanece aguardando liquidación. Las muestras, como las de nuestros afectos, resurgen  por el camino con las disposiciones que les establecemos o motivamos.

Nadie camina desacompañado de compañeros, amores o enemigos…

Renacimiento en el cuerpo es dieta para la evolución con los ingredientes necesarios para la salud moral y espiritual de cada cual.

Trabajo realizado por Merchita

Extraído del libro “Cuadros de la Obsesión” de Divaldo Pereira Franco

SEMÍTICO DE DOS REGIONES CON VARIAS HISTORIAS (JORGE HESSEN)

SEMÍTICO DE DOS REGIONES CON VARIAS HISTORIAS

¿Cómo analizar el conflicto entre  los judíos y palestinos? Si siguiéramos la lógica de quien llegó el primero a la región, entonces los palestinos (antiguos filisteos)  están  con razón, pues estaban allá mucho antes de Isaque. En este caso, los judíos deberían abandonar Palestina  y volver a ser un pueblo errante, como era Jaco y sus hijos, o entonces deberían pedir ciudadanía iraquiana y mudarse para Irak, que es donde  quedaba la ciudad de Ur, de donde salió Abrahán (que también fue padre de Ismael).

La cuestión de utilizar el criterio de quien llego el primero a la región puede generar dudas, pues en que pese a los filisteos (antepasados de los actuales palestinos, habitaron en aquellas  mucho antes de los israelitas, es posible que otros pueblos  hayan sido expulsados por los filisteos a fin de tomar su lugar. Por lo tanto, los palestinos  pueden basarse en el argumento, no de quien estaba primero en la tierra, más si de quien la conquistó. El quid de la cuestión está ahí, pues en ese caso, el derecho pasó para los judíos actuales, que conquistaron la tierra  de las  personas que los antecedieron.

A rigor, el conflicto contemporáneo tiene sus matrices en el movimiento sionista y en la creación del Estado de Israel, no reconocido por los palestinos. La situación  se intensifico a partir de la Primera Guerra Mundial, cuando se dio el fin del Imperio  Otomano, y Palestina, que formaba parte del, paso a ser administrada por Inglaterra. La región poseía 27.ooo Km cuadrados y abrigaba una población árabe de un millón de personas, mientras que los habitantes judíos  no ultrapasaban los 100.000 mil. Inglaterra  apoyaba el movimiento sionista, creado al final del siglo 19 con el objetivo de fundar un Estado judaico en la región de palestina, considerada la cuna del pueblo judío. Después de la guerra ocurrió una gran emigración de judíos para el lugar.

En la década de los 30, con la ascensión del nazismo en Alemania y el aumento de las persecuciones contra los judíos en Europa, la emigración judaica para la región creció vertiginosamente. Terminada la Segunda Guerra Mundial  y el fin del Holocausto, que llevo al exterminio de seis millones de judíos, la creciente demanada  internacional por la creación de un estado israelíes hizo  que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobase, en 1947, un plan de partir  a Palestina  en dos Estados: uno judío, ocupando el 57% de área,  y otro palestino (árabe)  con el resto de las tierras. Como percibimos, esa partición desigual en relación a la ocupación histórica,  desagradó a los países árabes en general. Es comprensible que más allá de la cuestión religiosa, los actuales conflictos  tengan también que ver con la territorialidad, con la economía y con las relaciones sociales concretas.

En ese funesto escenario, quedamos sorprendidos ante la Espectacularización televisa en horario noble, exhibiendo los dramas reales  que vienen ocurriendo en la región, protagonizados por semitas e eliminándose unos a los otros, en actitud  de venganza por causas complejas. En esa lucha desigual los hijos de Isaque tienen el poderío material, poseen armas de guerra potentes, aplastando  inapelablemente a los hijos de Ismael, que por contar con apenas pedazos de piedras, apelan para una especie de haraquiri con bombas.

El reverso de esa situación encontramos  en la Patria del Evangelio, puesto que árabes y judíos hacen una competición al servicio del bien. En San Paulo, por ejemplo, esa  inteligente rivalidad se efectúa  a través de la edificación de dos instituciones primorosas: el  Hospital Sirio-Libanés  y el Hospital Albert  Einstein. ¿Cuándo será que  en la región Palestina, árabes y judíos  trovaron una competición  para el bien, en vez de  lanzarse bombas y piedras unos a los otros?

Mirando hacia atrás la historia de los árabes y palestinos, sabremos que descienden de Ismael, hijo bastardo  de Abraham con Agar, la esclava egipcia de Sara (esposa de Abraham y   estéril allá en aquella época), recordando aquí que la gravidez fue consentida por Sara. Más tarde, la esposa de Abraham quedo embarazada y dio a luz  a Isaque, del cual  son descendientes los judíos.

Folclórico o no, por el hecho de poseer madres diferentes, Isaque (Sara) e Ismael (Agar) dejaron para los descendientes dos naciones, dos pueblos con índole de aversión, que viene luchando uno con el otro desde los más sangrientos inicios  de las generaciones oriundas de ellos, o sea, hace más de 3.500 años.

Se narra que durante el destete de Isaac, su padre Abraham hizo una gran fiesta para conmemorar el hecho, oportunidad en la que Ismael cismó hacer gracejos contra su hermano. Sara no aprobó la situación familiar, exigiendo a Abraham que rechazase Agar e Ismael. Desde entonces, madre e hijo fueron para el caluroso desierto y caminaron por tortuosas rutas de sufrimiento.

En la tradición bíblica ese episodio está consignado de la siguiente forma: “Porque por Isaac será llamada tu descendencia”. (1) entretanto, hay una referencia de folletos divinos igualmente  para Ismael, el bastardo. Veamos: “¿Qué tienes Agar? No temas, porque Dios oyó la voz del niño desde el lugar donde está. Yérguete, levanta al niño y tómale por la mano, porque de él hare una gran nación.”(2)

¿De qué manera la humanidad actual podrá ayudar a los palestinos, hijos de Ismael, y a los judíos, Hijos de Isaac, a solucionar esos dilemas históricos? ¿Será a través  de los canales diplomáticos de la ONU, de la acción de los que luchan por la Justicia, por la Dignidad Humana, por la Paz?

Creemos que los judíos y los palestinos pueden convivir, con el respeto reciproco, cambiando el fusil por el abrazo,  cambiando la exclusión por la aceptación, cambiando  la incomprensión por la tolerancia. Quién sabe  si el Espiritismo, en esa conjuntura, pueda llevarles el Mensaje del Evangelio, consustanciando la ley de amor, de fraternidad, del perdón, de la reencarnación, de la comunicabilidad de los desencarnados, transformando  gradualmente la ley de Moisés y el Corán, justificados por la ley del talión (ojo por ojo, diente por diente) que ha generado, cada vez más odio sobre odio, tal como estamos presenciando en el proscenio de esa guerra de Oriente Medio!

Jorge Hessen

http://jorgehessen.net

MÉDIUM

MÉDIUMS

¿Eres médium?

 

¿Estudiaste como se debe desarrollar la mediúmnidad?

 

¿Sabes la responsabilidad que implica el ejercer la mediúmnidad?

 

El señor ha querido que la luz se hiciera para los hombres y que penetrase en todas partes por la voz  de los espíritus, con el fin de que cada uno pudiera adquirir la prueba de la inmortalidad; con este objeto los espíritus se manifiestan  hoy en día, en todos los puntos de la tierra y la mediúmnidad  que se revela en las personas  de todas las edades y condiciones, en los hombres y en las mujeres, en los niños y en los ancianos, es una de las señales del complemento de los tiempos predichos.

 

Para conocer las cosas del mundo visible y descubrir los secretos  de la naturaleza material, Dios ha dado al hombre la vista del cuerpo, los sentidos  y los instrumentos especiales; con el telescopio penetran  sus miradas  en las profundidades del espacio, y con  el microscopio ha descubierto el mundo de lo infinitamente pequeño. Y para penetrar en el mundo invisible le ha dado la mediúmnidad.

 

Los Médiums son los interpretes  encargados de transmitir a los hombres  las enseñanzas de los espíritus, “son los órganos materiales por los cuales se expresan los espíritus  para hacerse inteligibles a los hombres” Su misión es santa, porque tiene por objeto abrir horizontes  de la vida eterna.

 

Los Espíritus vienen a instruir al hombre sobre sus destinos futuros, a fin de conducirles por el camino del bien, y no para ahorrarle  el trabajo material que debe tomarse  en la tierra para su adelantamiento, ni para favorecer su ambición y su codicia. De esto deben penetrarse muy bien los Médiums para no hacer mal uso de sus facultades.

 

El que comprende la gravedad  del mandato de que está revestido, lo cumple religiosamente;  si convirtiera en distracción o diversión para el o para los otros una facultad dada con un fin tan formal y que le pone en relación con los seres de ultratumba, su conciencia se lo echaría  en cara como un acto sacrílego.

 

Los Médiums como interpretes de la enseñanza de los espíritus, deben hacer un papel importante en la transformación moral que se opera; los servicios que puedan prestar están en razón de la buena dirección que den a sus facultades, porque los que siguen  una mala senda, son más perniciosos que útiles a la causa del espiritismo; por las malas impresiones  que producen, retardan más de una conversión. Por eso se les pedirá cuenta del mal uso que han hecho de una facultad que les fue dada para el bien de sus semejantes.

 

El médium que quiera conservar la asistencia de los buenos espíritus, debe trabajar en su propio mejoramiento; el que quiera ver aumentar  y desarrollar su facultad, debe progresar moralmente y abstenerse de todo lo que pudiese desviarle de su objeto providencial.

 

Si los buenos espíritus se sirven algunas veces de instrumentos imperfectos, es para dar buenos consejos y procurar conducirles al bien; pero si encuentran corazones endurecidos, y si sus avisos no son escuchados, entonces se retiran y los malos tienen el campo libre.

 

 

Para obtener la asistencia de los buenos espíritus y separar a los espíritus ligeros y mentirosos, los Médiums deben  ser formales; sin la formalidad la mediúmnidad  es una facultad estéril  que puede redundar en perjuicio del que la posee, porque puede degenerar en una obsesión peligrosa.

 

El médium que comprende su deber, en lugar de enorgullecerse por una facultad que no le pertenece puesto que puede serle retirada, atribuye a Dios las cosas buenas que obtiene; si sus comunicaciones  merecen elogios, no se envanece, porque sabe  que son independientes de su merito personal, y da gracias a Dios por haber permitido que los buenos espíritus  vengan a manifestársele.  Si dan lugar  a critica, no se ofende por ellos, porque no son obra de su propio espíritu; dice que ha sido un mal instrumento  y que no posee todas las cualidades  necesarias para oponerse a la intervención de los malos espíritus; por eso el médium a de procurar adquirir  estas facultades, y solicitar por medio de la oración, la fuerza que le falta.

 

 

 

 

 

Extraído del Evangelio Según el espiritismo

 

 

 

FLUIDOS ENERGIA ESPIRITUAL

FLUIDOS ENERGIA  ESPIRITUAL

Mercedes Cruz Reyes

El mundo de los fluidos abre para nuestras pesquisas un campo rico de recursos incalculables; se le puede considerar como la base esencial, el sustrato del universo invisible.

Sabemos que los fluidos forman una parte importante de nuestra individualidad. Impregnados de nuestros pensamientos, voluntades y actos, ellos son como la fotografía real, la representación exacta del valor de nuestra alma, de nuestro progreso o de nuestra  inferioridad. Es, por lo tanto, mediante el estudio de ese mundo invisible, al cual se liga el hombre a través de su forma imperecedera, como éste aprenderá a conocer su verdadera esencia y la ley de su destino.

El mundo de los fluidos es la fuente de energías vitales. Es el reservorio inmenso donde los espíritus se proveen de los elementos necesarios para edificar sus obras grandiosas y variadas, en la médula de los Espacios. Los espíritus saben extraer de esos fluidos para la realización, bajo la inspiración divina, de la obra de belleza y armonía que imprime un sentido preciso y sublime al Universo.

 

Es por eso que el estudio de las fuerzas radiantes nos permite mejor comprender el poder oculto que poseen ciertos seres, unos sobre otros. Se trata de la atracción, de la fascinación, de las influencias buenas o malas, en una palabra, del dominio que ciertos hombres ejercen sobre los individuos y sobre las multitudes.

 

Todo se explica por la naturaleza de los fluidos impregnados de cualidades o defectos, llevados hasta su más alto grado de potencia y sostenidos por una sólida voluntad. Cuando las condiciones de receptividad son favorables y la fusión se establece, hay producción de efectos que van hasta el entusiasmo o la furia y que la Historia registra, sin definir sus causas.

 

Basta un alma vibrante para despertar las fuerzas latentes que adormecen en lo profundo de otras almas y provocar uno de esos grandes movimientos de opinión política o religiosa, que marcan los anales de los siglos.

 

En ese sentido es como se puede medir toda la potencia del alma sobre sus semejantes, sobre la Naturaleza entera y entrever en qué foco radiante puede ella convertirse en el curso de su evolución mediante el cultivo de la voluntad y el entrenamiento psíquico.

 

Es también mediante este estudio de las vibraciones como se revelan la concordancia y la armonía perfectas, la combinación de sones, de colores y de perfumes.

Es en ese equilibrio de las cosas como se demuestra la armonía soberana que rige el mundo, tanto en el campo moral, como en el orden físico.

Solamente cuando el hombre ponga su pensamiento, su consciencia y sus actos de acuerdo con esa ley soberana, el orden y la paz reinarán sobre la Tierra y la Humanidad conocerá el reino de la justicia y del amor.

Todos cuantos ya conocen las leyes de la Física y de la Química saben que éstas tienen la afinidad como regla común. La lógica, sola, bastaría para demostrar que lo mismo sucede con las radiaciones humanas, pues todo se encadena en el orden universal.

Esas radiaciones tienen, ellas también, sus caracteres atractivos y repulsivos, según los casos, y es solamente a condición de armonizarlas con las fuerzas presentadas por los espíritus como se puede crear un ambiente adecuado a la producción de los fenómenos.

Los resultados dependen entonces, en gran parte, de la concordancia establecida entre los efluvios de los experimentadores y los medios utilizados por los invisibles. Hemos dicho también que el pensamiento y la voluntad desempeñan un papel significativo sobre los fluidos, y como, por la oración y por las aspiraciones elevadas, se pueden imprimir a las irradiaciones cualidades propias, virtudes particulares. No se trata, en modo alguno, de la plegaria, tal como se concibe comúnmente, sino de esos impulsos del alma que transmiten a los efluvios más vigor y brillo.

 

Veamos como un espíritu logra conocer y asimilar las fuerzas radiantes del Más Allá:

 

Cuando un ser desencarnado alcanza un plano elevado, es fácil para él enviar ese pensamiento a aquellos cuya sensibilidad es igual a la suya. Pero en los planos superiores, el brillo de ciertos espíritus llega a un punto que no podría ser soportado por espíritus inferiores.

 

Las corrientes que provienen de planos elevados fluyen a través de las diversas capas que forman los planos estelares y no siempre llegan hasta nosotros. Sin embargo nuestra Tierra es atravesada, diariamente, por haces de ondas que transportan los mensajes y los pensamientos de seres muy evolucionados a otros seres, también evolucionados.

 

Hay muy pocos hombres que sean impresionados por ellas. la acción de estos haces representa un lento trabajo de mejoramiento del globo terrestre y de los seres que lo habitan. Cualquiera que sea la distancia recorrida, ellos penetran e impregnan todos los elementos de vuestro planeta, sin tener en cuenta su relieve. Esos haces son esencialmente regeneradores porque dejan, por su acción refleja, fluidos especiales sobre vuestro suelo y vuestros seres, y así resultará, tarde o temprano, una gestación latente que ayudará a la evolución de la  Humanidad. Esos haces de ondas tienen un poder radiante considerable, pues ayudan en el desarrollo de las cualidades que se puede poseer, tanto como desencarnado, como en la vida terrestre.

 

El hombre retoma contacto con ese Universo invisible de donde ha salido con su nacimiento y a donde volverá con su muerte. Poco a poco él aprende a utilizar las fuerzas poderosas que capta. Frente a las enormes perspectivas que van a surgir ante su mirada, las  teorías de la Ciencia antigua sobre la materia y sobre la vida, le parecerán, un día, tan infantiles como las concepciones prehistóricas. La presunción que caracteriza a los pseudo-sabios y se yergue como un muro entre ellos y la verdad, se desmoronará y todos comprenderemos, entonces, que el saber humano, por mayor que sea, será siempre limitado, mientras que la Naturaleza permanece infinita.

Así es como el mundo de los fluidos abre para nuestras pesquisas un campo rico de recursos incalculables; se le puede considerar como la base esencial, el sustrato del universo invisible.

 

Sabemos que los fluidos forman una parte importante de nuestra individualidad. Impregnados de nuestros pensamientos, voluntades y actos, ellos son como la fotografía real, la representación exacta del valor de nuestra alma, de nuestro progreso o de nuestra inferioridad. Es, por lo tanto, mediante el estudio de ese mundo invisible, al cual se liga el hombre a través de su forma imperecedera, como éste aprenderá a conocer su verdadera esencia

y la ley de su destino.

 

El mundo de los fluidos es la fuente de energías vitales. Es el reservorio inmenso donde los espíritus se proveen de los elementos necesarios para edificar sus obras grandiosas y variadas, en la médula de los Espacios.

