OBSESIÓN EN LA MEDIUMNIDAD


OBSESIÓN EN LA MEDIUMNIDAD

En el número de los escollos que presentan la práctica del Espiritismo, es preciso colocar, en primera línea, la obsesión, que quiere decir el imperio que algunos espíritus saben tener sobre ciertas personas.

La mediúmnidad ejercida con responsabilidad jamás conduce a la obsesión.

La obsesión, casi siempre, es un problema Karmico que la mediúmnidad bien orientada auxilia a resolver.

Cuanto mayor es el valor de la tarea que un médium desempeñe en el mundo, mayor será la persecución que las huestes invisibles de las tinieblas le moverán, tanto mayor también será la tutela que los Benefactores Espirituales le consagrarán.

El medianero al servicio de Cristo no tendrá razón de sentirse apenas a merced de los adversarios de la tarea ennoblecedora que ejecutan: los Mensajeros del Bien no lo abandonan y permanecen tomando las providencias necesarias a fin de ampararlo en el cumplimiento del deber cotidiano.

La falta de vigilancia del médium abre brechas en sus defensas, haciéndolo más accesible a las influencias negativas, porque todo es simplemente una cuestión de sintonía. Los Espíritus Amigos carecen del concurso del médium para obrar en beneficio del propio médium que necesitan socorrer. Cuando el médium no les ofrece siquiera, una mínima condición de sintonía, a través de la oración, del pensamiento elevado o de la voluntad de mejorar, es como alguien llamado a remover un pesado obstáculo, sin manos para efectuarlo…

Llevando en las manos el foco resplandeciente de la mediúmnidad, el médium, donde estuviera, se sentirá rodeado por las tinieblas del preconcepto y de la incredulidad, del escarnio y de la tentación que habrán de tramar siempre para eclipsar la Luz de que se hace emisario.

No obstante es imprescindible perseverar.

¡A pesar de todas las luchas que encare, el médium no debe retroceder, convencido de que, iluminando caminos, terminará por iluminarse a sí mismo!

“La obsesión presenta caracteres diversos que es necesario distinguir, y que resultan del grado de obligaciones y de la naturaleza de los efectos que producen.”

La obsesión cármica es un laberinto que solamente el tiempo conseguirá deshacer.

Compararíamos la obsesión temporal a la invasión de moscas atraídas por una herida sin ninguna condición de asepsia. Pero la obsesión cármica, cuyas causas tienen raíces en las experiencias pasadas, se asemejaría a una herida pustulosa necesitando cuidados específicos para cicatrizarse.

 Casi todos somos víctimas de procesos obsesivos esporádicos, oportunistas, que permitimos se instalen en nosotros por nuestra falta de vigilancia cotidiana, pero, igualmente, no somos pocos los que padecemos obsesiones cárnicas, alimentadas por el odio secular de los que hicimos mal en otras existencias, plantando en sus almas los espinos con que ahora nos hieren.

todo y cualquier proceso obsesivo, por más extraña que nos parezca semejante afirmación, es un proceso pedagógico natural, y casi inevitable, que la Vida nos lleva a cambiar valores, fortaleciéndonos mutuamente – obsesores y obsesados – en el caldo hirviente del sufrimiento que jamás es unilateral.

Todo obsesor, por más endurecido que se revele, sufre con el mal de que se hace agente, tanto como todo obsesado, por más compasión que nos inspire, sufre las consecuencias de su propio desatino en el dolor que haya esparcido alrededor de sus pasos.

 La obsesión cármica, propiamente considerada, no es extraño que se arrastre por siglos y envuelva una serie de factores que no pueden ser menospreciados. Todo proceso obsesivo que así se caracterice, engloba en su contexto un grupo de almas que se mueven como piezas en un tablero de ajedrez… reaccionando psíquicamente, nada hay que afecte a uno de sus integrantes que no repercuta sobre los demás; por eso la solución de un problema de obsesión cármica requiere un trabajo que abarque más, casi siempre relacionando componentes más allá de los que directamente se revelen envueltos en la trama.

La obsesión cármica es una “victoria prometedora” que, bajo pretexto reclama un rescate en los tribunales de la Divina Justicia, la cual ordena la revisión del proceso que la desencadenó. Y esto sólo se hará posible por la inversión de los polos emotivos, o sea: odio convertido en amor, mal en bien, orgullo en humildad…

Una obsesión temporal puede transformarse en un caso de obsesión cármica, ya que el karma no es solamente el de ayer es el de hoy también. Si cogemos lo que plantamos, no podemos olvidar que continuamos sembrando lo que inevitable segaremos.

La obsesión simple tiene lugar cuando un espíritu malhechor se impone a un médium, se inmiscuye, de mala forma, en las comunicaciones que recibe, le impide comunicarse con otros espíritus y sustituye a aquellos que son invocados.”

Todo médium, en la tarea a que se dedique puede sufrir interferencias de carácter obsesivo, empañándole el brillo. La interferencia obsesiva a que nos referimos, en muchos medianeros ocurre de forma intermitente, o sea, en crisis más o menos periódicas, quitándoles la confianza indispensable junto a los compañeros.

El médium que, del punto de vista emocional y doctrinario, hoy esté bien, y mañana no está, no inspira confianza en los comunicados de los cuales se haga intérprete por parte de los Mensajeros de la Vida Mayor. Podrá hasta operar con relativa desenvoltura, intermediando espíritus infelices, pero no siempre estará apto para reflejar el pensamiento que proviene de las Esferas Superiores.