Extraído del libro de León Denis “El Espiritismo y las Fuerzas Radiantes”

EL FUTURO DE BRASIL Y DEL MUNDO EN LA VISIÓN DE RAMATIS

EL FUTURO DE BRASIL Y DEL MUNDO

EN LA VISIÓN DE RAMATIS

 

 

En dos textos del siglo pasado, el espíritu llamado Ramatis ya escribia acontecimientos del milenio. Entretanto, observamos que eventos previstos  para la última decada del siglo XX estan aconteciendo ahora, en la primera decada del siglo XXI.

En el libro “Mensajes del  Astral”, escrito en la decada de los 40 del siglo XX, Ramatis dice:

“La eclosión de esos acontecimientos se dará por la presencia  de un planeta que se mueve en dirección a  la Tierra y cuya  aproximación ya fue prevista remotamente  por los Ingenieros Siderales.”

“Su orbita es oblicua sobre el eje imaginario de vuestro orbe  y su contenido magnetico, poderosisimo, actuará tan fuertemente que obligará, progresivamente, a la elevación del eje terraqueo.”

LA INCLINACIÓN DEL EJE DE LA TIERRA ACTUALMENTE ES DE 23,45º

“La elevación del eje se procesará, gradualmente.

La influencia magnética de este astro se hará  sentir hasta que se complete la verticalización de la posición de la Tierra.

Cuando el eje terráqueo este totalmente  verticalizados, el planeta intruso ya se habrá distanciado de vuestro orbe.”

(pg.35 y  36)

“Desaparecerán países, naciones enteras, poderosas (…) Hasta el final de este siglo, se libraran de la materia dos tercios de la humanidad, a través de conmociones sísmicas, inundaciones, maremotos, perforaciones, terremotos, catástrofes, hecatombes, guerras y epidemias extrañas.

El conflicto entre el continente asiático y el europeo (…) En virtud de los científicos no podrán prever  con absoluto éxito los efectos de varios tipos  de energías destructivas, que serán experimentadas para ser empleadas en la hecatombe final, aun mismo en un periodo de Paz y con el mundo exhausto, surgirán extrañas epidemias, deformando, diluyendo y perturbando los genes en formación  de muchas criaturas, de lo que resultaran sufrimientos para las propias gestantes!”

“Montañas serán sumergidas, nuevas tierras emergerán  del fondo de los mares. Tierras fértiles, preparadas para el renacimiento de una nueva Humanidad. “Lo que resultará la existencia de apenas tres continentes, para mejores condiciones de existencia de la humanidad futura. “ No todos los pises y agrupamientos serán logrados catastróficamente por las conmociones geológicas, sumersiones  de fajas litorales o por las inundaciones inevitables.(…)

El mundo no acabará, como piensan algunos: sufrirá apenas tremendas modificaciones con la verticalización del eje de la Tierra.

Lo que está arriba, ira para abajo y, lo que está abajo, resurgirá. Montañas se tornaran llanuras y mares invadirán la tierra.”

“En el plano trazado por la ingeniería sideral ya fueron señaladas las colectividades que deben permanecer como sustentáculo de las tradiciones morales, históricas e iniciáticas, a fin de servir de base lógica y sensata para el desenvolvimiento disciplinado de la civilización futura.

“VUESTRO PAÍS MUCHO SERÁ SALVADO.”

“Brasil no quedará incólume. Todavía será  suavizado su carma colectivo porque para aquí vendrán los refugiados de otras tierras, de todas las partes del globo y, a los que allí estuvieran, cabrá el papel  de anfitriones, abriendo sus brazos y ofreciendo su corazón, sin mirar colores o nacionalidades, porque entonces comenzaran a comprender  el verdadero sentido  de la palabra Fraternidad.(…) El éxito deseado no será obtenido de modo exabrupto, más si  en el transcurso de los dos o tres siglos. Al comienzo, casi todo estará por hacer y renovar.(…) Cuando se  hiciera la conjugación de los efectos del astro intruso con los efectos de la locura humana, por el mal empleo de la desintegración atómica, la tierra será abrasada.”(…)

“LO QUE ESTÁ POR VENIR ES CASI IRREVERSIBLE.”

“Decimos CASI, porque muchas cosas pueden ser aun cambiadas, si así lo desearan los hombres  y si para ellos se esforzaran.”

 

Es interesante esclarecer que también hay profecías anteriores  sobre estos acontecimientos:

Otros más describieron el fenómeno astrológico como una cometa  – AJENJO, como lo llamaban – cuya trayectoria colocaría en peligro la propia existencia del ser humano.

Nostradamus y otros profetas, como San Malaquías también describen estos cambios.

Más recientemente, a final del siglo XIX, Heles Blavatski nos habla  también    en el cambio  del eje  cíclico porque pasa  nuestro planeta y que una alteración  en el tipo estaría próxima.

Así también Edgar Cayce y otros…

La 7ª Profecía Maia nos habla del momento en que el Sistema Solar, en su giro cíclico, sale de la NOCHE para entrar en el AMANECER de la Galaxia.

Habla, también, que en los 13 años que van desde 1999 hasta el 2012, la luz emitida a partir del Centro de la Galaxia sincronizará  a todos los seres vivosy permitirles que concuerden, voluntariamente, con sus transformación interna, produciendo  nuevas realidades, que darán a todos la oportunidad de cambiar y romper sus limitaciones, a través del pensamiento.

 

  La energía adicional del rayo emitido por HUNABKU (Centro de la Galaxia) activa el código genético, de origen divino, en los seres  humanos que estén en Alta Frecuencia Vibratoria.

 Todas las profecías se destinan a un cambio de conciencia, pues el Universo genera todos esos procesos a fin de EXPANDIR NUESTRA CONCIENCIA POR LA GALAXIA.

Debemos dirigir nuestras acciones de forma positiva y crecer con las dificultades que encontremos.

Hemos de comprender que somos parte de un único organismo gigantesco y nos conectaremos  con el planeta,  con nuestro Sol y con la Galaxia entera.

Todos los seres Humanos entenderán que los Reinos Mineral, Vegetal y Animal y toda materia esparcida por el Universo, desde un átomo hasta una galaxia, son  SERES CON UNA CONCIENCIA EVOLUTIVA.

 

 

“Ha llegado la hora en que se definirán las posiciones. Es llegada la hora en que todos prestaran  cuentas de sus actos, no solo de esta encarnación que vive ahora, más también de muchas, innumerables que tuvieron a través de los siglos.

La Tierra será un planeta donde,  elevado y purificado de  de sus residuos, de lo ares y mares emanaran efluvios benéficos para la nueva humanidad que sembrará el Bien, la energía benéfica, el amor, el altruismo, haciendo florecer la Doctrina de Cristo.

Muchos de nuestros hermanos elegidos ya se encuentran aquí, reencarnados, y otros vendrán de otras tierras, de aquella que ya se hallan condenadas.

¡Hombres, asumid vuestro verdadero papel!  ¡Hombres, meditad sobre vuestros errores! ¡Hombres, volved atrás en vuestras vanidades! ¡Reconsiderad y seguir por el camino del Bien y del Amor!

Aquellos que serán elegidos para quedar sobre la Tierra  en el advenimiento del nuevo siglo, podrán creer  que no serán alcanzados por lo que está por acontecer.  Serán   escatimados y aquellos  sus parientes que partieron  es que ya se hallaban en tiempo de desencarnar.

Los que permanecieran, tendrán  ardua misión a cumplir; ardua y espinosa, ardua y trabajosa, ardua y  gloriosa: reconstruir un mundo, reconstruir en su esencia espiritual el mundo cuya parte material  será extinguido (materialismo)

 

 

 

“De aquí, de esta tierra, de este inmenso Brasil, partirán  los fundamentos del mundo  de mañana. No queremos decir con esto que no seáis también sacudidos por grandes acontecimientos, más todos ellos  serán de poca  monta en relación  como acontecerán en otras regiones de la Tierra.

Nada aquí, perecerá definitivamente, vuestros fértiles campos y vuestras ciudades poco cambiaran, a pesar de  también sufrir los efectos de la verticalización   del eje de la Tierra.

¡Más, como  saldréis reforzados y más seguros espiritualmente  después de todo eso!

Queridos hermanos míos, de esa misteriosa  y salvaje Amazónica, un gran destino  os está reservado.

Orad y proseguir, hasta que se cumplan los sagrados designios.”

 

Ramatis vivió en Indochina, en el siglo X, y fue instructor en uno de los innumerables  santuarios iniciados en la India. De inteligencia fulgurante, desencarno  bastante joven.

Espíritu  muy experimentado  en las lideres reencarnacionistas, ya se había distinguido en el Siglo IV, cuando participó del Ciclo Ariano, en los acontecimientos que inspiraron  el famoso poema hindú RAMAIHANA.

Ramatis acompaña al planeta de la Tierra desde tiempo de la Atlantica hace 28.000 años y algunas veces  se encarnó para ayudar. Fue el gran filosofo Shy-Ramat en la Atlantica, en el Templo del Sol y de la Paz; despues de un sensato Gran Sacerdote en Egipto, en el tiempo del faraón Amenhotep IV; más tarde el insigne Pitagoras en Grecia, Phylon de Alejandria, en el tiempo de Jesús; finalmente  Rama-Tys, sacerdote budista avanzado en Indochina, hace 1000 años cuando muchos de nosotros aprendimos con el  magnetismo, psicometría, radiestesia, videncia, terapia y telepatía.

Nos informa Ramatis, que, despues  de cierta disciplina iniciática  a la que se sometió en China, fundo un pequeño templo iniciático en la India, al margen de la entrada principal  que se perdía  en el territorio chino. En ese templo procuró aplicar  con sus discípulos los conocimientos adquiridos en innumerables vidas anteriores. En la Atlántida fue contemporáneo, en una existencia, del espíritu que más tarde seria conocido con el pseudónimo de Allan Kardec (el Codificador del Espiritismo) que era profundamente dedicado a las Matemáticas y a las llamadas ciencia positivas.

Posteriormente, en su pasaje por Egipto, tuvo un nuevo encuentro con Kardec, que era entonces el sacerdote Amenófis, en tiempo del Faraón Memefta, hijo de Ramsés.

Aunque haya desencarnado aun joven, Ramatis pudo aleccionar  a setenta y dos discípulos  que, no en tanto, después de desencarnar el Maestro no pudieron mantenerse a la altura  del patrón  iniciático original. Eran adeptos, provenidos de diversas corrientes religiosas y espiritualistas de Egipto, de la India, de China y hasta de Arabia. Apenas diecisiete consiguieron  vestir  la simbólica  túnica  azul y alcanzar  el último grado  de aquel ciclo iniciático. Los demás, sea por ingreso tardío, sea por tener menor capacidad de comprensión espiritual, no alcanzaron la plenitud del conocimiento de las disciplinas aleccionadas  por el Maestro. A no ser por veintiséis  adeptos que están en el Espacio (desencarnados) cooperando  en las labores  de la Cruz del Triangulo, el resto se desanimó por nuestro orbe, en varias latitudes geográficas. Sabemos que diecisiete reencarnaron en Brasil; seis , en las tres Américas (La del Sur,  la Central, y la del Norte) , mientras que los demás se esparcieron por Europa, principalmente en Asia.

En el templo que Ramatis fundó en la India, esos discípulos desenvolvieron sus conocimientos sobre el magnetismo, astrología, clarividencia, psicometría, radiestesia y asuntos quirológicos aliados  a la filosofía  del Duplo Eterico. Los más capacitados lograron éxito y poderes en la esfera de la fenomenología mediúmnica, dominando fenómenos de levitación, ubicuidad, videncia y psicografia de mensajes que los instructores enviaron  para aquel cenáculo de estudios espirituales. Más el principal “toque personal” que Ramatis desenvolvió en sus discípulos, en virtud del compromiso que asumiera para la Fraternidad del Triangulo, fue el  pendor universalista, la vocación fraterna, crística, para todos los esfuerzos ajenos en la esfera del espiritualismo.

El nos advierte que sus intimas  y verdaderos admiradores son también tradicionalmente simpáticos a todos los trabajos de las diversas corrientes religiosas del mundo. Se revelan  liberados del exclusivismo doctrinario o del dogmatismo y se devociona  con entusiasmo a cualquier trabajo doctrinario de los hombres, porque están inmensamente interesados  en los postulados cristianos.

Ramatis se nos presenta a la  a la vista psíquica con un traje  un tanto exótico, compuesto de amplia capa  abierta, descendiendo hasta los pies, con mangas largas y que le cubre  la túnica ajustada  por un largo cinto  de un verde esmeralda. Los pantalones son ajustados  en los tómeselos, como los que usan los esquiadores. La tesitura  de toda la vestimenta  es de seda blanca, inmaculada y brillante, recordando  un maravilloso lino reluciente. Los zapatos, de satén  azul verdoso, son atados por cordones dorados que se enlazan atrás, por encima del talón, a la moda  de los antiguos griegos en forma de sandalias. Le cubre la cabeza un singular turbante de muchos pliegues  o reflejos, coronado por centelleantes esmeraldas ornamentado  por cordones finos, de diversos colores, caídos sobre los hombros. Sobre el pecho, una corriente  formado de pequeños hilos, de  fina orfebre, de la cual pende un triangulo de suaves lilas luminosas, que moldea una delicada cruz de alabastro.

Esa indumentaria es un mixto de trajes orientales, tipo al vestuario hindú- chinés, rarísimo, porque se deriva de un antiguo modelo sacerdotal, muy usado en los santuarios de la desaparecida Atlántida. Los cordones que le penden del turbante, fluctuando sobre los hombros, son viejas insignias de actividad  iniciática: ; el color carmín indica el “Rayo del Amor”; el amarillo el “Rayo de la Voluntad”; el verde el “Rayo de la  Sabiduría” y el azul el “Rayo de la Religiosidad”. Un último cordón blanco,  que pudimos  percibir,  es el símbolo de la libertad reencarnatorio.

Los relatos  adjuntos son todos de Hercilio Maes, su principal médium extraídos de la 1ª edición del libro Mensajes  del Astral, que fueron pasados a otro por el propio Hercilio.

Más recientemente, en un mensaje dirigido al grupo, así se definió:

Dígales que soy Ramatis, hijo de Rama y Tiseuana. Padre Rama: sol. Brillo interior, luz que ilumina el camino  del iniciado y Tiseuana: estrada que conduce, el camino que enseña, la vida que madura el espíritu del niño. Dígales que soy Ramatis, hijo de Rama y Tiseuana, de padre material tapicero, más devoto de las enseñanzas de Osiris, y Tiseuana, mujer sacerdotisa de conocimientos  profundos en el arte religioso, de cómo dirigirse  y conquistar corazones en desaliento sobre la protección de Luz y del Amor.

Tiseuana fue  mi madre material y mi padre se llamaba Rama. Estos son nombres reales, de los padres biológicos que tuve hace mil años atrás

Ramatis

Hijo de Rama y Tiseuana

Traducido por Mercedes Cruz Reyes

COMENTANDO EL EFECTO DE LA ORACIÓN EN LAS SESIONES MEDIUMNICAS.

COMENTANDO EL EFECTO DE LA ORACIÓN EN LAS SESIONES MEDIUMNICAS.

 

Mercedes Cruz Reyes

 

 

Cada estrella que brilla en el cielo nos enseña una lección; cada tumba que se cava en la tierra fría nos da un aviso. La existencia terrestre pasa como una sombra, pero la vida celeste es infinita. En cambio, nuestras vidas humanas, por muy cortas que sean, pueden ser fecundas para nuestro progreso; pese a su carácter precario, ellas forman los materiales con cuyo auxilio se edifican nuestros destinos; ellas son como piedras que componen el inmenso edificio del futuro del alma. Esforcémonos, por tanto, en pulir esas piedras, tallarlas y esculpirlas, para con ellas construir un monumento de líneas puras, de formas grandiosas y armoniosas.

 

Vivimos en una época notable en la Historia del mundo. El universo desconocido e invisible levanta, lentamente, los velos que nos ocultaban sus mayores secretos. Fuerzas de una potencia incalculable se han revelado, y el hombre, con creciente éxito, trabaja para su aplicación.

 

El pensamiento de lo Alto sobrepasa, en energía, a todas las fuerzas de la Tierra, pero para que se comunique con los humanos es preciso ofrecerle condiciones favorables.

La plegaria es un grito del corazón,  la suplica ardiente,  la improvisación calurosa que comunica impulsión irresistible a nuestras energías ocultas.

 

La plegaria es, para las religiones, una fuente preciosa para elevar y mejorar al ser humano, pero la práctica se convierte en banal, si ella deja de ser ese impulso espontáneo del alma, que le hace vibrar las cuerdas profundas.

 

En las sesiones espíritas donde no existe ni el recogimiento ni unión de pensamientos o unión de fuerzas, se crean corrientes diversas y frecuentemente opuestas que forman como una tempestad de fluidos, en la cual las entidades elevadas sienten un real malestar e incluso un sufrimiento que paraliza su acción. Por otra parte, los espíritus inferiores, de vibraciones bajas, ahí se  complacen y proceden tanto más fácilmente por cuanto son más groseros, más cercanos a la materia. Pero su influencia es perjudicial para los médiums, a quienes desgastan y desequilibran con el correr del tiempo.

 

Todos los que, por el estudio del mundo invisible, en sus contactos con el Más Allá, buscan las certezas que fortalecen y consuelan, las grandes verdades que iluminan la vida, trazan el camino a seguir, fijan el objetivo de la evolución; todos los que buscan adquirir las fuerzas espirituales que sostienen en la lucha y en la probación, que nos preservan de las tentaciones de un mundo material y engañador, deben unir sus pensamientos, oraciones y voluntades, deben hacer surtir de sus almas esas corrientes poderosas y fluídicas que atraen hacia vosotros a las entidades protectoras y a los amigos fallecidos. Si sabéis perseverar en vuestras peticiones, en vuestras pesquisas, en vuestros deseos, ellas se acercarán; esas almas, y sus consejos, enseñanzas y ayudas se derramarán sobre vosotros como un rocío bienhechor. En esa comunión creciente con lo invisible, gozaréis de una vida nueva y os sentiréis reconfortados, regenerados.

 

Y si, por vuestra asiduidad y fe, obtenéis bellos fenómenos y notables facultades psíquicas, no os volváis vanidosos, y aceptadlos con reconocimiento, humildad y hacedlos servir para vuestro perfeccionamiento moral. Recordad que la presunción es como una muralla que se interpone entre nosotros y las influencias de lo Alto, tal como dijo Bernardino de Saint-Pierre:11 “Para encontrar la verdad, es preciso buscarla con el corazón puro”. Y aún añadiré estas palabras de las Escrituras: “Dios les dio a los pequeños y a los humildes lo que negó, a veces, a los poderosos y a los sabios”.

 

Sobre la oración, hemos preguntado a las entidades protectoras si las realizadas en conjunto son más poderosas y eficientes que la oración aislada. Nos contestaron que la oración en conjunto, hecha en las iglesias, no tiene siempre la coordinación necesaria para  alcanzar un fin elevado; frecuentemente ella se pierde en el Espacio, antes de alcanzar las esferas divinas. Sería preciso que de cada alma emanase una plegaria que tuviese el mismo objetivo: plegaria para los infelices, con la intención de aliviar sus males; plegaria para los que tienen necesidad de evolucionar, etc.

 

La oración está generalmente marcada por un pequeño sentimiento de egoísmo; ella, con frecuencia, pide a Dios ventajas personales. Aun cuando no alcance el fin pretendido, la oración contribuye a sanear la atmósfera, a mejorar el ambiente de los mundos inferiores.

 

Cuando la plegaria en conjunto se hace en buenas condiciones, ella reacciona contra las vibraciones materiales. Bajo este punto de vista, las religiones tienen su utilidad. La plegaria genera la fe que inspira las acciones grandiosas y nobles. Es la fe esclarecida que nos acerca a Dios, foco radiante de vida, de sabiduría y de amor.

 

La práctica del Espiritismo no debe solamente proporcionarnos las lecciones del Más Allá, la solución de los graves problemas de la vida y de la muerte; ella puede además enseñarnos a poner nuestras propias radiaciones en armonía con la vibración eterna y divina, a dirigirlas y disciplinarlas. No olvidemos que es mediante un ejercicio psíquico gradual, una aplicación metódica de nuestras fuerzas, de nuestros fluidos, de nuestros pensamientos y de nuestras aspiraciones, como preparamos nuestro papel y nuestro futuro en el mundo invisible; la actuación y el porvenir que serán mayores y mejores a medida que conseguimos hacer de nuestra alma un foco más radiante de fuerzas, de sabiduría y de amor.

 

Es preciso vencer el mal en sí, a fin de hacerse apto para combatirlo y vencerlo en el orden universal. Es preciso convertirse en un espíritu radiante y puro, para asimilar las fuerzas superiores y aprender a utilizarlas.

 

Es solamente en esas condiciones como el ser se eleva, de peldaño en peldaño, hasta las alturas espirituales donde resplandece poderosa, la obra eterna e infinita.

 

EXTRAIDO DEL LIBRO DE “LEÓN DENIS” Espiritismo y las Fuerzas Radiantes.

ANALIZANDO LA MATERIA Y EL SER EN SU RADIO DE ACCIÓN

Analizando la Materia y al ser en su radio de acción

 

La Naturaleza,  en sus diversos aspectos, nos ofrece un eterno encanto.

La materia es tan solo el agente de que se sirve el espíritu para realizar sus objetivos. A través de una serie de fenómenos, esa materia puede purificarse y llegar a un estado que permite confundirla con el principio primordial de la vida. Se podría creer que la materia se convierte en espíritu, porque ella es animada, pero nunca posee, por sí misma, un principio propio de vida.

La materia vive por reflejo, sigue la evolución de la vida y le sirve de soporte. La chispa emanada del foco divino evoluciona en la materia, recorriendo el Espacio y vuelve a su punto de partida, más pura y más luminosa.

El materialismo ha quitado a la Ciencia el carácter de grandeza y de elevación moral que la haría digna de recibir la revelación suprema, de recoger el depósito sagrado. El espíritu materialista, ensoberbecido con una conquista tal, se levantaría contra Dios. Pero el día en que, impregnado de un espíritu nuevo, el sabio haya asimilado esas radiaciones superiores que sintetizan toda la vida universal, reverenciará la obra Divina.

Es así como, en los planos superiores de la vida espiritual, el pensamiento, la voluntad y la fuerza se unen para realizar la obra sublime del cosmos, esa obra cuyo concierto encanta y arrebata a todos cuantos descubren sus leyes.

 

Desde la Tierra, solo podemos percibir algunos detalles, pero en el Más Allá las perspectivas aumentan y permiten que nuestros amigos invisibles conversen con nosotros con más competencia y amplitud sobre este magno asunto. Son ellos los que nos inician en las grandes obras que se elaboran en lo invisible y en los progresos que se preparan para la Ciencia humana en el conocimiento de las fuerzas universales.

 

“Desde el Más Allá, – nos dicen ellos – se emanan haces fluidicos de grupos de espíritus desencarnados y muy  evolucionados que procuran siempre traspasar las nubes hechas de materia que envuelven la Tierra. Nosotros ya hemos producido algunas fisuras y por esas grietas o salidas esperamos despertar las chispas divinas que adormecen en el ser humano.”

 

“En el transcurso de los siglos, muchas existencias se han desarrollado sobre vuestro globo, un complejo de pasiones, de esperanzas y de fe, cuyas radiaciones constituyen una atmósfera fluídica que, frecuentemente, es como una barrera en torno a la Tierra. Cuando el aire se rarifica o se degrada en vuestro mundo, la vida se hace inestable y, a veces, se parte. Una correlación debe partir del Espacio, pero cuando la vida invisible no puede entrar en contacto con la vida material, el equilibrio se rompe, pueden ocurrir perturbaciones, sucesos trágicos, en el sentido de una evolución puramente material.”

 

León Denis nos dice que desearía abrir una ventana para hacernos comprender la marcha de los acontecimientos sobre la Tierra,  para ello es preciso un impulso del alma, la plegaria, la fe que ilumina el camino y destruye los fluidos materiales que forman una barrera.”

 

 “El Espiritismo es el gran inspirador de la fe. Es preciso utilizarlo con sinceridad. Habiendo más núcleos espíritas, más adeptos serán convencidos y de ese modo, hallarán en sí facilidades para la proyección de los fluidos vitales y regeneradores, bajo el punto de vista moral. Cada centro espírita, cada alma ardiente auxiliará con una fe viva, a atraer haces radiantes. De ese modo, podremos traspasar la capa material que os envuelve y purificar un ambiente aún tan cargado de elementos impuros”.

 

“Hasta el momento se han producido grietas, pues hay algunos focos iluminados; hay, por otro lado, regiones bastante sombrías. Mientras la obra de destrucción prosigue, los lugares sombríos se iluminan poco a poco. Tenemos la esperanza de que, si las perturbaciones se vuelven mayores, una nueva orientación se produzca en el espíritu de aquellos que dirigen los destinos de las naciones.”

 

A medida que el hombre vence las rampas difíciles que conducen a las cumbres de la Ciencia y del conocimiento, él ve la majestad del cosmos, y el esplendor de sus leyes se le aparece bajo aspectos cada vez más imponentes. Llega a comprender que el espíritu domina y rige el mundo, que la Naturaleza es su esclava. Las fuerzas son solamente agentes que sirven para realizar sus vastos planes y alcanzar el objetivo pretendido.

Él comprende que su alma no es más que un reflejo de la

Inteligencia Suprema que gobierna el Universo y que, a ejemplo suyo, él puede comandar la materia, las fuerzas radiantes y, evolucionando él mismo, trabajar para hacer progresar, para espiritualizar todo lo que le rodea, para elevar seres y cosas en dirección a estados siempre más perfectos.

 

Entonces, ya no es en las cosas exteriores, pasajeras e inciertas donde coloca su objetivo esencial, la finalidad de su vida. Él se dedica a accionar, por un desarrollo constante de sus facultades y de sus cualidades morales, las potencias y los recursos que adormecen en la médula de su ser.

 

Las instituciones políticas y sociales, las formas de los gobiernos y de las sociedades permanecerán vacías durante mucho tiempo, mientras el hombre no se perfeccione. Esto no está fuera de nosotros, sino que es dentro de nosotros donde reside el secreto de la felicidad. Como dice la sabiduría antigua: “Sabrás que los males que devoran a los hombres son fruto de su elección y que esos infelices buscan, lejos de sí, los bienes cuya fuente poseen.”

 

Estudiemos, pues, con persistencia, las leyes del Universo y las fuerzas prodigiosas que encierra; es penetrando el secreto de esas leyes y comprendiendo el control de esas fuerzas como el hombre podrá entrar en la gran comunión universal, cuyo principio está en Dios y fuera de la cual no hay felicidad.

 

Sin embargo, hay todavía pocos hombres que conocen la verdadera finalidad de la existencia y la ley de su destino. La gran masa humana, en vez de reaccionar contra la materia, sufre, servilmente, su yugo. Inmersa en las tinieblas, está sometida al imperio de los sentidos y solamente busca los placeres físicos. Y es que, para vencer las influencias groseras, para entrever el futuro del alma, enjuiciar su papel y su objetivo, es preciso enterarse de la vida en el Más Allá, haber entrado en relaciones profundas con el mundo invisible, haber recibido las enseñanzas de las grandes almas que han alcanzado las cumbres de la sabiduría y de la luz.

 

Ahora bien, solamente un pequeño número de estudiosos reúnen esas convicciones. Éstos han adquirido la certidumbre y la confianza, que son las fuerzas, por excelencia, para los momentos de luchas y de probaciones.

Todos los días, observamos a hombres que el laico califica como sabios y que, cuando quieren tratar de las cosas espirituales y de la vida en el Más Allá, demuestran una vacilación que asombra.

 

Y es que para abordar, con competencia, esas cuestiones profundas, no basta ni siquiera el estudio, es preciso haber madurado en el dolor.

 

El sufrimiento – despertador de consciencia – es la llave que abre nuestro entendimiento a la comprensión de las leyes eternas que rigen la vida y la muerte.

 

Poco a poco, a medida que el hombre avanza en la vía sagrada, la superioridad de su espíritu sobre la materia se afirma, al mismo tiempo que la fuerza creadora, de la cual Dios ha depositado una parcela en el hombre. En la evolución grandiosa de sus facultades y de sus cualidades morales, él llegará a realizar, dentro de sí, y a su alrededor, el reino de la justicia, de la sabiduría y del amor, que es el objetivo final, en función del cual todas las cosas han sido formadas.

 

Trabajo realizado por M. C. R.

Extraído del libro de “León Denis” El Espiritismo y las Fuerzas Radiantes.

REGRESANDO AL OTRO LADO DE LA VIDA

REGRESANDO AL OTRO LADO DE LA VIDA

La travesía de la tumba impone al Espíritu singulares modificaciones… cada viajero en su camino, cada corazón con su problema…

 

El verdadero amor es la sublimidad en marcha a través de la renuncia. Quien no supiera renunciar a favor de la alegría del Ser amado, sin duda sabrá querer con entusiasmo y cariño, más no estará en condiciones de coronarse con la gloria del amor puro. Después de la muerte habitualmente aprendemos, con el sacrificio de nuestros propios sueños , la ciencia de amar, no según nuestros deseos, sino de conformidad con la ley del señor; madres obligadas  a desamparar  a sus hijitos para entregarlos a las pruebas que ellos necesitan,  padres que se ven impelidos  a cambiar los proyectos  de protección de la familia,  esposas constreñidas  a entregar a sus maridos a otras almas hermanas, esposos que son forzados  a aceptar la colaboración  que se les ofrece a sus compañeras para hacer frente a la vida, contrayendo segundas nupcias  y viviendo en el propio hogar  que ellos tuvieron que abandonar… Todo eso lo encontramos en las cercanías de la Tierra. La muerte es una intimación al entendimiento fraterno… Y cuando no aceptamos tal desafió, el sufrimiento  es la consecuencia ineludible que tenemos  que pasar…

 

Cuando el amor no sabe dividirse, la felicidad no consigue multiplicarse.

 

En el caso de la mediúmnidad torturada, hay médiums que, aliviados de los vejámenes  que reciben de Entidades inferiores, de inmediato reclaman su presencia y se religan nuevamente  a ellas automáticamente, pese al propósito de ser liberados de las entidades espirituales, pues mientras no modifiquen  sus disposiciones espirituales, creando el habito de nuevos y nobles pensamientos, se hallaran sometidos a un régimen de mutua esclavitud, en el que obsesores y obsedidos  se nutren con sus energías  recíprocamente. Temiendo la separación por los hábitos comunes  y arraigados que los asoció, según los principios de afinidad,  se alimentan con los fluidos enfermizos  apegándose instintivamente. Millares de personas son así. Padecen enfermedades de variados matices,  y a ella se adaptan  por espíritu de comodidad y por no demandarles eso  el menor esfuerzo. Se consideran desgraciadas y sufrientes, más con todo, cuando se les retira la molestia que les afecta se sienten vacías y extrañas, presentando síntomas e impresiones  con los que evocan las enfermedades, haciendo que estas se expresen nuevamente bajo distintas manifestaciones contribuyendo así a sostener su condición de victima, en la cual se complacen. Esto acontece  en la mayoría de los casos de obsesión. Encarnados y desencarnados se unen los unos a los otros ligados por una vigorosa fascinación mutua, hasta que ellos mismos  renueven los objetivos de su vida mental. Es por ese motivo que en muchas ocasiones, los mayores dolores están llamados a actuar sobre los dolores menores con el fin de despertar en las almas depravadas ese género  de sustituciones y reformar  de lo inferior.

 

La Bondad Divina es tan grande que hasta nuestros sentimientos pocos dignos son aprovechados  en nuestro propio bien. El servicio es incesante por todas partes, en la vigilia  y en el sueño, en la vida y en la muerte….

 

La inercia es simplemente una ilusión y la pereza es una fuga que la ley castiga con las aflicciones que devienen de tal atraso.

 

Muchos  hermanos, desencarnados, se apegan con desvarió a las sensaciones de la experiencia física, que los lleva a convivir con los encarnados temporalmente desequilibrados por las desagradables costumbres que los dominan, tal es el caso de los apegados al vicio del tabaco, del alcohol, de las drogas….

 

Lo que en la vida se comenzó, en la muerte se continua… Estos hermanos  sitúan su mente en los apetitos más bajos del mundo, alimentándose con un tipo de emociones  que los coloca  en las cercanías de la animalidad.  Pese a haber frecuentado santuarios religiosos, no se preocuparon en entender los principios de la fe  que abrazaron, acreditando que la existencia  debía ser para ellos el culto a las satisfacciones  poco dignas y a la exaltación  de los más astutos y los más fuertes. El llamado de la muerte los encontró en la esfera de los actos delictuosos y oscuros, y como es por Ley  que cada alma reciba  de la vida conforme aquello que da, no encuentran interés  sino en los lugares  donde puedan nutrir las ilusiones que les son peculiares, por cuanto en la situación en que se encuentran temen a la verdad y la abominan, procediendo como el mochuelo que huye de la luz.

 

En el Universo Infinito, hay mil procesos de reajuste, mediante los cuales se cumplen los designios del Señor, ellos se llaman: aflicción, desencanto, cansancio, tedio, sufrimiento…. Habiendo dolorosas reencarnaciones que significan una tremenda lucha expiatoria  para estas almas aficionadas al vicio. La ceguera, la epilepsia secundaria, la parálisis, el idiotismo, la deformación del cuerpo desde el nacimiento y muchos otros recursos, que aunque angustiosos, son necesarios, pues actúan en beneficio de las mentes desequilibradas desde la cuna, en plena etapa infantil. En la mayoría de los casos semejantes procesos de cura brindan buenos resultados, dado su carácter de pruebas coactivas.

 

Las Entidades viciosas se valen de personas con las que son afines, estando en una perfecta comunión de fuerzas inferiores… Los recursos psíquicos, en tal o cual grado de desenvolvimiento son peculiares a todos, tanto el medio de locomoción o como la facultad de respirar, constituyendo fuerzas que el espíritu encarnado o desencarnado puede emplear para el bien o para el mal de si mismo. Ser médium no quiere decir  que el alma esté favorecida por privilegios o conquistas  hechas. Muchas veces es dado encontrar  personas altamente favorecidas  con el don de la mediumnidad, pero dominadas, subyugadas por Entidades sombrías  o delincuentes  con las cuales son sumamente afines, sirviendo al escándalo  y a la perturbación en vez de cooperar con la propagación del bien. Por eso no basta  la mediumnidad para la concretización de los servicios que nos corresponden. Precisamos de la doctrina del Espiritismo, del Cristianismo puro, a fin de controlar la energía mediumnica y disponerla a favor del perfeccionamiento espiritual a través de la fe religiosa, tal como controlamos a la electricidad en beneficio del confort humano.