Hasta cierto punto, la interferencia obsesiva es normal en casi todo medianero aun en lucha con las propias imperfecciones, pero cuando ella se demore o se vuelva, digamos, repetitiva, la facultad mediúmnica “enferma” y reclama tratamiento.

El tratamiento del médium cuya mediúmnidad se encuentra “enferma”, a semejanza del lecho del río repleto de piedras revolviendo las aguas, debe empezar con el propio médium, concienciándose de la necesidad de la “suspensión temporal” de sus facultades, a fin de que la sintonía establecida con los espíritus perturbadores se deshaga…

Como escribió Kardec, la obsesión propiamente dicha se caracteriza por la tenacidad del espíritu obsesor que, en síntesis, se encuentra obsesado por la idea fija del mal.

“Se puede, pues, estar engañado sin estar obsesado; la obsesión está en la tenacidad del espíritu del cual no se puede desembarazar.”

La obsesión, por tanto, no es algo pasajero, es una situación persistente, como una molestia que exige un prolongado tratamiento.

El médium, sin que esté obsesado, puede ser molestado por espíritus adversarios del ideal que abraza o por espíritus ociosos y livianos que a él se aproximen, sin una causa definida.

¡Existen, más allá de la tumba, espíritus necesitados que se apegan a los encarnados, notadamente a los médiums que, no es de extrañar, pasan inclusive, a admirar, experimentando una agradable sensación en su compañía! Esos espíritus, que aun no consiguieron emanciparse de la psicosfera del planeta, se sienten seguros al lado de los médiums y, casi siempre, sin la autocrítica necesaria, quieren participar de sus actividades doctrinarias, entrometiéndose en la “sintonía” que los compañeros de la mediúmnidad, a su vez, no logran establecer de manera imperturbable con los canales superiores de la Espiritualidad…

Esos espíritus, solícitos, imaginándose investidos de una condición espiritual que están lejos de poseer, pueden presentarse a través de nombres pomposos o incluso como venerables figuras de la Historia que ellos mismos crean haber sido.

Semejantes comunicaciones, cuando ocurren, no deben ser despreciadas por los estudiosos de la mediúmnidad, porque encierran una gama preciosa de lecciones sobre la personalidad del comunicante, aumentando sus conocimientos en torno del universo psicológico de las almas.

Es prácticamente imposible meter en un libro todas las emociones del espíritu, esté él en el cuerpo físico o fuera de él; por eso, todo lo que se refiera a la Vida Espiritual, por más absurdo que parezca a los hombres, no debe ser considerado o tomado como ficción, por cuanto las condiciones de existencia que imaginamos en las otras dimensiones no son siquiera un pálido reflejo de la diversidad infinita que la vida se desdobla en las múltiples moradas del Padre.

Estamos envueltos en un proceso de educación reciproca en el que somos, al mismo tiempo, maestros y aprendices uno de otros.

No hay nadie sin alguien a quien deba extender las manos, en el auxilio de que igualmente se revele necesitado.

¡Benefactores de hoy – obsesores de ayer, obsesores de ahora – benefactores de mañana! Pensemos así, y las dificultades que enfrentemos serán reducidas a sus dimensiones reales.

Espíritu Odilón Fernández

Médium Carlos A. Bacelli

Un pensamiento en “OBSESIÓN EN LA MEDIUMNIDAD

  1. Excelente artículo sobre la obsesión, están muy bien hilvanadas las ideas y concuerdo con todo lo expresado. Considero que la vigilancia del Medium a la cual te refieres en el artículo no es otra cosa que es con el énfasis y el enfoque a la práctica de moral en cada momento, para así atajar todo mal pensamiento que quiera hacer nido. Aunque puede resultar un poco contradictorio, porque si el pensamiento está centrado a la conducta Moral, obviamente un pensamiento contrario inducido por algún espíritu inferior no debe tener lugar. Pero como bien dices, puede aunque sea esporádicamente presentarse un mal pensamiento y en ese momento debemos estar como un guerrero listo a bloquear el pensamiento de plano, antes que trate con sus persistencias colarse inadvertidamente.

    Somos seres imperfectos y estamos propensos en cada instante a ser atacados. Aunque muchos que ya conocen la filosofía Espirita piensan que si esto ocurre es porque algo está ocurriendo en nuestro comportamiento que da lugar a estos toques de Espíritus inferiores, creo que no es así. Porque al no ser perfectos todavía, vivimos en un mundo real donde todo espíritu imperfecto habita y nuestro deber es el de bloquear todo mal pensamiento inmediatamente. Puedo ilustrarlo de la siguiente manera, cuando caminamos a través de la lluvia, las gotas de agua van a estar acechando en todo momento para mojarnos, entonces nos protegemos con una cobertura para bloquear la lluvia para que no logre empaparnos y esa cobertura es la Moral.
    Así visualizo yo el mundo espiritual en que nos encontramos. Así pues que decir que podamos ser atacados por estos bajos espíritus no necesariamente implica que estemos haciendo algo malo.

    Este artículo es muy ilustrativo y me agrada el énfasis en que el Médium debe siempre estar alerta y sintonizado con el comportamiento moral que debe sostener nuestras vidas.
    Comparto con ustedes una serie de videos relacionados a La Obsesión desde la Perspectiva Espirita, que he publicado en mi Blog, Soy Espirita. Espero sea un recurso adicional útil para los nuevos en la filosofía Espirita.
    http://soyespirita.blogspot.com/2011/04/causa-y-cura-de-la-obsesion-desde-el.html

    Deseo mucha luz y paz y todos los buenos deseos de nuestros Espíritus Buenos y Elevados.

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