 

La ley no nos confía problemas superiores  a nuestra capacidad de solución. Las facultades medianimicas y la cooperación del Mundo espiritual surgen por todas partes. Donde hay pensamientos hay corrientes mentales, y donde hay corrientes mentales  existe asociación. Y toda asociación es interdependencia e influencia reciproca. Es por eso que hay que procurar tener una vida noble, a fin de atraer pensamientos que nos ennoblezcan. Trabajo digno, bondad,  comprensión fraterna, servicio a nuestros semejantes, respeto hacia la Naturaleza y oración, constituyen los medios puros para asimilar los principios superiores de la vida, porque damos y recibimos, en espíritu, en el plano de las ideas, según las leyes universales que jamás conseguiremos eludir.

 

La influencia del bien o del mal, en la esfera evolutiva en que nos hallamos, se extiende por todos lados y por todos lados registramos la existencia de facultades mediumnicas  que las asimilan, según la directriz  feliz o infeliz, correcta o indigna en la que cada mente se ubica. Es por ello que estudiando la mediumnidad en los santuarios del espiritismo con Jesús, observamos realmente  una fuerza peculiar a todos los seres, la cual es de utilidad general si ella se halla bajo una orientación capaz de disciplinarla y conducirla hacia el máximo aprovechamiento  en el bien.

 

La electricidad,  que poco a poco,  va transformando la faz del mundo. No basta poseer una poderosa catarata con un potencial de millones de caballos de fuerza. Es preciso instalar junto a ella la inteligencia de la usina para controlar los recursos, dinamizarlos y distribuir conforme a las necesidades de cada uno… Sin ello, la caída del agua será un cuadro vivo de belleza fenoménica, pero con un lamentable desperdicio.

 

Mercedes Cruz Reyes

EL PROBLEMA DE LAS DROGAS

EL PROBLEMA DE LAS DROGAS

Mercedes Cruz Reyes

Las drogas son un grave problema  y de los más serios en la sociedad.  las drogas son sustancias que al ser introducidas en el organismo vivo, puede modificar una o más de las funciones de éste, alteran el estado psíquico y a veces físico, que se caracteriza por cambiar el comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso irreprimible alº tomar la droga en forma continuada o periódica.

El desprecio por la vida, la búsqueda del aniquilamiento resultante de filosofías apresuradas, sin estructura lógica ni ética, son responsables por el progresivo consumo de tóxicos de cualquier naturaleza.

Existen muchas causas y muchos factores. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el fenómeno de la drogadicción no es exclusivo de un grupo o estrato social, económico o cultural determinado. El consumo de drogas afecta a toda la sociedad en su conjunto.

En general, el uso de drogas corresponde a un afán de huir de la realidad. Las drogas proporcionan una vía de escape, un alivio temporal a los problemas personales, familiares o sociales. También son una puerta de salida frente al vacío existencial presente en el interior de la persona, el cual la lleva a volcarse en búsqueda de salidas ilusorias que llenen dicho vacío.

Muchos hogares están desarmonizados porque la base de sus problemas reside  en el uso  de las drogas por parte de sus jóvenes.

Un hogar desestructurado, es un joven desorientado. Los jóvenes  que no tienen rumbo fijo, que están desorientados y que no encuentran la paz  que necesitan, normalmente se refugia en los tóxicos,  estos al principio les alivia, pero  al fin terminan encarcelados, sin poder pasar de la dosis que para ellos pasa a ser lo más necesario, aquello sin lo cual no pueden vivir.

Los padres son los que suelen sufrir las consecuencias, ellos han de soportar todas las excentricidades que los hijos muestran, para eso necesitan orientación, porque si no se les van de las manos, se convierten en hijos perdidos, sin salvación.

Han de tratarlos con cariño, pero deben hacerlo también con energía.

Ni disciplina férrea ni excesos de libertad.

El dialogo es el alimento del amor.

El apoyo de la familia para el joven toxicómano, a través del Evangelio en el Hogar, es factor decisivo en su tratamiento. No adelanta nada mandarlo sólo al centro espírita, para recibir pases, o llamar a los médiums a la casa, para transmitirlos. La familia necesita ir junto con él al Centro y estar al lado de él en las oraciones en casa.

Los Benefactores Espirituales poco pueden hacer, cuando la familia no participa, incluso porque la prueba no es sólo del joven, ¡sino todos los que conviven con él!

La realización del Evangelio en el Hogar, por lo menos una vez a la semana, sea cual fuera la condición religiosa de la familia del joven dependiente de la droga, es indispensable.

El uso de las drogas es muy antiguo, variando los motivos de acuerdo con el estado evolutivo de cada pueblo, no obstante, siempre de resultados negativos. Religiosos y anacoretas, guerreros y filósofos, pobres y ricos en diferentes periodos de la Historia se valieron de las sustancias vegetales y emanaciones químicas, de resinas y de raíces para alcanzar los deseos emocionales que no conseguían por los métodos normales, o para abrir las puertas del entendimiento para los viajes místicos, el aumento del valor, el olvido…

El egoísmo es responsable por la inconformidad y por la prepotencia, por la voluptuosidad de los sentidos y por la indiferencia hacia el prójimo. El hombre sufre de perplejidades que lo atemorizan, desconfiando de todo y de todos, se entrega a los excesos, huyendo de la responsabilidad a través de las drogas.

Los padres que no dialogan con los hijos, orientándolos para la vida, prácticamente los empujan al vicio.

Es necesario que los padres sean amigos de sus hijos, muchas veces ocultarles los problemas, es darle ocasión y libertad para buscar otras ocupaciones. En cambio si  hablamos con ellos, exponiendo nuestras inquietudes, el se sentirá inclinado a poner de su parte para ayudarnos.

También debemos sentarnos, con ellos, para  decirles nuestras alegrías, para pedirles consejos,  para dar un paseo y decirle las cosas que nos gustan, los sueños que aún están por realizar, y que sigues soñando con ellos, quizás sin pasar nunca de eso, de sueños, pero que no pierdes la esperanza, cuando ellos vean que los suyos tampoco se realizan, sabrán tomar tu misma actitud, el ejemplo en casa lo es todo. 

Los padres que son amigos de los hijos no tienen nada que temer.

“Ciertos padres, es verdad, menosprecian sus deberes y no son para los hijos lo que deberían ser; pero cabe a Dios castigarlos y no sus hijos; no cabe a estos censurarlos, porque tal vez ellos mismos merecen que fuese así.”

La falta de comunicación real entre padres e hijos hace que éstos se distancien poco a poco del entorno familiar, al no encontrar allí respuesta a sus problemas. La falta de dedicación de los padres a la educación de los hijos o el deficiente control por un excesivo liberalismo en la educación, son, sin duda, factores generales relacionados con la educación que devienen en una inadecuada formación de los jóvenes. Otras pautas incorrectas de educación son: actitudes de sobreprotección o actitudes rígidas. Estos factores desencadenantes suponen que se produzca falta de diálogo en la familia, manteniéndose en muchos casos actitudes ambiguas frente a las drogas, que se produzcan diversos tipos de carencias afectivas y un clima que no favorece el crecimiento personal, con falta de independencia y de capacidad para afrontar situaciones problemáticas.

No se trata simplemente de prohibir la droga, ni de controlar su distribución. Aunque estas cosas son necesarias, el problema de la drogadicción tiene sus raíces en la sociedad misma. Es por ello que es necesario un compromiso de la sociedad en su conjunto. Padres, maestros, medios de comunicación, instituciones, etc., deben comprometerse a construir una sociedad nueva, donde sean promovidos los valores auténticos, especialmente los espirituales. De no hacerlo así, todas las estrategias de prevención serán inútiles, pues el problema de fondo seguirá existiendo.

 

Para las personas que ya han caído en el abuso de drogas, no bastan los simples tratamientos médicos, dado que existen otros problemas del individuo que están detrás del hecho de su drogadicción. Es necesario, junto con el tratamiento médico de desintoxicación propiamente dicho, un tratamiento de rehabilitación que haga que la persona redescubra su valor y su identidad más profunda. Este tratamiento no será posible sin la participación del individuo, sin su voluntad de cambiar. El apoyo de la familia y una adecuada asistencia espiritual son también fundamentales para la rehabilitación.

El drogadicto ha de recuperar la  confianza en sí mismo, y desear efectivamente curarse, adquirir confianza  en Dios y en sí mismo.

Reconquistar su autoestima. Sentirse a gusto consigo mismo y confiar en aquellos que quieren su bien.

El que se encuentra, internado  en alguna casa de recuperación, sometido a un tratamiento para desintoxicarse del uso de drogas, su paciencia en la aceptación del  tratamiento es factor fundamental, muy importante para su buen éxito, recordando aquellas palabras de Jesús “Ayúdate, que el cielo te ayudará”. Respetando las normas disciplinarias del lugar donde se encuentra, pues la rebeldía  solo complicará más su situación. Evite las discusiones, y si siente la necesidad de desahogarse con alguien,  que llame al médico que lo atiende, o al psicólogo o al enfermero de su confianza y que abra su corazón.

El espiritismo,  es un bálsamo reparador para las heridas, para los estados depresivos y obsesivos, alucinatorios del alma enferma, y recomienda la  aplicación de los pases, recibidos con respeto y fe. Todo pasara, y más pronto para aquellos que desean resarcir de esas situaciones tan  enfermizas.

 Según Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo, el verdadero espírita es aquel que lucha por su transformación moral y se esfuerza para domar sus inclinaciones.

No es por tanto, porque se sienta imperfecto, lleno de errores, que tú no puedas ser espírita. Pablo de Tarso, que ya citamos en los capítulos precedentes, decía traer “un espino en la carne” y ni por eso dejó de ser uno de los mayores discípulos de Cristo. María de Magdala, que fue una meretriz, al conocer el Evangelio, se transformó en la mensajera de la Resurrección. Fue a ella que Jesús, renacido, apareció en primer lugar, antes incluso que a sus apóstoles.

Todos los que estamos en la Tierra estamos luchando, los que partieron al otro lado de la vida, también continúan luchando. Jesús lucha hoy por la espiritualización de las criaturas.

Incluso que considere que se ha equivocado mucho, usted puede ser espírita, desenvolver su mediúmnidad, esclarecerse y hacerse un buen médium pesista, por ejemplo. ¡¿Cuantos usaban droga en su juventud y hoy, recuperados, son respetables padres de familia y dirigen obras asistenciales de reconocido valor?!

No se olvide de que cuanto mayor fuera su lucha, mayor será su mérito.

Y una de las cosas que recomienda el Espiritismo para que el drogadicto y los que lo rodean puedan ser asistidos, es la realización del Evangelio en el Hogar que es una de las mejores terapias para el joven drogado.

Conseguir que él participe del Evangelio es más que importante: es esencial.

A falta de líderes nobles, con significativas excepciones, caen  en las redes  bien urdidas por los falsos líderes carismáticos de naturaleza meramente personal. Son escasas las inteligencias inclinadas hacia el bien común y dedicadas a los valores más nobles de la vida, que atraigan la atención haciéndose ejemplos  dignos de ser imitados, frente  a las justas alegrías  y venturas que propicien y disfruten.

Esos individuos podrían trabajar con ahínco para la cura de los canceres sociales, ennobleciendo a la entidades educacionales y domésticas responsables por la preparación y cultivo de mentes en formación.

El progreso tecnológico se convierte, a menudo, en una amenaza, en un monstruo devorador, si no es moderado en sus límites y en el tiempo apropiado. La automatización sustituye al hombre en muchos menesteres y la ociosidad y el desempleo enferma el sistema nervoso de los que se detienen y atormentan a quienes se esfuerzan en el trabajo.

“Los hombres se separan, distanciados por la lucha que emprenden; se unen por la necesidad del juego de los placeres y en esa dualidad de la conducta, la carencia afectiva y la soledad, instalan sus arsenales de miedo, de rebeldía y dolor, que propician la fuga hacia las drogas. Huyen de un estado o situación, buscando inconscientemente alguna cosa; algo; seguridad, auxilio, amistad,  cosa que los tóxicos no le pueden dar.

Es imprescindible que el hombre se valorice, extrayendo de él  los valores que yacen en su interior, manifestación de Dios que el no ha sabido extraer ni buscar, por estar guardados muy íntimamente, como desafió final para su salvación del caos.

Es necesaria una vida sana, conforme la moral de Cristo. , la educación en libertad con responsabilidad; la valoración del trabajo como método digno de afirmación de la criatura humana; la orientación moral más segura  en el hogar en la escuela, mediante los ejemplos  de los educadores y de los padres; la necesidad de vivir  con moderación, enseñar que nadie se encuentra  en plenitud y demostrar esa verdad  a través de los hechos diarios con los que se evitaran  sueños y curiosidades, lujo y ansia de disipaciones  por parte de los niños y jóvenes; la orientación adecuada  a las personalidades psicópatas desde temprano; los ambientes  sanos y las lecturas  edificantes, considerándose que no toda la humanidad puede ser encuadrada  en la literatura sórdida de la “contra cultura”, de los libros groseros, violentos  y escritos con fines mercenarios, en razón de las altas dosis  de extravagancia y vulgaridad de los que son portadores.  Junto a estas terapias básicas, añadir el ejercicio de la disciplina de los hábitos, mejor entendimiento entre los padres y maestros, una mayor convivencia de estos con los hijos y alumnos, el despertar y cultivo de ideales entre los jóvenes…

“Y el despertar espiritual de la vida, que demuestra la preexistencia del alma al cuerpo y su supervivencia después de la muerte. Cuanto más materialista sea la comunidad, mas se manifiesta extenuada, desequilibrada y sus miembros consumidores de drogas y sexo negligente, sufren más altas cargas de violencia, de agresividad, que conducen  a elevados índices de homicidio, de suicidio y de corrupción.

El Espiritismo posee recursos psicoterapéuticos valiosos como medio preventivo y tratamiento en el uso de las drogas y otros vicios. Con su filosofía estructurada en la realidad del espíritu, la educación tiene primacía  en todos los intentos  y las técnicas del conocimiento  de las causas de la vida ofrecen  resistencia y dan fuerza para una conducta sana.

La oración, el pase, la magnetización del agua, la adoctrinación del individuo son medicina muy saludable para obtener la desobsesión y el socorro espiritual a estos enfermos, que no debemos olvidar , merecen todo nuestro respeto, atendiéndoles con cariño y tratando de dignificarlos, instalándolos  para su recuperación, al mismo tiempo que le apliquemos los recursos espiritas  y evangélicos de resultados saludables.

Trabajo extraído del libro:

En las fronteras de la Locura, de Divaldo Pereira Franco

Realizado por Merchita

ANOTACIONES SOBRE LA MEDIUMNIDAD

Anotaciones sobre la mediúmnidad

 

Hasta hoy, los fenómenos mediúmnicos que se desdoblaron al margen del apostolado de Cristo se definen como un conjunto de tesis discutibles, pero las enseñanzas y actitudes del Maestro constituyen el macizo de luz inatacable del Evangelio, amparando a los hombres y orientándoles el camino.

 

Mediúmnidad es fuerza mental, talento creativo del alma, capacidad de comunicación y de interpretación del espíritu, imán en el propio ser.

 

Sintonía es acuerdo mutuo.

Existe quien recurra a la idea del fraude piadoso para justificar la transformación del agua en vino, en las bodas de Cana.

Nadie vacila, sin embargo, en cuanto a la grandeza moral de Jesús, al trazar los más avanzados conceptos de amor al prójimo, ajustando teoría y práctica con absoluto olvido de sí mismo en beneficio de los otros, en un medio en que el espíritu de conquista legitimaba los peores desvaríos de la multitud.

Se invoca la psicoterapia para basar la cura del ciego Bartolomé. Hay, sin embargo, consenso unánime en todos los sitios, con respecto a la visión superior del Mensajero Divino que dignificó la solidaridad como nadie, proclamando que “el mayor en el Reino de los Cielos será siempre aquel que se hiciere el servidor de todos en la Tierra”, en un tiempo en que el egoísmo caracterizaba el trabajo a cuenta de extrema degradación.

Se habla de hipnosis para explicar la multiplicación de los panes. El mundo, sin embargo, a una voz, admira el coraje del Eterno Amigo que se consagró a los sufridores y a los infelices sin cualquier preocupación de posesión terrestre, aunque pudiese escalar los pináculos económicos, en una época en que, por regla general, hasta incluso los expositores de virtud vivían de engatusar a las personalidades influyentes y poderosas del momento.

Se cuestiona acerca de la reanimación de Lázaro. Sin embargo, no hay quien niegue respeto incondicional al Benefactor Sublime que reveló suficiente osadía para mostrar que el perdón es palanca de renovación y vida, en un cuadro social en que el odio coronado interpretaba la humildad como bajeza.

Se debate, hasta ahora, el problema de su misma resurrección. Sin embargo, el mundo entero reverencia al Enviado de Dios, cuya figura renace, día a día, de las cenizas del tiempo, indicando la bondad y la concordia, la tolerancia y la abnegación por mapas de la felicidad real, en el centro de cooperadores que se multiplican, en todas las naciones, con el paso de los siglos.

Recordemos semejantes lecciones en la Doctrina Espírita. Fenómenos mediúmnicos serán siempre motivo de experimentación y de estudio, tanto favoreciendo la convicción, como nutriendo la polémica, pero educación evangélica y ejemplo en servicio, definición y actitud, son fuerzas morales inamovibles de la orientación y de la lógica, que resisten la duda en cualquier parte.

Mediúmnidad es instrumento vibrátil y cada criatura consciente puede sintonizarlo con el objetivo que busca. Médium, por esa razón, no será solamente aquel que se desgasta en el intercambio entre los vivos de la Tierra y los vivos de la Espiritualidad.

Cada persona es instrumento vivo de esa o de aquella realización, según el tipo de lucha a la que se subordina.

Cada vez que una agrupación de oraciones se reúne, observamos siempre rotativas y pensamientos elevados a la Esfera Superior, en la expectativa con que se congregan los compañeros encarnados buscando consuelo.

Y respondiendo, se mueven falanges de servidores fraternos y amigos, estimulando las obras del bien para la alegría de todos.

Son enseñanzas nuevas que se derraman.

Informaciones iluminativas que abren sendas edificantes.

Bálsamos para llagas abiertas.

Medicamentos para enfermedades diversas.

Auxilios que se extienden a la vida mental colectiva.

Bendiciones de consolación que rehacen esperanza.

Socorro espiritual a los dolores comunes.

 Amparo indistinto por respuesta bendecida del Cielo a las preguntas aflictivas de la Tierra.

No nos olvidemos, sin embargo, que el movimiento es de intercambio. Si el hombre recibe el concurso de los Espíritus Bene-factores, es natural que los Espíritus Benefactores esperen algo igualmente del hombre.

Nada existe sin permuta o sin resultado.

El labrador planta las semillas y recogerá los frutos.

El escultor auxilia la piedra, que le retribuye, más tarde, con su belleza y brillo.

No nos olvidemos de que el apostolado de la redención es de la Espiritualidad Superior; pero también está formado de servicio, fraternidad y colaboración en la Tierra. El progreso universal, en todos los tiempos, es obra de intercambio.

Mediúmnidad, por encima de todo, camino de arduo trabajo en que el espíritu, llamado a servirla, necesita consagrar lo mejor de sus propias fuerzas para colaborar en el desarrollo del bien.

El médium, por ello, será vigilante cultor del progreso, asistiéndole la obligación de perfeccionarse incesantemente para reflejar con más seguridad la palabra o el consejo, el pensamiento o la sugerencia de la Vida Mayor.

No siempre conseguirás materializar los amigos de la Vida Mayor para satisfacer la sed de verdad que tortura a muchos de nuestros compañeros en la Tierra, pero siempre puedes substanciar esa o aquella providencia susceptible de prodigarles tranquilidad y consolación.

No siempre sonorizarás la voz de desencarnados queridos para reconforto de los que lloran de añoranza en el mundo; sin embargo, siempre puedes articular la frase calmante que les transmita ánimo y esperanza.

No siempre obtendrás el mensaje de determinados amigos que residen en el Más Allá, para la edificación inmediata de los que sufren en el Plano Físico; sin embargo, siempre puedes improvisar algún recurso con el que les restaures la energía y el buen ánimo.

No siempre lograrás la cura de ciertas enfermedades en el cuerpo de hermanos enfermos; sin embargo, siempre puedes mitigarles el corazón y aclararles el alma, con el apoyo fraterno, habilitándoles la mente para la cura espiritual.

No siempre te evidenciarás como un fenómeno, pero siempre puedes, en cualquier tiempo, ser el auxilio de quien necesite de amparo.

Médium quiere decir intérprete, medianero. Ser médium no es sencillamente hacerse vehículo de fenómenos que transcienden la comprensión ajena.

Por encima de todo, es indispensable que entendamos en la facultad mediúmnica la posibilidad de servir, comprendiendo que semejante facultad es característica de todas las criaturas.

Y dar utilidad a la propia vida, transformándonos en socorro y bendición para los demás, es ser médium del Eterno Bien, bajo la inspiración del Espíritu de Jesucristo, privilegio que cada uno de nosotros puede disfrutar.

Puedes traducir el mensaje del Señor, donde quiera que te encuentres, aprendiendo, amando, construyendo y sirviendo siempre, porque por encima de los médiums de esa o de aquella entidad espiritual, de ese o de aquel fenómeno que muchas veces espantan o conmueven, sin educar y sin edificar, permanecen la conciencia y el corazón consagrados al Supremo Bien, a través de los cuales el Señor se manifiesta, extendiendo para todos nosotros la bendición de la vida mejor.

El médium, para servir a Jesús de modo positivo y eficiente, en el campo de la Humanidad, necesita encariñarse a la instrucción, al conocimiento, a la preparación y a la propia mejoría, a fin de que sea filtro de luz y paz, elevación y engrandecimiento para la vida y para el camino de las criaturas.

Buscando nuestra posición de servidores fieles de la regeneración del mundo, empezando por nosotros mismos, por la renovación de los nuestros hábitos e impulsos, olvidemos la sombra y busquemos la luz, cada día, conscientes de que cualquier pausa más larga en la apreciación de los cuadros menos dignos que todavía nos cercan será nuestra probable inducción al estacionamiento indeterminado en la cárcel del desequilibrio y del sufrimiento.

No basta erguir brazos ágiles, lanzar fraseología preciosa o provocar excesivo movimiento alrededor de tus días, porque hay muchas manos que operan en la extensión de la sombra, mucho verbo fastuoso en la explotación menos digna y mucho ruido vano, provocando, donde existe, tan solamente amargura y cansancio.

Ama el servicio que el Señor te confió, por más humilde que sea, y ofrécele tus mejores fuerzas, porque de lo que hoy haces bien en provecho de todos, retirarás mañana el justo alimento para la obra que te erguirá del insignificante esfuerzo terrestre hacia el trabajo espiritual.

No nos ilusionemos con respecto a la formación mediúmnica.

Desarrollo medianímico sin perfeccionamiento del vehículo para las manifestaciones espirituales, es lo mismo que trabajo sin orientación del operario, que resulta invariablemente en cansancio inútil.

Convenzámonos de que legiones de mediumnidades, así como legiones de inteligencias, enjambran en todas partes, pero perfeccionar unas y otras dándoles provecho y responsabilidad, exige estudio y trabajo pacientes para que se realice la educación. Pues sabemos todos que educación no aparece sin disciplina, como disciplina no llega hasta nosotros sin sacrificio, y el sacrificio no es fácil para nadie.

Si aspiras, efectivamente, a colaborar en la construcción del Reino Divino sobre la Tierra, no solemnices el mal, para que el bien germine y se extienda al gran campo de la vida.

Piensa en los corazones cristalizados en la indiferencia, que viajan en el mundo a semejanza de huérfanos voluntarios y exalta la propia fe, traduciéndola en obras de humildad y amor, generosidad y perdón, para que la luz divina se alce como brújula en el camino.

Valora el trabajo que desarrollas, los amigos, los familiares, los recursos, los instantes de que dispones y te sentirás ahora rico de posibilidades para ampliar el tesoro de bendiciones con que serás dotado ahora, hoy y después.

Acordémonos de que la Tierra es sencillamente un escalón en nuestra escalada hacia las cimas resplandecientes de la vida y, despiertos a las oportunidades del servicio, avancemos hacia delante, aprendiendo y amando, auxiliando a los otros y renunciando a nosotros mismos, en la certidumbre de que, así, caminaremos del infortunio de ayer hacia la felicidad de mañana.

No te alejes de la dependencia del Eterno Benefactor y, moviendo tus propios recursos en beneficio de los que te rodean, guardemos la certeza de que, curando, seremos curados a nuestra vez, alzándonos, en fin, hacia la victoria real del espíritu, en cuya luz los monstruos de la penuria y de la vanidad, de la ignorancia y del orgullo no conseguirán alcanzarnos más.

Frente a compañeros inmaduros, en lo que atañe al discernimiento, tantas veces inmersos en nebulosas conceptuaciones alrededor de los temas del alma, es forzoso que se nos concrete con más vehemencia la cooperación espontánea en favor de ellos, para que la Nueva Revelación venga a poseer mañana cooperadores a la altura del trabajo que ella misma nos descubre.

Encontrando amigos todavía verdes en los raciocinios de la lógica, sean médiums o explicadores en la edificación doctrinaria, busquemos con afectuosa dedicación una puerta para el entendimiento recíproco, a través de la cual les podamos ofrecer el corazón, en forma de esclarecimiento o de apoyo, auxiliándolos a superar los trechos de sombra que, quizá, estén siendo obligados a perfeccionar, en la caminata hacia el Conocimiento Superior que todos nosotros aspiramos alcanzar.

En resumen, al frente de cualquier hermano, procedentes de ese o de aquel distrito menos claro de la obra espiritual, sepamos actuar con bondad y comprensión, ya que muchos de aquellos que nos parezcan engañados o faltos de sabiduría, si son amparados con amor, serán en el porvenir valerosos partidarios en la Causa del Bien, sea en la plantación de la verdad o en la cosecha de la luz.

Mediúmnidad no es instrumento de magia, con que los Espíritus Superiores adormezcan la mente de los amigos encarnados, utilizándolos en espectáculos indebidos para la curiosidad humana.

Ser medianero de las fuerzas elevadas que gobiernan la vida es sintonizarse con la ola renovadora del Evangelio, que instituyó el “amémonos los unos a los otros”, como Jesús se dedicó a nosotros todos los días de la vida.

¡Si pretendes un título en la mediúmnidad que manifiesta en el mundo las revelaciones del Señor, no te fijes tan sólo en la técnica fenoménica; regocíjate con las oportunidades de servir, expresando buena voluntad en el socorro a todos los necesitados de la senda humana; y, renovando los sufridores y los ignorantes, los perturbados y los tristes, bajo el estandarte vivo de tu corazón abierto a la Humanidad, abrázalos como tu propia familia!

Después de eso, conserva la certeza de que vas hacia el frente y hacia lo alto, porque Jesús, el Divino Maestro, vendrá a tu encuentro, inundándote la jornada de esperanza, alegría y luz.

Extraído del libro  ”Mediúmnidad y Sintonía” de Francisco Cándido  Xavier por Mercedes Cruz Reyes.

LOS SUEÑOS

LOS SUEÑOS

Mercedes Cruz Reyes

El sueño, para el cuerpo físico, es una muerte de todos los días, aparente e incompleta, durante la cual el espíritu no pierde  su integridad, cesando solamente la actividad de los órganos de relación con el mundo exterior; más en compensación, el Espíritu, el sueño le abre  las puertas de los sueños, hendijas más o menos grandes hacia la visión de extrañas escenas del mundo extraño del Más Allá, sus paisajes,  de coloridos bizarros , sus luces intensas y maravillas, sus misteriosos habitantes.

El sueño en si mismo, es un fenómeno físico, un estado de transición que conduce a los sueños – que son fenómenos de lucidez.

Todo el mundo duerme, seres y cosas, por lo menos aparentemente. Un tercio de nuestra vida, como mínimo lo pasamos durmiendo.

Durante el día y por la influencia del Sol, cuya luz destruye las emanaciones fluídicas maléficas, predomina el dinamismo de las fuerzas materiales, regidas por la inteligencia; más, cuando el Sol se va y cae la noche, pasan a imperar las fuerzas negativas del Mundo Espiritual inferior y el cuerpo humano se adormece, entonces, bajo su dominio.

El sueño adviene para unos por una congestión cerebral (hiperemia de los vasos sanguíneos del cerebro)

Para otros, es justamente lo contrario: ocurre una anemia  cerebral (isquemia  de los mismos vasos) lo que quiere decir que durante el sueño los vasos se dilatan y desagotan la sangre del cerebro.

Al lado de estas explicaciones está la teoría de las neuronas, células nerviosas cuyas prolongaciones  retraen durante el sueño interrumpiendo el paso de la corriente vital, la que restablecen al despertar, distendiendo las referidas prolongaciones y poniéndolas de nuevo en contacto.

El sueño puede resultar también de una asfixia periódica del cerebro y, para el viejo Aristóteles, adviene de la acción de las tomaínas  existentes en los residuos digestivos.

En contraposición, hay otros que afirman que, justamente dormimos para desintoxicarnos, siendo el sueño una función  defensiva del organismo.

El organismo  físico, en la vigilia, gasta energías, que recupera en el reposo del sueño. La ciencia descubrió que en el momento del sueño ocurre una inversión de las ondas cerebrales, del cerebro posterior hacia el interior.

El sueño, se da, con el abandono provisorio del cuerpo por el Espíritu, de la misma forma que en la muerte, cuando el abandono es definitivo.

Veamos diversas teorías científicas sobre los sueños:

Freud dice que los sueños se originan  en los deseos reprimidos: no pudiendo el hombre satisfacerlos en la vida normal, se esfuerza en vivirlos cuando se duerme.

Mauri dice que los sueños resultan de los automatismos psicológicos; de cerebraciones  inconscientes o de asociaciones de ideas que, como es natural, originan imágenes mentales.

Según Saint – Denis en los sueños existe  el desenvolvimiento natural y espontaneo de una serie de reminiscencias.

Delboeuf admite  la conservación indefinida de impresiones que Richet bautizó con el nombre de pantomnesia (reminiscencia universal)

Conan Doyle admite solamente dos especies de sueños: los resultantes de experiencias hechas  por el Espíritu libre y las provenientes de la acción confusa  de las facultades inferiores, que permanecen  en el cuerpo cuando el Espíritu se ausenta.

Flammarión, Rosso de Luna, Dunne, Lombroso, Materlink y muchos otros estudiaron también el fenómeno y dejaron a cerca de él interesantes pero no concluyentes teorías.

Podemos clasificar los sueños en dos categorías: los sueños subconscientes y los sueños reales.

Los sueños del subconsciente  son reproducción de pensamientos, ideas e impresiones que afectan  nuestra mente  en la vigilia; hechos comunes de la vida normal que se registran en los recovecos de la memoria  y que durante el sueño, continúan preocupando al Espíritu, con mayor o menor intensidad. Esos elementos, subiendo del subconsciente se empujan  los unos a los otros, si se puede decir así, y forman verdaderos  enredos con reminiscencias  presentes y pasadas, tornando tales sueños casi siempre de difícil comprensión, justamente por ser confusos, complejos extravagantes.

En esos sueños subconscientes entran también otros factores, como: el temperamento imaginativo o emocional del individuo, sus resabios, mayormente los de naturaleza sexual, perturbaciones fisiológicas momentáneas, etc. Los durmientes  ven, en tales sueños, solo cuadros formados en su propia mente subconsciente, puesto que tales sueños son únicamente producto mental inferior de ellos mismos.

Finalmente, lo que define  y caracteriza, además de su aspecto confuso  y neblineo, es la incoherencia, la falta de nitidez, de luz, de colorido.

Los sueños reales mientras el cuerpo físico reposa, el Espíritu pasa a actuar en el plano espiritual, en el cual tiene más o menos libertad de acción, según su propia condición evolutiva. Unos se conducen libremente, otros quedan en la dependencia de terceros, más todos son atraídos hacia lugares que les son afines o correspondientes.

 

Son, por tanto, aquello que ve, oye o siente; los contactos que hace con personas o cosas de esos lugares o esferas de acción y que constituyen los sueños reales que, como bien se comprende, no son mas elaboraciones de la mente subconsciente individual sino perfectas visiones, directas y objetivas de esos mundos, verdaderos desdoblamientos, exteriorizaciones involuntarias del Espíritu.

Los encarnados, sujetos coma están a las leyes que rigen el piano material, no se liberan de ellas sino con la desencarnación y, por eso, así cuando están exteriorizados durante el sumo, las leyes prevalecen manteniendo los velos de oscuridad vibratoria entre los dos mundos.

Esa es la razón porque los sueños, incluso los reales, son normalmente indistintos, nebulosos, de difícil recordación. Por eso también es que cuando hay necesidad de obviar ese estado de cosas, haciendo que los sueños sean más fácilmente recordables, los agentes de lo invisible lanzan en la mente del durmiente poderosas sugestiones, fácilmente transformables al despertar, en forma de imágenes mentales y cuadros alegóricos representativos de las enseñanzas, advertencias o experiencias que el durmiente debe recordar.

Acostumbran también conducir al adormecido a regiones o instituciones del Espacio, proporcionándole contactos y experiencias necesarias a su aprendizaje espiritual, de los cuales el recuerdo, por el referido procedimiento, siempre en alguna forma permanece.

Y si eso acontece en relación a los Espíritus buenos, también sucede con los malos que, valiéndose de la ley de afinidades vibratorias se apoderan de los durmientes y los conducen hacia sus antros, inoculándoles o alimentando en sus mentes desprotegidas ideas o tendencias maléficas.

Los médiums, pues, que se guarden de esas infelices posibilidades, purificándose en cuerpo y Espíritu para que su tonalidad vibratoria se eleve orando y vigilando como el Divino Maestro recomendó.

Conforme, empero, a su desarrollo espiritual, puede el Espíritu así desdoblado viajar por varias regiones espirituales, verlas y comprenderlas, instruirse y penetrar acontecimientos pasados o futuros del sector de los llamados sueños simbólicos o proféticos.

En ese mundo diferente, en el cual ingresamos diariamente, muchas cosas están a nuestra disposición, como auxilio a nuestro esfuerzo evolutivo: material de estudio, elementos de investigación, contactos reparadores, consejos e instrucciones de amigos desencarnados o no y de instructores espirituales.

La luminosidad, la nitidez, la claridad, la lógica y el colorido, he ahí las características inconfundibles de esos sueños reales, únicos verdaderos.

Lo que es necesario que tengamos durante esos sueños es una relativa conciencia de lo que sucede, y eso solo podemos conseguirlo, normalmente, por medio de continuados ejercicios de autoeducación y disciplina miento de la voluntad, los que deben ser hechos diariamente, antes de adormecernos, y con un previo entendimiento con el guía espiritual.

Pocos son los que al despertar recuerdan esa vida exquisita que vivieron durante el sueño. En general solo nos recordamos del último sueno, lo que antecedió al despertar, y este mismo es luego borrado de la memoria con la sucesión de los acontecimientos materiales inmediatos.

En el libro Los Mensajeros Espirituales, capitulo XXXVII, André Luiz, refiriéndose a los encuentros que se dan durante el sueño, dice: «Estas ocurrencias se dan todas las noches por millares en los círculos terrestres. En la mayoría de los hermanos encarnados el sueno apenas refleja perturbaciones fisiológicas o sentimentales a las que suelen entregarse; sin embargo, existe un gran número de personas que, con más o menos precisión, son aptas para desenvolver este intercambio espiritual».

Vivimos actualmente en la carne con la pérdida de más de un          tercio de nuestra vida consciente, la cual escapa a nuestro control por entre las brumas y el olvido del sueño.

El problema está, pues, en obtener de a poco ese dominio, viviendo conscientemente, tanto de día como de noche, en la vigilia como en el sueño, para que la luz de la verdad triunfe sobre las sombras de la muerte y para que la vida se manifieste en su realidad  de como es: eterna.

Otro medio de conservar la conciencia al despertar es desarrollando el chacra coronario.

Estas facultades de lucidez, tan bellas y tan otiles, abren al

El médium educado y consciente un mundo extraordinario de conocimientos y revelaciones espirituales. Transforman al hombre en un ser diferente, dado que le confieren el poder de vivir en dos mundos, incluso estando encarnado. Ampliase para los ilimitados horizontes que abarcan mucho del Universo y le permitirán comprender muchas de las grandezas de la Creación Divina.

Mas es preciso educación y desenvolvimiento metódico y progresivo, lo que solo se tornara posible cuando el Espíritu esté en condiciones de merito propio, cuando sea digno de poder merecer la preciosa colaboración indispensable de los asistentes espirituales competentes.

Muchos procedimientos son utilizados para ese desenvolvimiento, siendo los más comunes, para la videncia, por ejemplo, los del grupo de cristal o videncia, esto es: la fijación de superficies lisas y brillantes como sean bolas de vidrio, botellas o copas conteniendo agua, espejos, lentes, objetos de metal pulido, fuentes de agua, borrones de tinta y la propia huía convenientemente pulida.

No habiendo mediúmnidad-tarea, ningún procedimiento material o artificial dará resultado si, desde el punto de vista moral, o según las necesidades de su propia evoluci6n, el individuo no fuere digno.

Las superficies brillantes provocan una auto-hipnotización que nada resuelve en definitivo, puesto que si los asistentes invisibles nada proyectan sobre tales superficies nada podrá ser visto; sin embargo, los guías acostumbran aconsejar a veces tales procedimientos con la intención de obligar al estudiante a realizar ejercicios de concentración, familiarizándose con la disciplina mental.

Acostumbran también actuar directamente sobre los médiums en desarrollo, aumentando sus vibraciones de la glándula pineal y proyectándoles durante el sueño o en el semi-sueño cuadros simbólicos en el campo de la visión. Se valen también del ambiente formado en las sesiones espiritas bien conducidas para producir tales fenómenos, por tener en esas ocasiones, a su disposición, cargas poderosas de fluidos apropiados a las formaciones ideo plásticas.

Mas, repito, para el desenvolvimiento de esas facultades la condición esencial es la reforma individual del médium con la purificación de sus pensamientos y actos, porque de eso dependerá la elevación de su vibración periespiritual a un nivel compatible con la producción de tales fenómenos, esto es, al nivel de las vibraciones del piano espiritual.

Extraído del libro “Mediúmnidad” Edgard Armond

PARA LOS QUE AMAN Y RESPETAN LA DOCTRINA DEL CONSOLADOR

PARA LOS QUE AMAN Y RESPETAN LA DOCTRINA DEL CONSOLADOR

 

El Espiritismo dilata el pensamiento y abre nuevos horizontes; en lugar de tener una vista estrecha y mezquina que concentra la atención en la vida presente, enseña que esta vida solo es un eslabón en el conjunto armonioso y grandioso de la obra del creador.

 

Como Espíritus eternos que somos, estamos hoy en el punto exacto de la evolución para la cual nos preparamos, con los recursos más adecuados para la solución de nuestros problemas y tareas, según los compromisos que contrajimos, sea en el campo del progreso necesario o en la esfera de la prueba rectificadora.

 

La base de la tranquilidad del hombre reside en su integridad en la conciencia, debiendo comprender que todos sus problemas  constituyen débitos  que le compete resarcir y que todas las facilidades que nos enriquecen el camino son instrumentos que el Señor nos presta, a fin de que nos sirvamos de ellos  para utilizar nuestra voluntad, construyendo  un mundo feliz en el futuro y comprendiendo así que la vida nos devuelve aquello que le damos.

 

Incontestablemente la sociedad terrena está muy avanzada en la senda del progreso dentro del siglo XX, pero da pena  que la paz de tantos y tan admirables  triunfos sociales, el hombre no se conduzca también un poco más respetuoso ante Dios, sumiso  ante Sus Leyes, agradeciendo los favores que del Cielo recibe con la posibilidad de tales conquistas para el bien de todos.

 

Olvidamos con facilidad que la gloria del hombre virtuoso es el testimonio de la buena conciencia. Por lo tanto si conserva la conciencia pura, siempre estará alegre. Una buena conciencia puede soportar muchas cosas y permanecer alegre, hasta incluso en las adversidades. La mala conciencia en cambio, anda siempre temerosa e inquieta.

 

Se goza de suave sosiego si de nada nos acusa el corazón. Si nos acercamos a Jesús en la vida y en la muerte, entregándonos  fielmente,  El nos socorrerá, cuando todos nos falten…

 

No busquemos reposo, nacimos para trabajar por eso dispongámonos   más  hacia la paciencia que para el consuelo, más para la cruz que para la alegría…

 

Las leyes eternas establecidas por el Supremo Señor para la regencia de Su Creación, jamás serán impunemente  desacatadas, pues todos sufrimos  las consecuencias inevitables de los hechos que realizamos contrarios a la ley. Todos sabemos, porque el Evangelio lo advierte, que a cada hombre le será concedido de acuerdo con los actos practicados.

 

Comprendiendo las leyes que rigen los destinos de la Humanidad se puede esclarecer a los ignorantes  en cuanto a la severidad  y a la justicia de las mismas leyes, con lecciones prudentes y racionales que podrán contribuir mucho para la educación de las almas frágiles  que aun no pueden o no saben comprender que los mundos y sus Humanidades son regidos por una justicia Inflexible, que, para bien del propio delincuente, de el exigirá actos armoniosos  con la armonía de la Creación, jamás sancionando desvíos de las rutas trazadas por la Legislación Suprema.

 

La bondad paternal del creador, cuyas leyes, establecen una inflexible justicia en la punición del error, también establecen la misericordiosa enseñanza para la rehabilitación del alma culpable, por eso la meditación es una experiencia para el arrepentimiento, gracias a ella se consigue elevarse por encima de las miserias  vislumbrando un camino para observar dentro de la armonía  de la legislación divina.

 

Son muchos los sordos por ignorancia, sin buena voluntad para el progreso, y hasta incluso padecen rebeldía debido a las amarguras que sufrimos en la esclavitud.

 

La fe en Dios, la creencia en la reencarnación y en la inmortalidad del alma humana, la consoladora esperanza de la vida después de la muerte, plena de justicia y recompensas permite al hombre escalar hasta Dios lleno de ilusiones y esperanzas  para alcanzar  la Cima, gracias al trabajo que es un bendito elemento de redención para todas las criaturas ya que despierta el sentimiento por el interés fraternal hacia sus semejantes.

 

La resignación ante la adversidad es el sublime amparo del desgraciado, que envuelve su personalidad, animándola y resignándola con pleno testimonio de acerbos dolores.

 

Es preciso que el alma pecadora se vuelva para Dios, nuestro Padre, el cual siendo poderoso concederá fuerzas para conseguir la victoria contra uno mismo.

 

Dios protege y salva al “humilde”, ama y consuela, al humilde que se inclina ante El y le da abundancia de gracias  y después del abatimiento, le levanta para la gran honra. Al humilde revela sus secretos y lo atrae para Si y le invita. El humilde, al sufrir ofensas, conserva su paz, porque confía en Dios y no en el Mundo.

 

Mientras el hombre no se reconozca inferior a todos, no habrá realizado progreso alguno.

 

Es necesario avisar a los hombres de las verdades,  para que se conduzcan mejor en la vida. ¡Ama y Respeta la Doctrina del Consolador prometida por Jesús! Vigila, prudentemente, por la Revelación con claridad y dedicación, porque solamente ella, con las enseñanzas de las leyes que dirigen los destinos humanos, corregirá tales desarmonías existentes en el seno de las sociedades terrenales.

Trabajo realizado por Merchita

Extraído de “Dramas de la Obsesión” de Ivonne Pereira.

FENÓMENOS ESPIRITAS Y SUS CONSECUENCIAS FILOSÓFICAS

FENÓMENOS ESPIRITAS Y SUS CONSECUENCIAS FILOSÓFICAS

Por Schutel Cairbar

Los hechos espiritas se manifiestan, hoy, en todas partes, ellos constituyen una voz que parte de todos los puntos del globo y repercute,  de lado a lado, despertando al hombre de la letárgica  y animándolo a  marchar,  con valentía, por el camino de la espiritualidad  que conduce a la Vida Eterna. Se puede decir que no hay una sola ciudad del mundo, una sola aldea, aun en los más lejos rincones del planeta, en que manifestaciones extraordinarias no se hayan verificado, con la admiración de unos, y mala voluntad  y repulsa de otros. En los medios humildes, como en la alta sociedad, en las zonas científicas, como entre los elementos clericales, los fenómenos  espiritas de carácter ostensivo constituyen la gran luz que viene a iluminar a los hombres el  puerto de salvación. Ho hay una sola familia que no cuente un hecho “anormal”  que le haya ocurrido.

Eso viene a probar que los fenómenos espiritas tienen un carácter verdaderamente providencial.  Y no se puede explicar de otro modo esos hechos ostensivos, espontáneos,  independientes de toda voluntad humana  y de todos los poderes terrestres, hechos, digamos de paso, que señalan una inteligencia superior a las inteligencias de la tierra, llena de presión, de concisión y altamente científica.

 

Quien lea con atención los relatos de materializaciones, de manifestaciones, de aportes, de fotografías, testimoniadas por hombres como William Crookes, Russel Wallace, Oliver Lodge, Paul Gibier, César Lombroso, Ernesto Bozzano y cientos de otros sabios de responsabilidad moral y científica,  que no puede negar el gran valor moral y científico de esas manifestaciones,  fenómenos tan trascendentes que todos esos sabios unidos – físicos, químicos, fisiólogos, anatomistas, etc., son incapaces  de producirlos en su  mínima parte.

¿En vista de eso podrán esos hechos ser recibidos como  ocurrencias simplemente anormales, sin una causa maestra  que tiene  intenciones  superiores, determinativas para un fin moral y de alta relevancia espiritual?

Ciertamente  no se puede concluir que un efecto inteligente deje de tener, a su vez, una causa inteligente y una intención cualquiera, digna de nuestra observación, de nuestro estudio y de nuestra meditación. Todos los fenómenos de la vida actual, aun los más rudimentarios, tienen una causa y un objetivo, como verificamos en la vida de los seres que  pueblan nuestro mundo. No se enciende una luz  sin que un  factor  no se mueva, un intermediario no aparezca  y no se vea  el fin  para  el cual esa luz se destina.

La fenomenología espirita, verificada en todas las épocas y en todos los países, por todas las generaciones que vivieron en este mundo, ha sido, en todos los tiempos, el principio básico de la fe que dignifica al ser humano.

Antiguamente, debido a la deficiencia de la inteligencia para juzgar las cosas espirituales, ella fue dirigida para la clase de cosas sobrenaturales , y los “expertos” que tomaron  para sí la misión de guiar a los hombres  la guardaron en la “urna de los milagros” para,  más cómodamente, mantener su dominio sobre las masas.

Los filósofos y los sabios,  asignado a una psicología retardada que había cristalizado todos sus métodos  de enseñanza, no pudieron comprender el alcance de esos hechos que solo eran recibidos, religiosamente, por los hijos del pueblo.

 Explorando la obra de los estudios fisiológicos, aunque desde tiempos pasados los fenómenos psíquicos tuviesen larga extensión,  quedamos con la oscuridad sobre la existencia  o no existencia del alma,  lo que prueba que la antigua psicología no ofrecía a los sabios de entonces  los elementos precisos para la resolución del mayor de todos los problemas que debe resolver la suerte del destino humano.

Fue preciso que nuevas mentalidades viniesen a desbravar el campo del Animismo, obligando, después,  a las barreras de lo sobrenatural y del misterio, para que la luz irradiase en los horizontes, y un nuevo método de estudio de esa creación  de la Psicología Experimental, que extendió su área a las regiones inexploradas del alma humana, en esta fase de la vida, alargando su acción al mundo  ultrasensible que nos rodea  y para donde tendremos que ir.

Y, de ese estudio experimental, se llegó a  la conclusión de las intenciones morales y científicas de los fenómenos psíquicos, base fundamental del Animismo y del Espiritismo, que se hallan  en intima ligación con todas las ciencias, dándoles un cuño superior  de progreso, completándolas con las nuevas verdades que vienen a quitarles las dificultades en las que se hallan, para resolver  ciertos problemas, cuya oscuridad  veda su acción progresiva en la perfección de las gentes, en la evolución de todos los conocimientos que deben constituir y proporcionar el bienestar de los pueblos. Ofreciendo  a todos las insignias  inconfundibles de alta Moral Cristiana, con todas las Enseñanzas filosóficas de su Instituidor, los fenómenos espiritas, parte integrante de la Revelación sobre la cual Jesús dijo haber fundado su Iglesia, son, de hecho, las demostraciones claras, legibles y palpables de la Inmortalidad, única base verdadera de Fe, de Amor y de Sabiduría.

Sin los hechos, no hay religión, ni ciencia que pueda prevalecer. A la química se pide reacciones; a las matemáticas, números, leyes de equilibrio. Para merecer el nombre de ciencia, es preciso que se demuestre esta o aquella con pruebas positivas.

Los fenómenos psíquicos, no hay, absolutamente, duda, echan mano  de la luz que ilumina la verdad que salva. Solo por ellos, nos podemos convencer de la sobrevivencia  espiritual, ósea, de la sobrevivencia individual y, consecuentemente,  de nuestros deberes para con nuestros semejantes y para con Dios.

Las  consecuencias filosóficas de los hechos espiritas nos traen, como contribución de progreso y bienestar,  leyes olvidadas por los hombres y destinadas a establecer en la Tierra el reinado de la Fraternidad, bajo la Paternidad de Dios.

No quieran nuestros adversarios desviar los objetivos de la Fenomenología Espirita, atribuyéndoles teorías malsanas  que no sean coherentes con sus hechos.

Acuérdense bien que todas las teorías aventadas para dar explicaciones de los fenómenos  caerán por tierra por insostenibles.

“Los hechos son persistentes” – como dijo el Profesor. Lombroso y,  cara a los hechos, el investigador perspicaz e inteligente  ha de verificarlos  de naturaleza anímica y de   naturaleza espirita, más, sean  unos o sean otros, ninguna explicación  pueden tener, sin la existencia del alma y de su sobrevivencia a la muerte del cuerpo carnal. Esa es la verdad que nadie, con buenos fundamentos, osara contestar.

Traducido por  M. C. R.

Publicado en  RIE en julio  de 1934

EXPLORANDO LA MEDIUMNIDAD

 Explorando la mediúmnidad

  Todos los que trabajan   y palpitan  en el campo de las enseñanzas de Jesús, desean parecerse a El. Sin embargo, el mundo entero reverencia al Enviado de Dios, cuya figura renace, día a día, de las cenizas del tiempo, indicando la bondad y la concordia, la tolerancia y la abnegación por mapas de la felicidad real, en el centro de cooperadores que se multiplican, en todas las naciones, con el paso de los siglos.

 Hasta hoy, los fenómenos mediúmnicos que se desdoblaron al margen del apostolado de Cristo se definen como un conjunto de tesis discutibles, pero las enseñanzas y actitudes del Maestro constituyen el macizo de luz inatacable del Evangelio, amparando a los hombres y orientándoles el camino.

 Mediúmnidad sin ejercicio en el bien es semejante al título profesional sin la función que le corresponde. Mediúmnidad no es pretexto para situarse la criatura en el fenómeno exterior o en el éxtasis inútil, a la manera del niño aturdido con el deslumbramiento de la fiesta vulgar.

 Es, por encima de todo, camino de arduo trabajo en que el espíritu, llamado a servirla, necesita consagrar lo mejor de sus propias fuerzas para colaborar en el desarrollo del bien.

 El médium, por ello, será vigilante cultor del progreso, asistiéndole la obligación de perfeccionarse incesantemente para reflejar con más seguridad la palabra o el consejo, el pensamiento o la sugerencia de la Vida Mayor.

 No nos detengamos en la imposibilidad de ofrecer prodigios de grandeza de un instante al otro, pero no busquemos interrumpir el contrato de redención y de amor al que nos empeñamos.

Tenemos que entender que somos invitados por el Cristo de Dios, a través de Allan Kardec, para comprender auxiliando y renovar amando e iluminando, instruyendo y bendiciendo en la edificación del Mundo Nuevo.

 Es por eso que no siempre conseguiremos materializar  amigos de la Vida Mayor para satisfacer la sed de verdad que tortura a muchos de nuestros compañeros en la Tierra, pero siempre podremos  substanciar esa o aquella providencia susceptible de prodigarles tranquilidad y consolación.

 No siempre sonorizaremos  la voz de desencarnados queridos para reconforto de los que lloran de añoranza en el mundo; sin embargo, siempre podemos articular la frase calmante que les transmita ánimo y esperanza.

 No siempre obtendremos  el mensaje de determinados amigos que residen en el Más Allá, para la edificación inmediata de los que sufren en el Plano Físico; sin embargo, siempre podremos  improvisar algún recurso con el que les restaures la energía y el buen ánimo.

 No siempre lograremos la cura de ciertas enfermedades en el cuerpo de hermanos enfermos; sin embargo, siempre podremos  mitigarles el corazón y aclararles el alma, con el apoyo fraterno, habilitándoles la mente para la cura espiritual.

 No siempre evidenciaremos  como un fenómeno, pero siempre podemos, en cualquier tiempo, ser el auxilio de quien necesite de amparo.

 Médium quiere decir intérprete, medianero.

 Y dar utilidad a la propia vida, transformándonos en socorro y bendición para los demás, es ser médium del Eterno Bien, bajo la inspiración del Espíritu de Jesucristo, privilegio que cada uno de nosotros puede disfrutar.

 El médium puede traducir el mensaje del Señor, donde quiera que se encuentre, aprendiendo, amando, construyendo y sirviendo siempre, porque por encima de los médiums de esa o de aquella entidad espiritual, de ese o de aquel fenómeno que muchas veces espantan o conmueven, sin educar y sin edificar, permanecen la conciencia y el corazón consagrados al Supremo Bien, a través de los cuales el Señor se manifiesta, extendiendo para todos nosotros la bendición de la vida mejor.

 El médium, para servir a Jesús de modo positivo y eficiente, en el campo de la Humanidad, necesita encariñarse a la instrucción, al conocimiento, a la preparación y a la propia mejoría, a fin de que sea filtro de luz y paz, elevación y engrandecimiento para la vida y para el camino de las criaturas.

 Buscando nuestra posición de servidores fieles de la regeneración del mundo, empezando por nosotros mismos, por la renovación de los nuestros hábitos e impulsos, olvidemos la sombra y busquemos la luz, cada día, conscientes de que cualquier pausa más larga en la apreciación de los cuadros menos dignos que todavía nos cercan será nuestra probable inducción al estacionamiento indeterminado en la cárcel del desequilibrio y del sufrimiento.

 Y en razón de que cada criatura transporta consigo la experiencia que le perfecciona, la Sabiduría Divina concede a cada espíritu encarnado determinada tarea, que, en esencia, vale por en-sayo precioso, al frente del servicio que le competirá en el mañana eterno.

No basta erguir brazos ágiles, lanzar fraseología preciosa o provocar excesivo movimiento alrededor de tus días, porque hay muchas manos que operan en la extensión de la sombra, mucho verbo fastuoso en la explotación menos digna y mucho ruido vano, provocando, donde existe, tan solamente amargura y cansancio.

 Ama el servicio que el Señor te confió, por más humilde que sea, y ofrécele tus mejores fuerzas, porque de lo que hoy haces bien en provecho de todos, retirarás mañana el justo alimento para la obra que te erguirá del insignificante esfuerzo terrestre hacia el trabajo espiritual.

 Si Jesús no paró en contemplación inoperante, transitando en el servicio al prójimo, del Pesebre hasta la Cruz, que nadie espere la visita de los Mensajeros Divinos, paralizando las manos en la esperanza sin trabajo y en la fe sin obras.

El perfeccionamiento de la mediúmnidad y la espiritualización renovadora son problemas de buena voluntad en la decisión de trabajar y en la cooperación, porque solamente buscando traer el Cielo al mundo, por nuestra aplicación al bien, es como descubriremos el camino verdadero que nos conducirá efectivamente hacia los Cielos.

Medita en los que recorren vagando sin hogar y honra tu reducto doméstico, cultivando dentro de él la bondad y la tolerancia, la comprensión y la gentileza en las directrices de cada día.

 Piensa en los corazones cristalizados en la indiferencia, que viajan en el mundo a semejanza de huérfanos voluntarios y exalta la propia fe, traduciéndola en obras de humildad y amor, generosidad y perdón, para que la luz divina se alce como brújula en el camino.

 Valora el trabajo que desarrollas, los amigos, los familiares, los recursos, los instantes de que dispones y te sentirás ahora rico de posibilidades para ampliar el tesoro de bendiciones con que serás dotado ahora, hoy y después.

 Acordémonos de que la Tierra es sencillamente un escalón en nuestra escalada hacia las cimas resplandecientes de la vida y, despiertos a las oportunidades del servicio, avancemos hacia delante, aprendiendo y amando, auxiliando a los otros y renunciando a nosotros mismos, en la certidumbre de que, así, caminaremos del infortunio de ayer hacia la felicidad de mañana.

 ¡Si pretendes un título en la mediúmnidad que manifiesta en el mundo las revelaciones del Señor, no te fijes tan sólo en la técnica fenoménica; regocíjate con las oportunidades de servir, expresando buena voluntad en el socorro a todos los necesitados de la senda humana; y, renovando los sufridores y los ignorantes, los perturbados y los tristes, bajo el estandarte vivo de tu corazón abierto a la Humanidad, abrázalos como tu propia familia!

 Después de eso, conserva la certeza de que vas hacia el frente y hacia lo alto, porque Jesús, el Divino Maestro, vendrá a tu encuentro, inundándote la jornada de esperanza, alegría y luz.

 Amigos si te sientes impresionado y tocó este mensaje tu corazón, divúlgalo, pensando que solo el conocimiento de las cosas, nos liberará de la ignorancia, y extendiendo el mensaje llegará a más corazones despertando sus inquietudes que siempre son los principios del despertar.

 Realizado por M.C.R

Extraído del libro Mediúmnidad y sintonía de Francisco Cándido Xavier  

PERFECCIONAMIENTO Y MEJORAMIENTO

PERFECCIONAMIENTO Y MEJORAMIENTO

Mercedes Cruz Reyes

La lucha que mantiene incesantemente el espíritu es la de perfeccionarse. Nadie que se sienta imperfecto, permanece tranquilo, en algún momento, en algún lugar, un día, reflexiona, y se descubre, es entonces cuando ve aquello que lo inquieta, que lo mantiene pesaroso, y en cierto momento, se decide a cambiar.

Poco a poco, el espíritu va rompiendo la coraza que le obstaculiza caminar con libertad, se propone una meta, y no para hasta conquistarla, pero ahí no acaba todo,  el niño no solo aprende las primeras letras, una vez aprendido el abecedario, continua sus estudios para conseguir el doctorado, cuando es mayor. Una vez que nos hemos despojado de los tejidos groseros,  con las experiencias adquiridas, invertimos los mejores recursos hasta alcanzar el nivel de conciencia lúcida para hacer brillar nuestra luz.

Todos tenemos un dios interno adormecido, lo engrandecemos a medida  que vencemos las sombras  que nos revisten, pasando a poseer valores cada vez más nobles que nos facilita un grado de desarrollo moral cada vez más grande. En todas las encarnaciones crecemos, ampliando nuestra capacidad de comprensión de las cosas, gracias al esfuerzo que  hacemos en el aprendizaje teniendo en vista la Superior Justicia que rige todos los destinos.

El recurso más valioso para facilitar el entendimiento en torno a los acontecimientos y de las personas,  es el amor, que nos capacita  para nuevos emprendimientos y luchas.

Las sombras nos hacen muchas veces elegir los placeres mundanos, haciendo que ese proceso sea muy largo, nos olvidamos del deber  y sin darnos cuenta generamos conflictos por vincularnos a los vicios a los cuales pasamos a depender, cuando si hubiésemos seguido en la línea marcada del progreso avanzaríamos  mediante  recursos menos penosos.

Adoptados los primeros fenómenos inconscientes de la evolución el espíritu, pasa  por los instintos que se le fijan demoradamente, necesitando  transformarse esos instintos en sentimientos, para lo cual tendrá que invertir sacrificio  y abnegación para desvincularse de los condicionamientos generadores  de penosos y exhaustivos goces.

Jesús propuso enfáticamente, el amor hacia los adversarios, para conseguir la perfección.  Presentado al Padre  como síntesis  absoluta que es de la perfección, no obstante inalcanzable, ya que el Espíritu  jamás podrá ser igual al Creador.

Para alcanzar la perfección hemos de  tratar la perfección constantemente, superando el ego severo y vigilante, superando la liberación del Espíritu  cuyo campo de acción aun se encuentra impedido para su total y plena  manifestación.

Amar a nuestro prójimo significa, compañerismo, tolerancia,  solidaridad en el sufrimiento y también en la alegría, amistad en las situaciones difíciles, capacidad de disculpar siempre, produciendo una vinculación afectiva que soporte los roces y los conflictos típicos de cada cual. Es un amor diferente del que sentimos por los enemigos, ya que él se hace a nuestros ojos un ofensor, presentándonos su imagen controvertida y destacada por el mismo, haciéndonos su víctima. Amar a ese antagonista  es no retribuirle  la ofensa, no detestarlo, no conducirlo  en el pensamiento, conseguir liberarnos de  sus diatribas  y agresividad.

El resentimiento, el deseo de venganza, la amargura se instala, porque de alguna forma, dependemos  de las vibraciones  maléficas del perseguidor. El amor nos liberaría  si lo cultivásemos en nuestro corazón, ya que solo así el mal que nos quieren hacer  no nos ataría al verdugo, estaríamos tranquilos, cosa que no nos ocurre si en nosotros anida el resentimiento, el deseo de vengarnos de él.

Ese resentimiento nos prepara para futuros combates, en los cuales necesitaremos de la paciencia, la compasión, la caridad  y el sentimiento de solidaridad.  Nuestro inconsciente rechaza el perdón al enemigo y consecuentemente, el amor a quienes nos causo daño y perturbación.

Jesús nos alerto de las dificultades  y para ellos debíamos estar armados  para los peligros de cada momento, por eso estableció el amor como el arma invencible  contra el mal  y a favor de los malos. Y esto es porque el amor es penetrante  y altera nuestro comportamiento, dulcificando a quien lo exterioriza y a aquel que lo recibe,  ya que el amor procede de las vibraciones  del Yo superior. Por eso en las relaciones humanas el debe estar siempre presente ya que solo el consigue  transformar moralmente  lo que la claridad de la razón  sencillamente no lo logra.

Nunca podremos conseguir la perfección de Dios, pero si podremos  despojarnos del primitivismo, como el diamante  para brillar debe  liberarse de toda  la ganga, pasando por la necesaria lapidación, para que pueda reflejar  la luz de afuera, poseedor que es de pureza y luz eterna…

Tanto el hombre como la mujer sufren  profundos bloqueos  en el inconsciente  respecto a la perfección, ya que se preocupa más por la obtención de recursos materiales que le permitan vivir mejor en la vejez, abrigando la esperanza de estar lejos de la enfermedad y del sufrimiento, descuidando así lo esencial, que es el esfuerzo para auto-abrirse a los designios espirituales de Jesús, como terapia y solución para las cuestiones  afligentes  de lo cotidiano.

Solamente cuando el ser humano logre la propia integración ejecutando la perfecta armonía  entre el ser interno que es y el externo que presenta, realizando y venciendo  la lucha intra-psiquica contra  lo establecido como triunfo y felicidad, aceptará los desafíos propuestos por Jesús.

En la educación psicológica del ser no ha de faltar la confianza que  aplicada  con calma  y amorosamente contribuye  a la formación de cimientos tranquilos y fuertes. Si no hay confianza  ante todo y todos, aguardando señales  definidas  para el rumbo emocional que debemos tomar, seremos dominados por la infelicidad.

Los senderos de la perfección no tienen fin. En todo arte, en toda doctrina, en todo código existen gérmenes que son evidentes anticipaciones, posibilidades de infinitos perfeccionamientos.

En todo lo que existe actúan fuerzas de perfección. La perfectibilidad se manifiesta como tendencia a realizar formas de equilibrio, eternamente relativas e inevitables, en función del tiempo y del espacio. Nada puede permanecer invariable  en un cosmos que varia incesantemente.

Toda perfección en el mundo moral se concibe  en funde  de la sociedad, sacudiendo la herrumbre del pasado; dando los lazos del presente. Una visión de un genio, un gesto de virtud, un acto de heroísmo, son perfecciones que se elevan sobre las ideas, los sentimientos y las costumbres de su época; no pueden pensarse sin inquietud, ni pueden actuarse sin rebeldía.

Solo en los hombres nace el sentimiento de la perfección, es como un deseo que invita  a creer y como esperanza que  impulsa a obrar.  La perfectibilidad es educable, como todas las aptitudes.  El hábito de la renovación mental, extendiendo la curiosidad a lo infinito que nos rodea, observando, estudiando, reflexionando, puede prolongar la juventud en la edad viril. El hombre perfectible, si considera  incompleta su doctrina o insegura su posición, busca formulas nuevas que superen su presente, en vez de cerrar los ojos  para volver a los errores tradicionales. El joven cuando duda, rectifica su marcha y sigue adelante, en cambio el viejo, incapaz de vencer los obstáculos, desiste y vuelve atrás.

La perfección  impone deberes, luchas  y sacrificios en todos los campos.

Amar la perfección implica vivir en un plano superior al de la realidad inmediata, renunciando a las complicidades y beneficios del presente.  Por eso los grandes  caracteres morales se han sentido atraídos por una gloria  que emanará de de sus propias virtudes; y como los contemporáneos no podían discernirla, vivieron imaginativamente en el porvenir, que es la posteridad.

Es fácil mejorarse pensando en el mundo mejor; y está cerca de la perfección el que se siente solidario con las fuerzas morales  que en a su alrededor florecen. Es posible acompañar a todos los que ascienden, sin entregarse a ninguno; se puede converger con ideales afines sin sacrificar la propia personalidad.  No es bueno que el hombre esté solo, pues necesita la simpatía que estimula su acción; pero es temeroso que esté mal acompañado, pues las  imperfecciones ajenas son su peor enemigo. Hay que buscar la solidaridad en el bien, evitando la complicidad en el mal.

Si te sientes inclinado a la perfección procura armonizar tu vida con los ideales. Obrando como si la felicidad consistiera en la virtud, se adquiere un sentimiento de fortaleza que ahuyenta el dolor y vence la cobardía. Todos los males resultan pequeños  frente al supremo bien de sentirse digno de sí mismo. La santidad es de este mundo;  en ella entran los hombres que merecen pasar al futuro como ejemplares de una humanidad perfecta.

La moral espiritista retoma la moral cristiana en su más pura y profunda expresión, asumiéndola como el código moral por excelencia, de aplicación universal, apropiada para orientar la vida del hombre en todos los aspectos, desde su vida interior hasta la convivencia con el prójimo en todos los ámbitos. La moral espiritista se fundamenta así en la Ley de Justicia, amor y caridad.

El espiritismo ofrece las pautas de conducta más adecuadas para el progreso y mejoramiento del hombre dentro de los parámetros de equidad, respeto, responsabilidad, fraternidad y caridad. Las enseñanzas y pautas de comportamiento que promulga la doctrina espiritista no tienen las características de una imposición férrea o de ciega aceptación, el espiritismo les presenta en su característica de enseñanzas sabias y superiores apropiadas para dirigir e impulsar nuestra evolución espiritual quedando su aplicación bajo la responsabilidad de cada persona, quien en virtud de la Ley de Causa y Efecto asumirá las consecuencias de su buen o mal comportamiento. Allan Kardec manifestaba que mediante el espiritismo la humanidad habría de entrar en una nueva fase, la del progreso moral. También expresaba que esta doctrina poseía un poder moralizador incalculable en razón de la finalidad que asigna a todas las acciones de la vida y de las consecuencias que nos demuestra respecto de la práctica del bien y del mal.

Trabajo realizado Por: M.C.R

Extraído del Libro: “Jesús y el Evangelio” de Divaldo Pereira Franco  y de libros de moralidad.

EN EL PROCESO REENCARNATORIO

EN EL PROCESO REENCARNATORIO 

Mercedes Cruz Reyes

 

Los procesos de reencarnación, tanto como de la muerte física, difieren hasta el infinito, no existiendo dos absolutamente iguales. Las facilidades y los obstáculos, están subordinados a numerosos factores, muchas veces relacionados con el estado conciencial  de los propios interesados en el regreso a la tierra o en la liberación de los vehículos carnales. Hay compañeros de gran elevación, que al volver a la esfera terrestre no necesitan ayuda  del plano espiritual. Otros al revés, por proceder  de zonas inferiores, necesitan de mucha cooperación.

 

La reencarnación es el curso repetido de lecciones necesarias. La esfera terrestre, es una escuela divina. El amor, por medio de las actividades intercesoras, reconduce diariamente   al banco escolar de la carne, a millones de aprendices. La vuelta de ciertas entidades de las zonas más bajas. Ocasiona laborioso esfuerzos de los trabajadores del plano espiritual.

 

El organismo de los engendrados, en expresión más densa,  proviene del cuerpo de los padres,  que le sustenta la vida y crea sus características con su propia sangre. La criatura terrena, hereda tendencias y no cualidades. Las primeras cercan al hombre  que renace, desde los primeros días  de la lucha, no solo en su cuerpo transitorio, sino también en el ambiente general  en el que fue llamado a vivir, perfeccionándose; las segundas, resultan de la labor individual del alma encarnada, en la defensa, educación y perfeccionamiento de si misma en los círculos  benditos  de la experiencia.

 

Nadie puede quejarse de las fuerzas destructoras o circunstancias asfixiantes, refiriéndose al círculo en que nació. Siempre hay dentro del alma reencarnada, la luz de la libertad intima indicando su ascensión. Practicando la elevación espiritual, mejoramos siempre. Esa es la ley.

 

El cuerpo humano tiene sus actividades propiamente vegetativas, el cuerpo peri espiritual  que da la forma a los elementos  celulares;  está fuertemente  radicado en la sangre. En la organización fetal el patrimonio sanguíneo, es una dadiva del organismo materno. Después del nacimiento, se inicia el periodo de asimilación diferente de las energías orgánicas, en donde el “yo” reencarnado ensaya la consolidación de sus  nuevas experiencias  y solamente a  los siete años de vida común, comienza a presidir, por si mismo, el proceso básico  de equilibrio  al cuerpo peri espiritual, en el nuevo servicio iniciado. La sangre, por tanto es, como si fuese el fluido divino que nos  fija las actividades  en el campo material y en su flujo y reflujo incesantes en la organización fisiológica, nos suministra el símbolo del eterno movimiento de las fuerzas sublimes de la Creación Infinita. Cuando su circulación deja de ser libre, surge el desequilibrio o enfermedad y si surgen obstáculos que impiden su movimiento  o circulación, sobreviene entonces la excitación del tonos vital, en el campo físico, al cual sigue la muerte con la retirada inmediata del alma.

 

Es muy grande la responsabilidad del hombre ante el cuerpo material, si no atiende a las tareas que le competen  en la preservación del cuerpo físico no podrá alcanzar el progreso espiritual. El Espíritu renace en la carne, para  la producción  de valores divinos en su naturaleza, pero ¿Cómo atender a semejante imperativo, destruyendo la maquina  orgánica, base fundamental del servicio a realizar? El cuerpo terrestre es también un patrimonio heredado hace milenios y que la Humanidad viene perfeccionando a través de siglos. El plasma sublime construcción efectuada en el influjo divino, con agua del mar, en las épocas primitivas, es el fundamento primordial de las organizaciones fisiológicas. El hombre en la tierra a de aprovechar la herencia, más o menos evolucionada en el cuerpo humano.

 

Mientras nos movemos en la esfera de la carne, somos criaturas  marinas respirando en tierra firme. En el proceso vulgar de la alimentación no podemos prescindir  de la sal; nuestro mecanismo fisiológico, en rigor, se constituye del sesenta por ciento de agua salada, cuya composición es casi idéntica a la del mar,  constituida por las sales del sodio, del calcio y del potasio. En la esfera de la actividad fisiológica en  el hombre encarnado, se encuentra  el sabor de la sal, en la sangre, en el sudor, en las lágrimas, en las secreciones.

 

Al renacer, en la superficie del mundo, recibimos, con el cuerpo, una herencia sagrada cuyos valores precisamos preservar, perfeccionándolo. Las fuerzas físicas, deben evolucionar, al igual que nuestras almas. Si nos ofrecen  el cuerpo de servicio para nuevas experiencias  de elevación, debemos retribuir, con nuestro esfuerzo, auxiliándolas con la  luz  de nuestro respeto y equilibrio espiritual, en el campo del trabajo y de la educación orgánica. El hombre del futuro, comprenderá que sus células no representan apenas segmentos de carne, sino que son,  compañeras de evolución, acreedoras de su reconocimiento  y auxilio efectivo. Sin ese entendimiento  de armonía en el imperio orgánico, es inútil procurar la paz. Los contornos anatómicos  de la forma física, deformes o perfectos, largos o cortos, bellos o feos, forman parte de los estatutos educacionales. 

 

En general, la reencarnación sistemática es siempre  un curso laborioso de trabajo contra los defectos morales persistentes, en las lecciones y conflictos presentes. 

 

La criatura renace con independencia relativa y a veces, subordinada a ciertos condiciones educativas, más semejante  imperativo no suprime en caso alguno, el impulso libre del alma, en el sentido de la elevación, estacionamiento o caída en situaciones más bajas. Existe un programa de tareas edificantes a ser cumplidas por el que reencarna, por el cual, los dirigentes del alma, fijan la cuota aproximada  de valores eternos que el reencarnante es susceptible de adquirir en la existencia transitoria.

 

El espíritu que vuelve a la esfera de la carne, puede mejorar esa cuota de valores, sobrepasando la previsión superior, por el esfuerzo propio intensivo o distanciarse de ella, enterrándose aun más en las deudas para consigo mismo, menospreciando las santas oportunidades que le son conferidas.

 

Todo plano trazado en la esfera superior, tiene por objetivo fundamental  el bien y la ascensión; y toda alma  que reencarna en el círculo planetario, aun aquella que se encuentra en condiciones aparentemente desesperadas, tiene recursos para mejorar siempre.

 

La reencarnación  significa volver a comenzar en los procesos de la evolución o de la rectificación. Los organismos más  perfectos  de las esferas sublimadas, proceden  inicialmente de la Ameba. Recomienzo, significa “recapitulación” o “vuelta al principio”. Por eso mismo, en su desenvolvimiento  embrionario, el futuro cuerpo  del hombre  no puede ser distinto de la formación del reptil o del pájaro. Lo que opera la diferencia de la forma, es el valor evolutivo contenido en el molde peri espiritual del ser que toma los fluidos de la carne. Así pues, al  regresar a la esfera densa , es indispensable recapitular todas las experiencias  vividas en el largo drama  de nuestro perfeccionamiento , aunque solo sea por breves días  u horas, repitiendo, en curso rápido, las etapas vencidas o las lecciones adquiridas, hasta detenerse en la posición en la que debemos proseguir el aprendizaje.

 

Cuando llega la ocasión de reencarnar, el Espíritu se siente arrastrado por una fuerza irresistible, por una misteriosa afinidad, para el medio que le conviene. Es un momento terrible , de angustia, pero más formidable que el de la muerte, pues esta  no pasa de la liberación de los lazos carnales, de una entrada en una vida más libre, más intensa, en cuanto a la reencarnación, por el contrario, es la perdida  de esa vida de libertad, es un apocamiento de si mismo, al pasaje  de los claros  espacios  para la región oscura,  la descendida  para un abismo de sangre, de lama , de miseria, donde el ser va a quedar sujeto a  necesidades tiránicas e innumerables. Por eso es más penoso, más doloroso renacer que morir; es el disgusto, el terror, el abatimiento profundo del Espíritu, QUE  al entrar en este mundo tenebroso, es  fácil de concebirse.

 

La reencarnación se realiza por la aproximación graduada, por la asimilación de las moléculas materiales al periespiritu, el cual se reduce, se condensa, tornándose progresivamente  más pesado, hasta que, por adjunción suficiente de materia, constituye  un involucro carnal, un cuerpo humano.

 

El periespiritu se torna por tanto, un molde fluídico, elástico, que calca su forma  sobre la materia. De ahí emanan  las condiciones fisiológicas del renacimiento. Las cualidades o defectos del molde reaparecen en el cuerpo físico, que no es, en la mayoría de los casos, sino imperfecta  grosera copia del periespiritu.

 

Desde que comienza la asimilación molecular que debe producir el cuerpo, eL Espíritu queda perturbado; un sopor, una especie de abatimiento lo  invaden poco a poco. Sus facultades se van velando  unas después de otra la mayoría desaparecen,  la conciencia queda adormecida, y el Espíritu como que es sepultado en opresiva crisálida.

 

Entrando en la vida terrestre, el alma, durante un largo periodo, tiene  que preparar ese organismo nuevo. Ha de adaptarlo a las funciones necesarias. Solamente después de veinte o treinta años de esfuerzos instintivos es que recupera el uso de sus facultades, sin embargo limitadas  aun por la acción de la materia; y, entonces, podrá, proseguir, con alguna seguridad, la travesía peligrosa de la existencia.

 

Allan Kardec nos enseña (Libro de los espíritus cuestión 330) que la reencarnación está para los Espíritus, así como la muerte está para los encarnados: es un proceso ineludible, tan cierto como el desencarnar lo es para los hombres.

 

La encarnación es una necesidad evolutiva, porque solamente al contacto con la materia física consigue  el Espíritu ciertos elementos necesarios para su progreso.

 

De acuerdo con el grado evolutivo en que se encuentra, el espíritu podrá facilitar o dificultar el proceso para volver a nacer. Por eso los espíritus rebeldes o indiferentes tienen su encarnación por completo a cargo de los espíritus superiores, que eligen las condiciones bajo las cuales deberán volver a nacer y las experiencias a las que deberán someterse.

 

Allan Kardec dice que la reencarnación es la prueba fundamental de la misericordia de Dios, que presenta una Justicia Divina. Todos somos hermanos; todos nosotros marchamos hacia la perfección; todos nosotros tenemos una ruta, un rumbo de felicidad que nos espera.

 

La vida en la Tierra no es un escenario de placer. El hombre es responsable por su cuerpo, por su felicidad, por su desdicha. Felicidad o desgracia resulta de nuestra actitud de comportamiento. La reencarnación nos abre un horizonte nuevo para entender la vida; los sufrimientos, las nostalgias, las angustias, las amarguras, los desesperos que nosotros atravesamos, desaparecen; y es en este punto que la ciencia espirita, que el Espiritismo, es notable; porque el Espiritismo para el siglo XX, es el más notable tratado de higiene mental, porque consigue libertarnos de aquellos tremendos enemigos de los hombres, los cuatro fantasmas del alma: el miedo, la enfermedad, la duda y la muerte.

 

El espíritu esclarecido da preferencia a una existencia laboriosa, a una vida de lucha y abnegación. Sabe que, gracias a ella,  su adelantamiento es más rápido. La Tierra es el verdadero  purgatorio. Y precisa renacer y sufrir para despojarse de los últimos vestigios de la animalidad, para pagar las faltas  y los crímenes del pasado. De ahí las enfermedades crueles, largas y dolorosas molestias, el idiotismo, la perdida de la razón.

 

 Todo se paga, todo se rescata. Los pensamientos, los deseos criminales tienen su repercusión en la vida fluídica, más las faltas consumadas en la carne precisan ser expiadas en la carne. Todas las nuevas existencias son correlativas; el bien o el mal se reflejan a través del tiempo. Si embusteros  y perversos parecen muchas veces terminar sus vidas en la abundancia y en la paz, quedemos ciertos  de que la hora de la justicia sonará y recaerán sobre ellos los sufrimientos  de que fueron la causa. Resígnate, pues, hombre,  y soporta con coraje las pruebas inevitables, sin embargo fecundas, que suprimen  manchas  y te preparan un futuro mejor. Imita al labrador, que siempre camina para el frente, curvado bajo un sol ardiente o quemado  por la azada, y cuyos sudores riegan el suelo, el suelo que, como tu corazón, es surcado por el arado más del cual brotara el trigo dorado que hará tu felicidad.

Trabajo realizado por: Merchita

Extraído de varios libros de la Doctrina Espirita: El Evangelio según el Espiritismo, de Misioneros de la Luz  y de otros libros.

 

Merchita  (Mercedes Cruz Reyes)

Miembro fundador del centro espirita

Amor Fraterno

Alcázar de San Juan. Ciudad Real (España)

 

EDUCANDO EL ESPÍRITU

EDUCANDO EL ESPÍRITU

 

Mercedes Cruz Reyes

 

“El hombre es por sí mismo una esencia que tiene un órgano del íntimo saber del bien y del mal. Pero para llegar a ser lo que ya es por sí mismo necesita la ayuda de los demás: la conciencia necesita de formación y de educación; puede atrofiarse, ser falseada y hablar de manera distorsionada y desfigurada.

El hombre virtuoso sabe siempre juzgar las cosas como es debido, y conoce la verdad respecto de cada una de ellas, porque según son las disposiciones morales del hombre, así las cosas varían (…)

Quizá la gran superioridad del hombre virtuoso consiste en que ve la verdad en todas las cosas, porque él es como su regla y medida, mientras que para el vulgo en general el error procede del placer, el cual parece ser el bien, sin serlo realmente. El vulgo escoge el placer, que toma por el bien; y huye del dolor, que confunde con el mal por eso es necesario formar la propia conciencia.

La conciencia es un “órgano”, no un “oráculo”. Como señala RATZINGER, “es un órgano, es decir: algo que se nos ha dado, que pertenece a nuestra esencia, no algo hecho desde fuera. Pero como órgano que es necesita crecer, formarse y ejercitarse.

El estudio es la fuente  de dulces y nobles goces; nos libera de las preocupaciones vulgares y nos hace olvidar los males de la vida. El libro es un amigo sincero que nos pone buena cara la misma en los días felices que en los de mala fortuna. Claro está, hablamos del libro serio, útil, que instruye, consuela y reanima, y no del libro frívolo que distrae y con harta frecuencia  desmoralizadora.

La mayor parte de los hombres pretenden amar el estudio, y  objetan que les falta tiempo para dedicarse a él. Sin embargo, muchos de ellos  consagran veladas enteras al juego y a las conversaciones ociosas.

 La instrucción, es la recopilación de conocimientos que nadie puede arrebatarnos, en los conceptos espirituales. Es acumulación de experiencias en los archivos del alma. Quien no se instruye, no acompaña al progreso, que en verdad  es la fuerza de Dios  en el camino del hombre.

Aprender es una gran bendición que nos ayuda  a liberar el corazón  de las tinieblas, pues la instrucción repele, si no deshace la ignorancia, ampliando los sentimientos  en todas las direcciones.

Todavía, ella necesita algo más de lo que sabe. Para saber con discernimiento, la instrucción necesita de disciplina   y de analizar con buen sentido  el empleo de la inteligencia, para que ella no sea motivo de escándalo. La instrucción nunca dejará de existir, porque quien no conoce  no puede vivir bien.

Hemos de procurar instruirnos, sin olvidarnos  de las leyes naturales  y de quien las hizo, así andaremos por buenos caminos.

Otra de las cosas muy necesarias  en la instrucción del hombre, es la educación, esta es un tesoro, que nace primeramente  en el engendrado ambiente de la evolución  espiritual. Donde existe ignorancia, no puede existir educación. Ella es una  fuerza de Dios en el corazón del hombre, que se debe despertar por varios  medios, y principalmente, por la disposición en el bien común y en el respeto a los derechos ajenos.

En el mundo, muchas veces se confunde la educación con la instrucción. Son fuerzas paralelas, de objetivos idénticos. Para entregarse el hombre a la tranquilidad de conciencia, la educación necesita de la sabiduría, y esta no tendrá vida noble sin aquella. En la instrucción, la criatura necesita  más de maestros que dirija sus caminos  y de libros que aseguren sus experiencias. En la educación, el maestro es el tiempo y los libros, la naturaleza que consustancia todos los valores, entregándolos a la conciencia.

Educar, en el sentido que hablamos, es nuestra meta, pero, primeramente, debemos educarnos a mostros mismos, para después ayudar a los otros, por los ejemplos. El mundo y la humanidad tienen que pasar por millares y millares  de años, en este trabajo  de educarse y de concienciarse de que el Amor, es la vida, buscando luz para el alma. Entretanto, la educación sin el saber está sujeta  a atrofiar los sentimientos. Es por eso que la naturaleza es, casi siempre, binaria: hombre y mujer, día y noche, claro y oscuro, dos piernas, dos ojos, dos brazos y muchas otras cosas  que podemos analizar con una sencilla meditación.  Sabiduría es Amor posando en la cumbre de la vida, para gloria de la propia vida.

Es por medio de la educación, que las generaciones se transforman y se mejoran. Para obtener una sociedad nueva es preciso que haya hombres nuevos.  Por eso es de vital importancia la educación de la infancia. No les proporcionemos desde un principio demasiados goces con el fin  de que, acostumbrados desde el principio  al desencanto, sus jóvenes almas comprendan que la vida terrenal es ardua, y que solo hay que contar  con uno mismo y con su trabajo; únicas cosas  que proporcionan la independencia  y la dignidad. 

No confiéis a vuestros hijos a otros como no os veáis absolutamente  obligados a ello. La educación no puede ser mercenaria.

La educación, basada  en una concepción exacta de la vida, cambiaria la faz del mundo.  Todas las llagas morales  se deben  a la mala educación. Reformar la educación, establecerla sobre nuevas bases, tendría  para la humanidad consecuencias incalculables. Instruyendo a la juventud e iluminando su inteligencia; hablémosle al corazón y enseñémosla a despojarse de la imperfección y estaremos preparando un mundo mejor. Recordando  que la ciencia  por excelencia consiste en hacernos mejores.

En una sociedad considerada justa, los derechos mínimos del hombre son: salud, educación, trabajo, alimentos, preservando, así, las condiciones humanas.

La educación, por medio de la adquisición de conocimientos, impulsa al progreso.

No es por otra razón que el Espíritu de Verdad señaló, con decisión: “Espiritas: amaos, este es el primer mandamiento; e instruíos, es el segundo”.

Tanto el amor  como la educación, caminando unidos, llevaran al hombre hacia la verdad, que es la única forma de liberarle, como en definitiva, lo enseñó Jesús y Kardec lo confirmo.

¿Quién aun no se educo a sí mismo, como podría trabajar en la educación colectiva? ¡Quien aun no perdono, como podrá hablar y enseñar el valor del perdón? ¿Quién aun no ama a Dios y así mismo, como podrá demostrar a las criaturas que el amor  es la propia felicidad? Primero hay que sentir y vivir las cosas que pretendemos enseñar.

 

Trabajo extraído del Libro “Francisco de Asís”

Realizado por Mercedes Cruz Reyes